La fundación Hjelpemiddelfonde, creado por dos uruguayos y una noruega, dona material para discapacitados y hospitales; ya ha enviado 138 contenedores
Veintiocho días tarda el barco en surcar por el apacible paisaje del fiordo de Oslo hasta llegar al movido puerto de Montevideo. Lleva un contenedor cargado de mejor calidad de vida. ¿Cómo es eso posible? La fundación Hjelpemiddelfonde (en español, Fondos de Medio de Ayuda), creada por dos uruguayos y una noruega en 2002, envía regularmente instrumentos y ayudas técnicas que son derivadas a hospitales, organismos públicos e instituciones privadas para luego repartirlos entre personas con discapacidad según sus necesidades.
Hasta ahora, Hjelpemiddelfonde completó y despachó 138 contenedores. Unos 120 han llegado a Uruguay; el resto ha ido para otros países de América Latina y de África. “Valoramos que hemos enviado unos US$ 25 millones desde el 2002; y unos US$ 23 millones fueron para Uruguay”, dijo a El País Carlos Caballero, uno de los tres fundadores.
La cooperación entre gobierno e instituciones noruegas y Uruguay surgió a instancias de Caballero. Él había vivido en el país nórdico entre 1977 y 1984 y, por la crisis financiera de 2002, se vio obligado a regresar. Allá se había recibido de maestro y sabía que podía conseguir fácilmente trabajo. A sus dos amigos les comentó la dura situación por la que estaba atravesando su país y ahí surgió la idea: conseguir insumos sanitarios y elementos como sillas de ruedas y bastones y enviarlos en un contenedor. Desde ese entonces no pararon y sumaron más actividades.
Casi veinte años de ayuda.
Hjelpemiddelfondet comenzó su actividad en 2002. Se obtuvieron las primeras sillas de ruedas de lo que ahora se llama NAV Centro de Ayudas Técnicas de Oslo y Akershus. Los fundadores hicieron un acuerdo con esta institución para hacerse cargo de las sillas de ruedas usadas y en buen estado. El primer contenedor salió del puerto de Oslo en 2002 y llegó a Montevideo un mes después.
Hjelpemiddelfonde tiene tres líneas de trabajo. La primera es este tipo de cooperación. Los materiales son suministrados por el gobierno de Noruega cuando sus usuarios los cambian por unos más nuevos. “Hay una ley por la cual todos los discapacitados perciben el instrumento que necesitan de acuerdo al diagnóstico, sea el que sea. Entonces hay una renovación permanente, en especial por la tecnología. Y en ese cambio entramos nosotros”, explicó Caballero. Los artículos donados muchas veces tienen muy poco uso. La fundación también tiene acuerdo con empresas fabricantes que donan sus excedentes.
Así, los 120 contenedores que han llegado a Uruguay han traído sillas de ruedas manuales y a batería, andadores, bipedestadores, bicicletas adaptadas, sillas anfibias, sillas ergonómicas, bastones, aparatos de comunicación, ampliadores de texto e imágenes, ocho ambulancias, colchones para escaras, elevadores de pacientes, inodoros móviles, impresoras Braille, teclados tractores de Braille, camas articuladas tanto eléctricas como hidráulicas, camas de 180 grados para quemados, camillas manuales y eléctricas y de distinto tipo, sillones de extracción de sangre, instrumento de ultrasonido, mesas de anestesia, bisturís electrónicos, refrigerador de plasma y equipamiento de cocina para hospitales, entre otros.
Hasta el contenedor número 134, Hjelpemiddelfonde contó más de 41 mil instrumentos de ayuda para discapacitados motrices y 3 mil para discapacitados visuales.
En el último contenedor enviado a Uruguay hace unas semanas vinieron 80 camas para el Hospital de Clínicas y 30 para el sanatorio de Casa de Galicia; además de sillas de ruedas y otros instrumentos para niños que se donaron a Teletón.
“Desde 2014 colaboramos con el Centro Nacional de Ayudas Técnicas y Tecnológicas (dependiente del Ministerio de Desarrollo Social). Nos comprometimos en su fundación a proveerlo de material y lo seguimos haciendo. En los últimos meses mandamos tres contenedores para ahí”, comentó Caballero.
También se colabora con las intendencias de Paysandú, Salto, Tacuarembó, Colonia, Rocha, Soriano, Río Negro, Treinta y Tres, Florida, Maldonado, Canelones, Artigas y San José; así como con los hospitales de Maldonado, San Carlos, Florida, Rocha, Paysandú, Treinta y Tres, Pasteur, Maciel, Saint Bois, Canelones y Pereira Rossell. Además de la Fundación Teletón, el material noruego ha llegado a la escuelas Horizonte y Roosevelt, entre otras.
Gracias a los voluntarios en Oslo, Uruguay también recibió más de 9 mil computadoras; muchas fueron destinadas al programa Computación para todos de la Intendencia de Montevideo. Por esto, más de 35 mil jóvenes han recibido instrucción gratuita en informática.
Fuera de Uruguay, Hjelpemiddelfonde ha cooperado con República Dominicana y Haití para un proyecto de instalación de siete unidades hospitalarias en la frontera y se han enviado materiales e instrumental hospitalario para el campamento de refugiados Saharaui en Tinduf (Argelia). Y en las próximas semanas se despacharán camas para el estado brasilero de Rio Grande do Sul y para la provincia argentina de Tierra del Fuego.
Otra línea de trabajo de Hjelpemiddelfonde es la cooperación en transmisión de conocimiento. En este sentido, se organizan videoconferencias con especialistas del Hospital de Rehabilitación Compleja de Noruega con instituciones y profesionales de Uruguay. Aquí también se han hecho algunos cursos presenciales. En mayo, la fundación está a cargo de siete encuentros virtuales entre especialistas en rehabilitación a través del deporte y ya se cuenta con inscriptos de todos los países del Mercosur.
“La tercera línea de trabajo es, por supuesto, la amistad entre los pueblos”, aportó Caballero.