PUNTA DEL ESTE
Desde hace 30 años la pareja vende pasteles en el puerto de Punta del Este y ella aprovechó la visita del presidente Luis Lacalle Pou para entregarle una carta y hacerle un pedido.
Ana agarró una hoja y una lapicera. Escribió la carta. El único sobre que tenía en su casa era uno usado, así que tachó lo que decía y lo recicló.
Luego, salió rumbo al puerto de Punta del Este, porque sabía la hora y el lugar en que ese día iba a estar presente el presidentede la República, Luis Lacalle Pou, a quien entregaría su carta con un pedido especial.
Ana y su esposo Luis venden pasteles en la zona del puerto de Punta del Este, a la altura del muelle principal, desde hace 30 años. Fue él quien empezó vendiéndolos con una pequeña bandeja en la mano y caminando por ese lugar.
“Después se puso con un canasto, pero pesaba mucho, y esto fue creciendo, pero él fue el primero en vender pasteles en la zona, siendo aún un muchachito”, dijo Ana a El País. Luis es hasta el día de hoy el encargado de la producción. Prepara los pasteles y también los embolsa, “por un tema de higiene, solo uno de nosotros toca la mercadería”, explicó su esposa.
La pareja no falta a la cita ni un solo día: “Acá hemos pasado los peores temporales, con lluvia, viento o calor”, contó.
Agregó, además, que la venta de pasteles es su única fuente laboral: “Nosotros dependemos solamente de esto durante todo el año. De lunes a lunes estamos acá a partir de las 15.30 horas, o si es invierno un poco antes. Tenemos pasteles rellenos de dulce de leche, de membrillo, a veces hacemos de batata porque al argentino le gusta mucho, y también torta fritas”, detalló.
Ana agradece que “en plena pandemia, cuando muchos no pudieron seguir trabajando, gracias a Dios nosotros sí. Estábamos nerviosos por eso, pero nos dieron la autorización para seguir, siempre cuidándonos”.
Un pedido para el presidente.
En su carta, Ana le pidió a Lacalle Pou que se concrete una promesa que hace algunos años las autoridades hicieron: “Hace más de dos años se habló de instalar kioscos desmontables para los vendedores. La idea está muy buena y nosotros deberíamos pagar para tenerlos, pero eso está perfecto, porque la cosa es poder trabajar tranquilos. Así que todo eso lo puse en la carta, porque de aquello no se supo más nada”, contó la emprendedora.
Y detalló: “La carta la escribí en mi casa antes de salir, en el momento.
Estaría llena de errores pero ahí le puse también todos los datos de nuestra empresa, y puse que aportamos al BPS, somos monotributistas, también puse junto con la carta una foto de nuestro puesto”.
Con tantos años de presencia en el lugar, ya tienen clientes asiduos, y para ellos “el boca a boca es importantísimo”: “Tenemos clientes de Uruguay, pero es increíble que también hay de Argentina y de Brasil. Una vez vino un chico que justo estaba grabando con su teléfono un video que después subió a YouTube y eso lo vio mucha gente después”.
Hace un tiempo llegó a ellos una persona que “hablaba un idioma que no conocemos, no era inglés ni nada que entendiéramos”, dijo Ana. Y agregó que el hecho de que les contara a través del traductor del teléfono que llegaba allí por recomendación de ese video de YouTube “es algo increíble”.
El encuentro con el presidente “no fue casualidad”. Así lo contó Ana: “Yo sabía que iba a venir porque lo habían dicho en FM Gente. Entonces ese día vinimos como todos los días, pregunté a qué hora venía y en qué embarcación. Cuando lo vi, fui con mi carta”.
Por estos días, entre pasteles, tortas fritas y los primeros visitantes de la temporada, Ana y Luis están a la espera de una respuesta por parte de Presidencia de la República.