Donato Del Blanco, El Tiempo/GDA
El coeficiente intelectual (CI) es un indicador comúnmente utilizado para medir las habilidades cognitivas de un individuo o grupo. Si bien las diferencias en CI entre naciones fueron objeto de debate, un estudio realizado por los psicólogos Richard Lynn y Tatu Vanhanen arrojaron resultados sobre la inteligencia promedio en distintas partes del mundo, incluyendo Latinoamérica.
En su libro IQ and the Wealth of Nations (CI y la riqueza de las naciones), reproducido por el portal de psicólogos Psicothema, Lynn y Vanhanen argumentan que las diferencias en el CI de las poblaciones de diferentes países tienen una correlación significativa con las disparidades en el desarrollo económico.
Según su análisis, las naciones con poblaciones de mayor CI tienden a ser más prósperas económicamente, lo que sugiere que la inteligencia juega un papel clave en el éxito de una nación.
Los datos utilizados en el estudio fueron recolectados a través de pruebas estandarizadas de CI en 81 países y se complementaron con estadísticas sobre el desarrollo económico y el nivel educativo de las naciones.
De acuerdo con los hallazgos de Lynn y Vanhanen, Uruguay es el país de Latinoamérica con el CI promedio más alto, debido a que alcanzó un CI de 96. Este dato coloca a Uruguay por encima de muchas otras naciones de la región, por lo que supera a países como Argentina (CI 93) y Brasil (CI 85).
Sin embargo, las diferencias en CI dentro de Latinoamérica son notables, ya que países como Guatemala y Ecuador presentan un CI promedio considerablemente más bajo, con valores cercanos a 80.
Este patrón revela un aspecto clave del estudio: no solo es importante el nivel promedio de CI dentro de una nación, sino también la distribución de ese CI. Las naciones con una mayor concentración de individuos con un CI alto tienden a tener mejores indicadores de desarrollo económico, social y educativo.
La relación entre CI y riqueza nacional
Según los autores, las personas más inteligentes son capaces de aprender más rápido, resolver problemas de manera más eficiente y contribuir a una mayor productividad en el ámbito laboral.
Estos factores, a su vez, impulsan el crecimiento económico y el progreso social. Además, las naciones con un CI promedio más alto tienen más posibilidades de adoptar nuevas tecnologías y generar innovaciones que fomenten el desarrollo.
El estudio también plantea la pregunta sobre qué factores pueden contribuir al aumento del CI promedio en una nación. Los psicólogos sugieren que la mejora de la nutrición en las etapas tempranas de la vida, especialmente durante el embarazo y la infancia, es muy importante para el desarrollo cerebral.
Aunque Lynn y Vanhanen no sugieren que solo el CI determine el éxito económico, sí afirman que un mayor nivel de inteligencia puede ayudar a las naciones a desarrollar mejores sistemas educativos, una mayor capacidad de innovación y una fuerza laboral más competente, factores que en conjunto contribuyen al progreso de un país.