Por Analía Filosi
"Las vacunas para el dengue están apareciendo”, señaló como noticia de gran importancia el doctor Jorge Pascual, médico neumólogo de Clínica Mayo, en diálogo con El País. En épocas en el que el dengue vuelve a ser noticia –cosa que sucede con cada ola de mosquitos o cuando aparece un caso–, saber que se trabaja en métodos preventivos o curativos siempre es bien recibido.
“La primera vacuna que se desarrolló fue francesa. Tiene tres dosis y fue eficiente entre un 50% y un 70% de los casos. El mayor problema es que si una persona se agarra dengue una vez, eso no lo protege para otras veces”, aclaró Pascual.
El especialista explicó que una persona puede enfermar de dengue cuatro veces, por diferentes cepas. “En Argentina y Uruguay tienen solamente dengue 1 y 2; en Brasil tienen también 3 y 4”, agregó.
“Cuando uno tiene dengue por segunda vez el organismo reacciona ante los químicos. Como pasa con el covid, que hay gente que hace una reacción generalizada y entonces empieza a trasvasar el líquido de los vasos, se llenan los pulmones de agua, aparece líquido en el abdomen. La segunda vez que la gente se agarra dengue es peor, pero con la vacuna es más suave”, indicó Pascual.
La segunda vacuna que existe proviene de Japón y ya fue aprobada en Brasil.
“La información que existe hasta ahora es que ayuda tanto a la gente que haya tenido dengue como a la que no. Si uno se enferma no va a ser grave”, detalló el especialista sobre una vacuna cuya importación ya fue aprobada en Argentina.
“En Uruguay no se aprobó todavía, pero probablemente no la necesite”, indicó el neumólogo.
¿Por qué? Para responder a esto hay que tener en cuenta que el dengue no está presente de la misma manera en todo el planeta. Se trata de una enfermedad que fue descripta –no diagnosticada– hace 200 años en el Caribe. “Vino de Asia, después fue al Caribe, Centroamérica, América del Sur y cada vez más al sur”, detalló Pascual.
El especialista indicó que la enfermedad está muy presente en Asia e Indonesia. En América se da más que nada en América Central y el Caribe y cuando baja a América del Sur la situación cambia según se hable de Brasil, Chile, Argentina o Uruguay.
“En Chile no hay mosquitos, entonces no se puede transmitir. En Uruguay, por alguna razón, no tienen muchos mosquitos, entonces la mayoría de los pacientes que presentaron dengue es porque se lo agarraron en Brasil, o sea que la mayoría de los casos son importados”, comentó.
En Uruguay el tema siempre preocupa porque tiene frontera seca con Brasil por lo que hay que estar más atentos sobre todo en los meses de calor; con el invierno desaparece el problema. Lo que está pasando este año es que las altas temperaturas se han extendido más de lo habitual y eso ha mantenido la población de mosquitos. “El calor hace que se reproduzcan más rápido, los huevos hacen eclosión más rápido, de manera que el calor es un enemigo y si le sumamos el calentamiento global no es buena la cosa. El calentamiento global ayuda al mosquito y propaga la enfermedad”, apuntó Pascual.
En cuanto a Argentina, nuestro otro vecino, el médico manifestó que la mayoría de sus casos son autóctonos y se dan especialmente en el centro y en el norte del país, como Tucumán o Santa Fe. “Allí tienen varios casos, así que realmente van a tener que hacer algo para controlar los mosquitos”, acotó.
Un factor a tener en cuenta es que la enfermedad se difunde más en ciudades grandes porque hay mucha gente junta.
“Yo creo que es importante ver de qué manera podemos reducir la población de mosquitos, con insecticidas o haciendo campañas publicitarias para descacharrar. Brasil, mi país, es un desastre porque las campañas han disminuido y la gente empieza a relajarse. Una información que me enteré es que cuando hay un florero con una planta el hecho de cambiar el agua no impide el dengue porque las larvas quedan pegadas en el recipiente”, comentó el médico.
Por todo este panorama tan dispar y preocupante en muchos países, Pascual está convencido de que la vacuna va a jugar un papel muy importante.
Otras vacunas
Consultado sobre lo que va a ocurrir con la vacuna del covid de ahora en más, el especialista de Clínica Mayo dijo que en los Estados Unidos, país en el que él trabaja, están a la espera de lo que decida el gobierno.
“Lo que nosotros creemos es que el covid va a ser como la gripe, como la influenza, va a seguir mutando de manera que siempre, una vez al año, va a haber que recibir una nueva vacuna”, consideró.
En Estados Unidos, donde se aplicaron dos vacunas y dos refuerzos, lo que se aconseja actualmente es que los mayores de 65 años reciban otro refuerzo.
“Eso es porque el virus sigue cambiando, no va a desaparecer. Va a ser más manejable porque va a haber más gente vacunada y no va a haber tantos casos graves. La impresión es que el covid va a ser permanente”, apuntó el neumólogo.
Añadió que el problema con el covid son los casos crónicos y hay muchos estudios que se están desarrollando para ver qué se puede hacer al respecto.
“Como es un virus nuevo las pautas siguen cambiando; todas las semanas oímos de una nueva variante”, dijo Pascual.
En cuanto a la gripe, el especialista recomienda vacunarse sin importar la edad ni la condición sanitaria. Por ejemplo, en el hospital en el que él trabaja todos los empleados tienen que vacunarse y si tienen alguna alergia o tema religioso que se los impida, deben llevar una carta de su médico. “Tratamos de hacérselo difícil, que la gente se vacune”, insistió.
Comentó que algo bueno que hizo el covid en su momento fue que, al recomendar el uso da tapabocas, la gente enfermó menos de gripe. Pero ahora que ya no se exige, la enfermedad volvió con fuerza.
Reconoció que ninguna vacuna es perfecta, pero evitan que la gente se muera. “Las vacunas habitualmente tienen un 60%-70% de efectividad”, destacó en defensa de este método preventivo.
Una oficina para saber qué esperar de Clínica Mayo
El Doctor Jorge Pascual es director médico ejecutivo de Clínica Mayo de la región de las Américas. Este prestigioso centro médico eligió Montevideo para instalar sus oficinas del Cono Sur, cuya apertura tuvo lugar el pasado jueves 27 de abril.
“Lo primero que hacemos cuando establecemos oficinas en un nuevo país es hacer que aquellos pacientes que quieren ir a atenderse a Clínica Mayo puedan antes mandar sus historias médicas a los clínicos y así nosotros les decimos si los podemos ayudar. Básicamente lo que hace la oficina es decirle al paciente qué esperar y ayudarlo con los arreglos de hotelería y coordinación de consultas para facilitarle las cosas, porque es muy difícil llamar a la Clínica Mayo”, explicó el neumólogo.
Dijo que “en general Clínica Mayo tiene más gente que quiere venir de la que podemos atender”, por eso abrir oficinas ayuda a organizarse.
Lo que hacen es dividr al mundo en tres áreas –América, Europa, y Asia y Medio Oriente– y enviar grupos para establecer conexiones.
Añadió que con el tiempo la idea es tener más relación con los médicos y los hospitales de los distintos países a los que llegan y promover la formación de recursos humanos. Esto último se puede dar ya sea invitando a los profesionales uruguayos a su sede en los Estados Unidos o haciendo que sus médicos vengan al Uruguay a impartir cursos, como ya están haciendo en México y Brasil.
“No es que estemos recreando la Clínica Mayo, porque a veces es demasiado caro el sistema que tenemos, sino que la idea es construir calidad en medicina en los países. No pensamos abrir hospitales, sino ayudar a los médicos a mejorar y hacer más investigación y educación. Es como una alianza”, remarcó.
En el caso particular de Pascual, que es brasileño, contribuir a la salud de los pacientes de esta manera lo hace sentir muy bien. “Hacer una diferencia es emocionante”, destacó.
Especialista en neumología
El Doctor Jorge M. Pascual es neumólogo en Jacksonville, Florida, y está afiliado a Mayo Clinic-Jacksonville. Recibió su título de médico en la Facultad de Medicina de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, Brasil.
Actualmente ocupa el cargo de Director Médico Ejecutivo de la región de las Américas de Clínica Mayo, una entidad sin fines de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.