Federico Trigo: “No nos podemos dar el lujo de no tener ciencia en Uruguay”

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Federico Trigo

ENTREVISTA

Recibió el Paul Cranefield Award de la Sociedad de Fisiólogos Generales. Es el primer latinoamericano en obtener esta distinción.

Futbolista. Como cualquier niño. Era lo que pensaba que quería ser de grande. No obstante, su deporte favorito era la natación. Un día se enteró que podía estudiar para ser médico deportólogo y con esa idea ingresó a la Facultad de Medicina. Pero atrás quedaron la cancha y la piscina; Federico Trigo pronto entendió que su lugar era en el laboratorio. La neurofisiología lo llevó a trabajar en París y también a retornar recientemente a Uruguay. Hoy es investigador del departamento de Neurofisiología Celular y Molecular delInstituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable. Y, recientemente, recibió el Paul Cranefield Award de la Sociedad de Fisiólogos Generales. Es el primer latinoamericano en obtener esta distinción.

-¿Qué significa este premio en la comunidad internacional de fisiólogos?
-Esa sociedad reúne a especialistas en fisiología general de EE.UU. y el mundo y está asociada a la revista científica Journal of General Physchology que tiene más de 100 años de historia y es muy reconocida. Siempre ha mantenido su línea editorial que consiste en publicar trabajos de fisiología y biofísica en los que se hace mucho hincapié en el mecanismo del proceso estudiado. Siempre ha sido una referencia porque allí se han publicado artículos relativamente revolucionarios. Obviamente que este premio venga de esa revista es un orgullo así también por el reconocimiento de los pares. Es como cuando un músico postea un video en las redes sociales y recibe dos millones de likes y entre ellos están Beethoven, Bach, Mozart y Schubert. Ese reconocimiento es, incluso, mayor.

-En los últimos meses varios científicos uruguayos han sido destacados a nivel internacional como Gonzalo Moratorio, Leonel Malacrida, Rafael Porto y Rafael Potrie. ¿Cómo explica este fenómeno cuando la ciencia no es un sector potenciado como en otros países?
-Demuestra que, a pesar de las dificultades económicas, la academia uruguaya forma investigadores que son capaces de competir en todos lados. Viví 15 años en París y los chiquilines que llegaban de Uruguay tenían un nivel absolutamente comparable a los estudiantes de las universidades parisinas. Pero los que tienen el poder de tomar decisiones para la asignación de fondos no somos nosotros, es la clase política. Es por eso que si me preguntás que es lo mejor de este premio, diría que, del punto de vista académico, es el reconocimiento y esa visibilidad que nos da y que hace que, de alguna manera, el trabajo del investigador tome cierta relevancia ante la opinión pública.

- “Las vesículas con equilibrio diferencial subyacen a los componentes rápidos y lentos en la liberación de la sinapsis individual” es el título de su investigación. ¿Qué es lo que estudia?
- Estudiamos el funcionamiento de la sinapsis química. Son esos puntos a través de los cuales una neurona le manda información a su neurona vecina. Entre una neurona y otra pueden existir varios cientos o miles de estos contactos sinápticos. Nosotros utilizamos una aproximación experimental que permite estudiar uno solo. Utilizo la analogía de una grilla de partida de una carrera de F1 o de una carrera de 100 metros en los JJOO. Hay 10 corredores que están esperando para salir y, cuando se da la señal de largada, salen disparados y llegan a la meta que es la neurona que recibe la información. Esos corredores representan las vesículas sinápticas. Son paquetitos donde se almacena la señal química que le explica a la célula vecina qué es lo que tiene que hacer.

-¿Cómo deben comportarse los corredores?
- Lo que está establecido en el campo de la fisiología sináptica es que las 10 grillas de partida están ocupadas por 10 corredores. Nosotros investigamos qué pasa si algunas están vacías. Eso da cierta capacidad de modulación a la sinapsis, es decir, la capacidad de cambiar. Podés poner en la partida tres corredores, uno o ninguno, según lo que necesite el sistema. Ese concepto es lo que exploramos en el artículo y es justamente el avance conceptual que se reconoció porque introduce la modulación en la sinapsis. Agregamos otro punto donde la sinapsis puede ser modulada. En realidad, es una característica fundamental del sistema nervioso porque tenemos que estar cambiando nuestro comportamiento de manera permanente. Si vos estás caminando por la calle y de golpe se te presenta un obstáculo como una vereda rota o un escalón, tenés que adaptar tu movimiento de manera muy rápida para no caerte. Eso requiere mecanismos de modulación que funcionan de manera extremadamente rápida. Y esa computación, ese trabajo que hace tu cerebro, depende de cómo funciona la sinapsis. Esto es esencial para el funcionamiento del sistema nervioso todos los días.

- ¿Entender este mecanismo cómo puede derivar en el desarrollo de líneas terapéuticas?
- Acá entramos en el campo de esa falsa dicotomía entre la investigación básica y la investigación aplicada. Evidentemente, la sociedad en general pretende que lo que hagamos tenga una aplicación útil. La investigación básica constituye los cimientos de la investigación aplicada. Vos no podés diseñar una estrategia terapéutica útil si no conocés el mecanismo que subyace al funcionamiento normal de la sinapsis, en este caso. La investigación básica es fundamental para entender los mecanismos para después diseñar estrategias para atacar diferentes enfermedades como pueden llegar a ser las neurodegenerativas y otro tipo de enfermedades del sistema nervioso. Esa aplicabilidad puede no ser inmediata. Puede llevar 15, 20 o 30 años. Ese camino es muy largo y ahí es cuando tenemos que tratar de convencer por qué es tan importante lo que hacemos. Y esa tarea no es fácil.

Federico Trigo. Foto: @enperspectivauy
Federico Trigo. Foto: @enperspectivauy

- Otra forma de explicarlo es que los tiempos de la ciencia no son los tiempos de los gobiernos, por ejemplo.
- Ese es el punto medular. Y es más cierto en el mundo que nos toca vivir ahora que es un mundo que va muy rápido y que es el mundo de la inmediatez. Los políticos quieren resultados rápidos. El fisiólogo argentino Bernando Houssay, premio Nobel en 1947, dijo: “Es muy común en los países atrasados una desmedida preocupación por las aplicaciones inmediatas y por ello se suele alardear de criterios prácticos y pedir que se realicen exclusivamente investigaciones de aplicación rápida y útiles para la sociedad. Quienes expresan tales criterios ignoran (y esta ignorancia es muy grande y dañina) que todos los adelantos prácticos vienen de investigación científica fundamental”. Esto es cierto en todo los campos. La investigación básica permite saber cómo funciona el ser humano, independientemente de la aplicación práctica que pueda llegar a tener en el futuro.

- Ha trabajado muchos años en París y volvió a Uruguay. ¿Cuál es la principal diferencia que ve en el tratamiento que recibe la ciencia?
- Los ejemplos son odiosos pero en Francia me salió un proyecto de la Agencia Nacional de Investigación que eran US$ 300 mil durante tres años. Acá un proyecto de la ANII para un investigador consolidado son US$ 30 mil en tres años. Ahí ya se puede apreciar el abismo que existe en la financiación. Vos podés decir que estoy comparando Francia con Uruguay pero cuando hacés investigación, en realidad, la gente que te evalúa no tiene en cuenta de dónde venís. Por más que uno administre bien su plata, estas diferencias cuantitativas hacen una diferencia.

- ¿Y qué sucede con el tratamiento que le han dado los gobiernos?
- No hay un convencimiento genuino y honesto por parte de la clase política de la importancia de la ciencia para el país. Si ese convencimiento no es genuino no vamos a tener una investigación que sea sustancial ni tampoco va a ser sostenida en el tiempo y eso es lo peor. Si la inversión que se hace en ciencia y tecnología está permanentemente fluctuando, dependiendo de las realidades que vive el país o de las decisiones políticas, entonces es imposible hacer una investigación que sea duradera. Creo que es el peor error: no entender que necesitamos una inversión que sea buena y sostenida en el tiempo porque eso claramente va a cambiar el futuro del país. El exprimer ministro indio Jawaharlal Nehru dijo: “La India es un país demasiado pobre para darse el lujo de no tener ciencia”. Eso se aplica en Uruguay. No nos podemos dar el lujo de no tener ciencia. Cuando se anunciaron los recortes a la ANII, fue una torpeza por parte de la clase política.

- ¿Los recortes significan que no se aprendió una lección importante de la pandemia?
- Eso, no se aprendió la lección. Yo tenía muchas esperanzas este año. Fue un golpe duro. La clase política tiene una visión que es cortoplacista, porque funciona en base a escalas temporales que no son las nuestras. Si nosotros tenemos a un referente político en Uruguay que dice que va a cambiar el sistema científico, va a revolucionar el país y todos lo recordaremos dentro de 50 o 100 años como recordamos a Batlle y Ordóñez o a José Pedro Varela. Dentro de 40 años no nos vamos a acordar de Moratorio o Trigo o Malacrida o Rafael Radi; ojalá que sí, pero los grandes hombres son los hombres políticos. Me encantaría que Uruguay fuese pionero en eso. No solo que fuésemos reconocidos por exportar jugadores de fútbol sino pioneros por tener un sistema científico fuerte porque el retorno para la sociedad es incalculable. Es un gran error recortar el presupuesto en ciencia. No es solo un error, es una irresponsabilidad. Un ejemplo bien actual: ¿cuánto nos ahorramos todos los uruguayos gracias al trabajo del GACH? Pero si vamos aún más lejos y pensamos a largo plazo: ¿cuánto hubiese ahorrado el país, incluso cuánto se hubiese ganado, si Uruguay hubiese tenido la posibilidad de fabricar una vacuna contra el coronavirus? Creo que hubiésemos ganado mucha plata.

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