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"Disculpá por la tardanza es que estaba en una partida de LOL”. La explicación llegó exactamente 59 minutos después del mensaje anterior para concertar una entrevista para el día siguiente. Y para quien conoce a Robertson Escoutto no puede sorprenderse. Él mismo lo dice: “Es mi vicio”.

Escuotto, más conocido como Tellier50, se presenta así: “71 años, de Peñarol, streamer y abuelo”. Lo que lo lleva a ser uno de los invitados a la nueva edición del Campus Party, uno de los eventos de innovación y creatividad más grandes del mundo que volverá a fin de mes a Punta del Este, es la conjunción de esas características: su edad y su pasatiempo de jubilado que convoca a más de 501.000 seguidores en Twitch, 146 mil en Instagram, 140.000 en YouTube y 48 mil en Twitter.

A la mañana, por teléfono, quien es conocido cariñosamente por sus seguidores como el “el tata de internet” volvió a disculparse: “Estaba terminando la partida con una mano sola”. Y estalló en una carcajada. LOL o League of Legends requiere toda la atención porque es un juego de estrategia y acción altamente competitivo y es a lo que más le dedica tiempo mientras está en línea.

“La computadora la empecé a usar en el 2010 para Facebook y cositas así nomás. Normalmente jugaba a juegos de viejo como el Buscaminas. En 2016 vi a mi hijo jugando al LOL y le pregunté si podía jugar y empecé. Y fue adictivo”, contó a El País sobre sus inicios. Fue en agosto de 2020 que se animó a dar el siguiente paso. Esta vez, fue su nieto quien le incitó a “stremear”, es decir, hacer videos en directo en la plataforma Twitch, esa misma que ocupan Ibai, AuronPlayo el exfutbolista Kun Agüero, mientras juega a sus títulos favoritos. “Dejate de embromar”, fue su respuesta. Pero terminó comprando un teclado y una cámara y se creó la cuenta. “Nunca me imaginé la trascendencia que iba a tener”, confesó.

Un día un streamer argentino subió un video suyo sorprendido por lo mal que jugaba Escuotto. Recién estaba aprendiendo el mundo de LOL y en ese entonces también probaba con Call of Duty y parecidos pero les resultaba más difíciles. “No tengo mecánica en los dedos ni en la vista para jugar a shooters”, explicó. La burla no le hizo mella. Es más, le sirvió de publicidad. Lo empezaron a seguir adolescentes y jóvenes y Tellier50 comenzó a ser conocido. “Hoy tengo gente de 9, de 48, de 57 años. Y sé que tengo una cantidad de personas que se largaron a hacer lo mismo porque vieron que la edad no es motivo ninguno para no hacer las cosas”, relató como adelanto de la historia que contará en el Campus Party.

Escoutto tuvo grandes momentos en Twitch. El que lo agarró por sorpresa fue cuando el streamer argentino Coscu le donó US$ 1.000 para que pudiera mejorar su set up, es decir, su habitación de juego. “Es un botija con mucha ternura y humildad. No sé cómo se enteró que yo tenía una computadora doméstica y que no me daba para stremear y jugar al LOL”, dijo a El País.

Diez días después de eso, Ibai Llanos interactuó por primera vez con el tata y con él llegaron “35.424 personas”; en total, el español volvió a hostear al uruguayo tres veces más. “Yo me quería morir porque soy de leer mucho el chat y no podía; pasaba todo rapidísimo”, se rió.

Y otros dos momentos fueron récords: convertirse en el veterano de Twitch que hizo una transmisión que duró 24 horas y otra que duró 35 horas. Sin parar. Lo primero ocurrió tras una conversación con su nieto; una de esas por las que alguien se pregunta de por qué no hacer algo que hacen todos y fijaron el arranque para las 8 de la mañana de un sábado. El segundo reto se alargó porque por cada suscriptor y donación se sumaban minutos al stream. Así Escuotto estuvo en línea todo ese tiempo.“Me dicen Tata y me gusta. Me piden consejos para iniciarse en el streaming. Y yo les digo que lo primero es no pensar en hacerte famoso ni millonario porque va a ser imposible. Lo mío es diferente porque soy un viejo. Me dicen que es porque tengo carisma. Yo les digo que tengo facha”, bromeó.

En el canal de Tellier50 hay una cosa prohibida y son los insultos. A veces no tiene más remedio que “bannear” (censurar) a un usuario. Pero Escoutto también tuvo que aprender que hay palabras que no lo son aunque lo parezcan, por ejemplo, “ido”. “Yo hacía palabras cruzadas con mi madre y tonto o idiota era ido y ahora me dicen ‘viejo, estás ido’. Pero no es una falta de respeto. Me dicen que soy un grande. Mi hijo me hizo una lista de palabras y me acostumbré”, señaló.

¿Y hasta cuándo este jubilado tiene pensado seguir online? “Hasta que Dios y la Virgen digan que me precisan allá arriba”, confesó.

Y siguió: “En 2020, antes de Twitch, perdí un hijo. Así que yo les digo a los chicos que vivan el momento, que disfruten el momento, que vayan a darle un beso a quien quieren porque quizás mañana no va a estar”.