SALUD Y CULTURA

"Estamos convencidos de que el conocimiento de la historia de la medicina y de las humanidades médicas cambian la práctica clínica y nos hacen mejores médicos”. Con este pensamiento como guía, Sergio Martínez De Vecchi y Valentín López Viera, estudiantes avanzados de medicina, comenzaron el año pasado a construir un sueño: un Museo Nacional de Medicina.

La idea no es nueva y tuvo varios intentos y versiones en los últimos 100 años (ver recuadro), tal como lo cuenta el tercer protagonista de esta iniciativa, el doctor Juan Ignacio Gil Pérez, historiador de la medicina al servicio de ASSE, miembro de la Sociedad Uruguaya de Historia de la Medicina y de la Sociedad Uruguaya de Historiadores. Con él se contactaron Sergio y Valentín cuando decidieron que el sueño debía ser realidad.

En setiembre de 2019, Sergio realizó una pasantía en Dirección de Hospitales. Allí se dio cuenta de que mucho del patrimonio de la medicina uruguaya no estaba siendo valorado como correspondía. Colaboró el hecho de que había trabajado en muestras de arte y tanto él como Valentín son muy amantes de la historia, la filosofía y las humanidades médicas.

“Los dos realizamos el curso optativo Para Pensar en lo que hacemos, que lo da el doctor Álvaro Díaz Berenger con un montón de personalidades de la medicina en el Fondo Nacional de Recursos. Nos cambió totalmente nuestra visión como futuros médicos. Ahora estamos convencidos de que trabajar sobre aspectos como las artes, la museología, la historia, la filosofía, hacen que el profesional sea un médico integral”, destacaron estos amigos que el 1° de agosto comenzarán el internado.

El curso les hizo ver que todos esos aspectos “hacen que se achiquen los problemas que tenemos hoy en la asistencia, todas esas cosas que hacen que, en definitiva, la atención al paciente sea mala en algunos casos o se debilite. Los residentes y los médicos están estresados por problemas humanos, no por problemas médicos”, dijeron.

“Nos empezamos a enamorar de toda esa historia”, destacaron los futuros médicos quienes, además de contar con el respaldo de Gil Pérez, también consiguieron el del Hospital Maciel. “Hoy lo consideramos nuestro caballito de batalla”, señalaron recordando especialmente el apoyo de su exdirector, Álvaro Villar.

“Nos metíamos en los depósitos a rescatar instrumental que estaba firmado por grandes maestros de la medicina nacional. Empezamos a clasificarlo e inventariarlo, a detener el proceso de pérdida de esos objetos”, recordó Sergio sobre la necesidad de actuar en forma urgente para evitar que se siga perdiendo material valioso. “Hoy se reforman las salas de los hospitales y las cosas desaparecen. Son los propios profesores de las clínicas o los funcionarios que dicen ‘no, esto no se puede tirar’, lo guardan y nos dan esos objetos”, agregó.

Fue en el Hospital Maciel en el que organizaron las primeras muestras y participaron del Día del Patrimonio de 2019, lo que dio pie a que fueran parte de la Noche de los Museos y comenzaran a dictar conferencias, por ejemplo, sobre historia de la cirugía.

“La devolución de la gente fue muy buena. Hicimos visitas guiadas, armamos pequeñas unidades museísticas… tuvimos una convocatoria muy fuerte”, acotaron. Con ese antecedente es que hoy vienen preparando el próximo Día del Patrimonio, este año dedicado nada menos que al doctor Manuel Quintela, destacado otorrinolaringólogo uruguayo que da su nombre al Hospital de Clínicas, otro de los pilares para el futuro museo.

“Queremos revalorizar los tres lugares en los que actuó Manuel Quintela: la Facultad de Medicina; el Hospital Maciel, donde fue el primer docente de otorrinolaringología, y su gran sueño, por el que luchó y por algo lleva su nombre, el Hospital de Clínicas”, señalaron.

El primer paso del proyecto es crear una Comisión Pro-Museo y firmar convenios con las instituciones participantes para poder gestionar su patrimonio.

“Se ha trabajado mucho en historia de la medicina en la rama de la investigación y la docencia, nosotros queremos aportar la tercera pata que es la museología para darle valor al patrimonio y rescatarlo”, afirmaron Sergio y Valentín, quienes realizan cursos de museología moderna basados en que “el museo no cierra las puertas, sino que las abre y va hacia los lugares a buscar a la gente y transmitirle información”.

Por ese lado va el concepto de “nacional” que buscan darle al nuevo museo. “No es algo altruista ni para darle importancia al proyecto, sino que significa que buscamos integrar a toda la comunidad médica del país”, explicaron.

El objetivo final es que “exista un edificio central que concentre todo el patrimonio histórico médico del país y que haya satélites que revaloricen los espacios en los hospitales y en la Facultad. Por ejemplo, al Anfiteatro de Anatomía de la Facultad no lo podemos trasladar, pero el Museo Nacional de Medicina puede recaudar fondos para restaurarlo y poner en valor ese espacio patrimonial. Hasta que no se pueda lograr un edificio único vamos a tener el museo disperso por las instituciones”, apuntaron a El País.

Dejaron en claro que la idea es que el museo sea autosustentable, que no signifique una carga presupuestal para las instituciones. En esto entra también todo el proceso de armado del proyecto, para el que piensan acciones tales como organizar una cena benéfica el próximo Día del Médico (3 de diciembre) a la que asista toda la comunidad médica.

Convencidos de que la historia de la medicina también es la historia del país, estos dos jóvenes estudiantes están seguros de que revalorizar el patrimonio y la práctica humanitaria de la profesión logrará formar mejores médicos.

“Un jugador de la selección uruguaya de fútbol no se pone igual la camiseta si no conoce los logros obtenidos. Bueno, el médico es igual, no se pone igual la túnica si no sabe los maestros que tuvo detrás, de dónde nacieron las instituciones y el respaldo histórico que tiene la medicina”, concluyeron con orgullo.