SALUD
Una nueva insulina que reduce la cantidad de dosis necesarias y medicamentos vía oral mejoran la calidad de vida de los pacientes de una enfermedad que afecta a uno de cada dos adultos.
"La llegada de nuevos tratamientos nos pone muy contentos”, dijo la doctora Cristina Ferrand, del Comité de Educación Médica de la Sociedad de Diabetología y Nutrición del Uruguay, haciendo alusión a las buenas noticias que los diabéticos están recibiendo desde el año pasado en lo que refiere a la medicación para una enfermedad silenciosa que en el país afecta a 290 mil personas.
“Para la diabetes surgen continuamente nuevos tratamientos basados en estudios de evidencia que muestran su efectividad tanto a nivel de fármacos por vía oral como inyectables. Nuestro país se estaba quedando un poco atrás porque a veces las autorizaciones demoran o porque a algunos fármacos la industria simplemente no los trae”, señaló la especialista.
Los nuevos fármacos disponibles o en vías de arribar contemplan a los dos grandes grupos en los que se divide la diabetes.
La llamada Tipo 1 es aquella en la que el paciente no produce insulina de forma natural y debe inyectársela; mientras que en la Tipo 2 (la más frecuente), el organismo forma insulina pero no es bien utilizada o no es suficiente para cubrir las necesidades del individuo.
Este último caso requiere suministro de insulina cuando su formación en el organismo va disminuyendo en forma notoria.
Si no se trata puede causar varios tipos de patologías
Sin un manejo adecuado, la diabetes puede provocar ceguera, enfermedades cardiovasculares, enfermedades renales y amputaciones en los miembros inferiores. En ocasiones no presenta síntomas muy evidentes y uno de cada dos adultos con esta condición se encuentra sin diagnosticar. La mayoría tiene diabetes Tipo 2 (el páncreas empieza a producir menos insulina o la que produce no tiene efectividad y se eleva el azúcar en sangre), tipo del cual más del 50% es prevenible. Uno de cada seis nacimientos vivos se ve afectado por un alto nivel de glucosa en sangre (hiperglucemia) en el embarazo. Una de cada cinco personas con diabetes tiene más de 65 años. La diabetes causó 4,2 millones de muertes en 2019.
Tratamientos.
Los diabéticos Tipo 1 en general usan múltiples dosis de insulina dentro de las que se encuentran las insulinas lentas o basales, que se aplican en ayunas o en reposo, y las insulinas rápidas, que se inyectan cuando el individuo ingiere alimentos.
Hasta ahora las insulinas basales que se utilizaban –en particular, glargina y detemir– requerían de dos o tres dosis diarias, pero dentro de los recién llegados nuevos tratamientos se encuentra una nueva insulina –la glargina 300– que solo demanda una inyección por día, mejorando así la calidad de vida del paciente.
En cuanto a las insulinas rápidas, Uruguay ya estaba en muy buena situación porque cuenta con las tres que existen en el mercado internacional.
En el caso de los diabéticos de Tipo 2, Ferrand explicó que “a veces logran el buen control solo con una inyección de insulina más algún otro fármaco por vía oral”.
Para estos pacientes hay nuevos tratamientos que están en vías de llegar a Uruguay, como las medicaciones inyectables no insulínicas, los llamados análogos GLP-1. Estos medicamentos aumentan el control del azúcar en sangre al imitar la acción de una hormona llamada péptido similar al glucagón tipo 1.
“Por otros mecanismos, en pacientes que sí forman insulina, hacen que esta dure mucho más tiempo en su organismo”, detalló.
Estos fármacos se pueden aplicar en forma diaria o en forma semanal y tienen como ventaja que no aumentan el peso, cosa que otras medicaciones en forma de comprimidos sí lo hacen.
Además, dan sensación de saciedad, por eso tienen muy buenos resultados entre los obesos. “De esta familia de medicamentos no existía nada en Uruguay”, informó Ferrand.
También existen medicamentos relativamente nuevos que ya se encuentran en nuestro país desde hace tiempo, como ser los inhibidores de la SGLT-2, que se consumen en formato de comprimidos.
“Han tenido mucha entrada porque facilitan o previenen la insuficiencia renal y mejoran el tratamiento cuando hay otras patologías asociadas, como la insuficiencia cardíaca. Tienen muy buenas posibilidades en pacientes que están con complicaciones de la diabetes. El que tenemos en el mercado actualmente es la emplagliflozina y está por entrar la dapagliflozina”, apuntó.
COVID-19 no es riesgosa si se controla la diabetes
Dependiendo de la región del mundo, hasta un 50% de las personas diagnosticadas con COVID-19 vive con diabetes. “Por suerte en nuestro país la epidemia y la emergencia sanitaria se han mostrado controladas con bajos casos en general. Los casos en los que hubo diabéticos tampoco han marcado mal”, destacó la doctora Cristina Ferrand, médica del staff de la Policlínica de Diabetes del Hospital Maciel e integrante de la Sociedad de Diabetología y Nutrición del Uruguay. La profesional remarcó que “algunos de los pacientes que fallecieron tenían diabetes, pero no todos los que tenían diabetes fallecieron ni enfermaron gravemente”. Si la diabetes se mantiene bien controlada, el paciente va a tener el mismo riesgo que cualquier otra persona sin diabetes de enfermar más gravemente. “Sin duda que los fármacos nuevos nos ayudan para controlar eso”, agregó.
Otras patologías.
Ferrand destacó que los diabéticos son muchas veces pacientes con múltiples enfermedades, lo que los lleva a tomar más de una medicación.
“Es muy frecuente la coexistencia con hipertensión, con cardiopatías isquémicas”, señaló sobre un tema que suma dificultades a los costos que significa hacer frente a un tratamiento.
Los nuevos fármacos para la diabetes tienen como desventaja actual su costo ya que no están incluidos en la Ley de Atención al Diabético, como si ocurre con los fármacos tradicionales, para los cuales solo se abona un timbre en el sistema de salud al que está afiliado el paciente.
“A la vista de las nuevas medicaciones que han llegado, creo que habría que hacer una modificación a la ley para que se pueda favorecer la mayoría de los personas con diabetes”, acotó Ferrand.
Por otro lado es fundamental tener en cuenta que los nuevos tratamientos deben contemplar las distintas patologías que pueda presentar el paciente.
“Hoy todos los medicamentos aceptados a nivel internacional para tratar la diabetes deben corroborar seguridad cardiovascular antes de ser lanzados al mercado porque la enfermedad cardiovascular es la que más frecuentemente se asocia a la diabetes”, explicó la profesional a El País.
Mencionó que a nivel mundial se ha retirado medicación del mercado porque hacía mal al corazón a pesar de hacer muy bien para la diabetes.
“Ahora se exige que los tratamientos estén probados como de seguridad cardiovascular y ese es el caso de los últimos fármacos, que son muy buenos tanto para la parte cardiovascular como para la diabetes”, concluyó Ferrand.
Pacientes piden acceso a insulina, bombas y freestyle
“No todas las nuevas tecnologías son para todo el mundo, pero queremos que el que las necesite tenga acceso”. Ese es el reclamo de la Fundación Diabetes Uruguay (FDU) en lo que respecta a los nuevos tratamientos para la diabetes que, actualmente, se rigen por protocolos del Fondo Nacional de Recursos (FNR) que necesitarían ser revisados. Por ejemplo, para acceder a la nueva insulina se exige lo mismo que para las insulinas lentas, que se entregan solo a las personas peor controladas, “que no quiere decir que sean las únicas que las necesitan”, explicó Gisele Mosegui de la FDU. Pretenden que la nueva insulina se proporcione de la misma forma que la “vieja”, que da el FNR. Algo similar ocurre con las bombas de insulina, ahora solo disponibles para los menores de 15 años. Finalmente, desde 2018 están pidiendo que el freestyle sea una prestación dentro del Sistema Integrado de Salud. Se trata de un sensor que va en el brazo y permite que el paciente se pueda monitorear todas las veces que quiera. “Da más información y ayuda a evitar las hipo e hiperglicemias”, destacó Monsegui. Lo pretenden al menos para los diabéticos con COVID-19, porque “tienen altas probabilidades de tener un desenlace infeliz”, alertó.
El MSP por ahora lo negó.
Cifras
463 millones de adultos en el mundo viven con diabetes. Se espera que el número de diabéticos aumente a 578 millones para 2030. Uno de cada dos adultos está sin diagnosticar.
290 mil personas en Uruguay padece diabetes. La cifra continúa en aumento por los hábitos sedentarios, los alimentos ultraprocesados y el exceso de azúcar en la dieta.