FRANCIA
Durante años atendió a las mascotas de numerosas celebridades, como las actrices Jane Fonda o Brigitte Bardot, el expresidente Jacques Chirac, o los perros y los loros de la familia del Sha de Persia.
A sus 96 años, el "veterinariode las estrellas" de Francia, Philippe de Wailly, no piensa en retirarse de la profesión que le apasiona y que lleva ejerciendo desde hace más de 60 años.
Durante muchos años trató a las mascotas de numerosas celebridades, como las actrices Jane Fonda o Brigitte Bardot, el expresidente Jacques Chirac, o los perros y los loros de la familia del Sha de Persia, pero también es conocido por haber escrito más de sesenta libros.
También se encargó de los pastores alemanes de la unidad canina de la policía francesa durante cuarenta años, relata a Efe en su consulta de Boulogne-Billancourt (sur de París), en cuyas paredes hay fotos con esos perros y una bandera de la unidad.
A día de hoy se mantiene en activo porque trabaja con "muchas ganas", aunque "ahora tengo muy pocos pacientes después de haber tenido mucha, mucha clientela", reconoce.
Las consultas que atiende son sencillas y ya no realiza operaciones quirúrgicas. "Las cosas hay que hacerlas siendo consciente de las facultades que se tienen", explica.
El veterinario vip de París.
Muchas estrellas y políticos le confiaron el cuidado de sus mascotas. De Wailly recuerda las visitas a su consulta de la actriz estadounidense Jane Fonda, "siempre muy sonriente y muy amable".
"Venía aquí cuando estaba embarazada de su hija Vanessa con su marido (el cineasta francés Roger) Vadim. Esperaba su turno en la sala de espera. No quería trato preferencial", recuerda.
También trató en varias ocasiones a la multitud de animales de la actriz Brigitte Bardot, un pato y varios perros y gatos.
Recuerda también cómo en 1976 trató a loros de la princesa Shams Pahlevi, hermana mayor del Sha de Persia.
"Fui hasta Irán porque quería que visitara a sus 30 perros y sus 60 loros, pero rechacé tratarlos allí. Me los mandó en un avión. Confió en mí porque sabía cómo trabajaba, ya que había curado un yorkshire de su madre antes", rememora.
"Mi madre, que vivía en el distrito 15 de París, aceptó cuidar al perrito después de la operación para vigilarlo. Me regalaron una alfombra persa bastante bonita", recuerda orgulloso.
Otro de sus clientes más especiales fue el labrador del expresidente Jacques Chirac, al que conoció cuando era alcalde de París, explica mientras muestra una foto junto el político y su mascota.
El veterinario recuerda con cariño una anécdota cuando llegó al Ayuntamiento y se encontró a Chirac agachado junto al perro. "Me dijo: 'No quiero molestar al perro, porque soy yo el que vive en su casa, no él en la mía'", cuenta De Wailly riendo. "Me pareció una broma muy simpática del que sería nuestro futuro presidente".
Mantuvo el contacto con Chirac y en 1999, cuando ya era jefe del Estado, lo invitó al Elíseo en calidad de presidente de la Academia Francesa de Veterinaria.
A punto de morir en manos de los nazis.
Abrió su consulta en 1954, después de estudiar veterinaria tras la Segunda Guerra Mundial en la que, con apenas 19 años, casi pierde la vida durante la ocupación alemana, un período que pasó en casa de sus abuelos en un pueblo de las afueras de París.
En agosto de 1944 se ofreció voluntario como rehén y, junto con otra veintena de personas fue obligado por las SS a cavar su tumba antes de ser fusilados. Finalmente la llegada de las tropas estadounidenses les salvó la vida.
A finales de 2021, el veterinario publicó su último libro, titulado "Si usted supiese lo que los animales me han enseñado (y lo que sus dueños me han dicho)".
A lo largo de su vida ha publicado más de sesenta libros sobre zoología, y le gusta especialmente escribir sobre entomología, la ciencia que estudia a los insectos, y también sobre pájaros.
Y es que una peculiaridad de De Wailly es su especialización en el cuidado de las aves, especialmente los loros. "Antes había muchos más loros que ahora. Hubo una época en la que una mujer que atendía tenía hasta 15 pájaros distintos", recuerda con humor.