FIESTA NACIONAL DE SUIZA
En el marco de su Fiesta Nacional, que se celebra cada 1° de agosto, cocineros suizos cuentan la historia de su plato estrella.
También hay de carne o de chocolate, pero el fondue más famoso es el de quesoy es la preparación favorita de la mayoría en Suiza.
Una de las versiones sobre su origen cuenta que fue improvisado como un plato para sobrellevar el frío de las montañas y, al ser esta una zona donde abundaba el queso, también se piensa que nació para variar la forma en que se consumía esta elaboración.
En el marco de la Fiesta Nacional Suiza, que se celebra cada 1° de agosto en conmemoración de la alianza histórica que formalizaron en 1291 los tres cantones de Uri, Schwyz y Unterwalden, y que se considera en la actualidad como la fundación de la Confederación Suiza, la Embajada de Suiza en Uruguay organizó la Semana Gastronómica Suiza con un menú especial que se pudo disfrutar desde el 28 al 31 de julio en el Hyatt Montevideo.
Fue en dicha instancia que el embajador Daniel Derzictres y tres cocineros suizos, que viajaron especialmente para el evento, compartieron con El País detalles desconocidos sobre el fondue.
Durante la cena, en la que se compartió un tradicional fondue y otros platos típicos, representantes de la embajada contaron que en Suiza acostumbran acompañar el fondue con kirsch, un aguardiente de cereza que se puede agregar a la mezcla de quesos o, de lo contrario, poner en un recipiente pequeño para mojar allí el pan antes de llevarlo al queso.
Esta última opción es la elegida por quienes sostienen que añadir la bebida al queso fundido hace que se pierda parte de la bebida por la evaporación.
Los cocineros detallaron que el fondue es, además de una de las delicias más consumidas en Suiza, un motivo de encuentro entre amigos y familia: ya sea en la montaña, de camping o en casa, es una preparación reconfortante ante el frío que une a los comensales alrededor de un mismo fuego que mantiene el queso fundido y del que todos toman un poco para su pan.
Eso sí: hay que mantener la mezcla en movimiento para que el calor se mantenga parejo, por lo que al mojar cada trozo de pan hay que revolver con el mismo.
Otra curiosidad que rodea a esta preparación tan tradicional suiza: ¿sucede algo si al mojar el pan este se cae dentro del recipiente con queso?
La tradición dice que si a una persona le sucede esto, como prenda o consecuencia debe besar a quien tiene a su lado.
Más que queso.
La gastronomía suiza es famosa por sus quesos, pero también por sus chocolates y vinos.
Dicen ellos que sus quesos son únicos y tienen solamente un secreto: son 100% naturales, en total contacto con la naturaleza y la tradición.
Generalmente usan leche cruda y el cuidado de los pastos en las montañas garantiza un resultado exquisito y valorado en el mundo entero.
En Suiza se contabilizan más de 700 variedades de queso y casi todas las regiones tienen los suyos. El más famoso de todo el país es el queso Le Gruyère AOP, con un sabor delicado y siempre en forma de rueda.
El AOP Tête de Moine, por su parte, significa literalmente “cabeza de monje” y es una variedad del Jura Barnés que se sirve en forma de finas rosetas.
Otro de sus quesos famosos es el Emmentaler AOP, que ofrece un sabor con un toque de nueces, fruto de su elaboración artesanal. Entre muchas otras variedades, está también el Sbrinz AOP, que tiene una maduración mínima de 18 meses para que el resultado sea un sabor intenso.
En relación al chocolate, que llegó a Suiza hace más de 200 años para quedarse, en estas tierras han sabido desde entonces ir perfeccionando los procedimientos para lograr un producto de lujo para el paladar. Dicen que ese es el secreto de su éxito: una materia prima de calidad y un meticuloso procedimiento para conseguir una textura ideal que se derrita a un tiempo perfecto en el paladar.
Como datos curiosos, cada suizo consume en promedio unos 10 kilos de chocolate al año.
El vino suizo también es otro de los destacados dentro de la gastronomía: para los locales es uno de los secretos mejor guardados, ya que apenas ha traspasado fronteras y gracias a la ubicación y cuidado de los viñedos son de gran calidad.
En Suiza hay seis regiones vinícolas y la más importante es el Valais, donde se vinifica un tercio de la producción.
Un último dato curioso y poco conocido: Suiza es dueña del viñedo más chico del mundo. Se trata de Saillon, ubicado en Valais, y tiene solo tres vides en un espacio de 1,6 metros cuadrados. Desde 1999 es propiedad del Dalai Lama.
Gastronomía a bordo.
En Suiza también hay lugar para la gastronomía a bordo de trenes y embarcaciones que invitan a disfrutar de los sabores con el mejor paisaje.
Por ejemplo, se ofrecen viajes en trenes como el del “Chocolate train”, con una ruta que está repleta de sabores a chocolate o el lujoso “Glacier Express” que propone una vista panorámica de cautivantes paisajes, con un menú de varios pasos acompañado con los mejores vinos locales.
Por supuesto, en Suiza no puede faltar el “Cheese train”. Para promocionar los mejores quesos, invita a un recorrido que se basa en la premisa de descubrir los encantos del Gruyère, haciendo paradas en queserías, restaurantes y museos.