Salud
Las propiedades calmantes de la lavanda son de sobra conocidas, pero un estudio en ratones realizado por investigadores japoneses revela que es el sentido del olfato el que activa esos efectos relajantes y sugiere, además, su potencial uso medicinal contra el estrés y la ansiedad.
El estudio, divulgado en la revista especializada "Frontiers in Behavioral Neuroscience", consistió en probar en ratones si es el olor del linalool, un compuesto químico presente en la lavanda, lo que efectivamente desencadena la relajación.
Unos ratones fueron expuestos al vapor de linalool para que lo olieran directamente y a otros se les administró ese compuesto a través de inyecciones.
Como en estudios anteriores, el olor del linaool tuvo un efecto ansiolítico en los ratones expuestos a él y no afectó a sus movimientos.
Mientras, los efectos en los ratones a los que se les inyectó el linalool fueron similares a los que provoca el alcohol y sus movimientos sí se vieron alterados.
Sin embargo, para los investigadores la evidencia crucial de que la capacidad relajante del linalool está intrínsecamente ligada al sentido del olfato fue comprobar que los ratones anósmicos, aquellos cuyas neuronas olfativas se destruyeron, no experimentaron ningún efecto calmante.
El doctor Hideki Kashiwadani, de la Universidad japonesa de Kagoshima y uno de los autores del estudio, recuerda en el artículo publicado hoy que la medicina popular lleva mucho tiempo explorando tratamientos para la ansiedad a base de compuestos olorosos derivados de plantas.
No ha sucedido lo mismo en la medicina moderna y, a su juicio, ningún estudio anterior había tratado de descifrar el mecanismo que activa el efecto relajante de la lavanda, un paso clave para avanzar hacia su uso clínico en humanos.
Kashiwadani y su equipo creen que sus hallazgos pueden abrir la puerta al uso del linalool para aliviar el estrés preoperatorio o calmar a los pacientes que deben ser puestos en anestesia general antes de una cirugía.
Consideran, además, que el vapor de linalool puede ser una alternativa segura para bebés o ancianos con dificultades para tolerar la administración oral o vía supositorios de ansiolíticos.