Hospital de Clínicas recibió un destaque internacional por su abordaje del ACV

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SALUD

La Organización Mundial del ACV distinguió al Hospital de Clínicas con el estatus Diamante por su forma de tratar una de las principales causas de muerte en Uruguay.

"Es un premio al trabajo que te hace dar cuenta de que a veces uno no es profeta en su tierra, que los mayores reconocimientos vienen de afuera”, expresó el neurólogo Andrés Gaye, coordinador de la Unidad Docente Asistencial (UDA) de ACV del Hospital de Clínicas, tras recibir este año el estatus Diamante –el más alto– que concede anualmente la World Stroke Organization (Organización Mundial del ACV).

Se trata de un reconocimiento a la calidad asistencial de una unidad de este tipo que, entre otras cosas, valora el alto porcentaje de pacientes que se atiende en ella.

En Uruguay este no es un dato menor dado que la unidad del Clínicas es de las pocas que funcionan en el país y más aún si se tiene en cuenta que el ACV junto con el infarto al corazón son las dos principales causas de muerte en el país.

¿Pero qué es el ACV? “El Accidente Cerebro Vascular es un problema circulatorio del cerebro donde pueden ocurrir dos cosas: que una arteria cerebral se tape y da origen al ACV isquémico, o que una arteria se rompa y aparece el ACV hemorrágico”, explicó Gaye.

El neurólogo remarcó que nadie está totalmente libre de sufrir un ACV, pero existen factores de riesgo que lo favorecen y son muy parecidos a los de las enfermedades del corazón: hipertensión, diabetes, colesterol, fumar o tomar alcohol, el sobrepeso, la obesidad, la edad. “Pero también puede ocurrir en pacientes que son sanos o que creen que lo son porque, por ejemplo, nunca se les diagnosticó un problema de presión o tenían diabetes y no sabían”, señaló.

Un problema es que, a diferencia del infarto, el ACV en general no duele, por lo que el paciente demora en consultar porque cree que los síntomas que aparecieron se le van a ir.

Existen cuatro tipos de síntomas clásicos: motrices (falta de fuerza en un brazo, en una pierna o en la cara, que se ve cuando a la persona se le tuerce la boca), falta de sensibilidad (no sentir el roce o la temperatura en la mitad del cuerpo), dificultad para hablar (para expresar lo que se quiere decir o comprender lo que se dice) y trastorno del campo visual (no puede ver hacia su lado derecho o hacia su lado izquierdo).

En el caso del ACV hemorrágico sí puede aparecer un dolor de cabeza brusco, muy intenso, que los médicos denominan “cefalea en estallido” porque es como si explotara algo dentro de la cabeza del paciente.

“Los síntomas de ACV tienen en común que se presentan en forma brusca, de un segundo a otro o en el correr de unos minutos”, apuntó Gaye.

Estatus Diamante en calidad asistencial

La Unidad de ACV del Hospital de Clínicas tiene como usuarios a los pacientes de ASSE de Montevideo y alrededores. El MSP trabaja en lograr mayor equidad en todo el país.

dolor de cabeza
Expectativa de vida, factores hormonales y arritmia lo vuelven más frecuente en mujeres. 

Es la primera causa de muerte en las mujeres

En Uruguay, la principal causa de muerte son todas las enfermedades del aparato circulatorio, con el ACV y el infarto al corazón liderando la tabla. Se da la particularidad que desde hace varios años el ACV es la principal causa de muerte de las mujeres en el país. Hay varias hipótesis para explicarlo. “Una que parece bastante confiable es que las mujeres en Uruguay tienen una expectativa de vida de varios años más que los hombres y el ACV es una enfermedad de los más veteranos. Pero también hay algunos factores hormonales vinculados con las últimas etapas del embarazo o el puerperio que hacen que tengan favorecida la coagulación y puedan tapar arterias. También tienen una arritmia cardíaca que se llama fibrilación auricular que es uno de los principales factores de riesgo para el ACV”, señaló el médico neurólogo Andrés Gaye.

Cómo se trata.

La forma de tratar el ACV es diferente según cuál se presente. En el isquémico se pueden aplicar las terapias de reperfusión para destapar las arterias. Estas consisten en el suministro de fármaco por vía intravenosa.

En los casos más graves, de arterias más gruesas tapadas, se recurre a la técnica llamada trombectomía mecánica. “Es como el cateterismo cardíaco, pero llegando a las arterias cerebrales y extrayendo el coágulo que está tapando la arteria”, detalló Gaye.

El neurólogo advirtió que en todos los casos el tiempo que transcurre desde que se empiezan a sentir los síntomas hasta que se accede a la atención médica es clave para destapar la arteria.

“Para el medicamento intravenoso es de cuatro horas y media y para la trombectomía mecánica es de seis horas. Parece que es un tiempo que te puede dar, pero entre que la familia o el paciente reconocen los síntomas, la ambulancia lo lleva, le hacen la tomografía y el tratamiento, en realidad, es poco tiempo”, señaló.

Vale aclarar que la trombectomía mecánica es un tratamiento sumamente complejo y costoso que el Hospital de Clínicas comenzó a hacer en 2019 si bien no está incluido dentro de las prestaciones obligatorias del Sistema Integrado de Salud. La buena noticia es que a partir del próximo 31 de marzo pasará a integrar el Fondo Nacional de Recursos.

En el caso del ACV hemorrágico lo importante es ver por qué se produjo el accidente. La mayoría de las veces se debe a que el paciente tiene hipertensión arterial y eso hace que se rompa alguna arteria del cerebro. Lo que hay que hacer es controlar esa presión y las eventuales complicaciones.

Pero puede pasar que ese sangrado cerebral responda a una rotura de alguna malformación vascular en el cerebro, un aneurisma.

“En esas situaciones a veces hay o que operar con una neurocirugía tradicional o hacer un tratamiento parecido a la trombectomía mecánica, que es con catéteres pero para reparar la arteria dañada”, explicó el especialista.

Tras el tratamiento, el paciente debe ser controlado durante los primeros días por si surgen complicaciones. “Durante la internación se muere entre el 10% y el 20% de los afectados y el 80% que sobrevive tiene riesgo de presentar algunas secuelas, que esos síntomas que le ocurrieron al inicio se mantengan en el tiempo y le determinen, por ejemplo, una dificultad para caminar, para ver o para hablar”, dijo Gaye.

Todo eso forma parte de una segunda etapa que es la atención dentro de las Unidades de ACV y que incluye la terapia de rehabilitación. Allí entran en escena la fisioterapia o la fonoaudiología, depende de las secuelas que presente el paciente. “Eso se ve en el rango de las semanas o meses posteriores; son recuperaciones medio largas”, aclaró el neurólogo a El País.

Gaye destacó especialmente que “el ACV no tratado, si no te mata, te genera discapacidad”.

En tal sentido, está dentro de las cuatro o cinco principales causas de discapacidad en el Uruguay y en el mundo.

Unidades especialmente preparadas

“Una Unidad de ACV es una sala dentro de un hospital o de un sanatorio con camas dedicadas exclusivamente a atender pacientes con ACV”, explicó el neurólogo Andrés Gaye, coordinador de la unidad del Hospital de Clínicas y docente de la Cátedra de Neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República.
Esas camas tienen un rango de complejidad intermedio entre una cama común y una de CTI. “Los pacientes están con monitores cardíacos, de presión y de oxígeno, y los atienden médicos y personal no médico especialmente entrenados para asistir pacientes con ACV, con protocolos escritos para lograr acciones homogéneas y basados en la última evidencia científica disponible”, agregó Gaye. El personal normalmente está compuesto por un grupo de neurólogos que interactúa con la enfermería especializada en ACV y con un equipo de rehabilitación integrado por fonoaudiólogo y fisioterapeuta. Además se suman diversos especialistas que van interviniendo de acuerdo a las necesidades de los pacientes, como neurocirujanos, cirujanos vasculares, cardiólogos, hematólogos o internistas. “No son indispensables para todos los días, pero sí tenemos consultas frecuentes con ellos”, amplió Gaye. Desde el punto de vista material, las camas son especiales, articuladas, con trapecio para que las personas se puedan ayudar para incorporarse y monitores que miden la frecuencia cardíaca, el oxígeno en sangre y la presión arterial en forma muy frecuente. Además, deben tener acceso a las técnicas de imagenología, tomografía y resonancia magnética.
También acceso al angiógrafo, que es el aparato donde se realizan las trombectomías mecánicas, y posibilidad de acceder tanto al block quirúrgico como a un CTI.

Hospital de Clínicas. Foto: Archivo El País
El Hospital de Clínicas es de los mejores preparados en Uruguay para atender el ACV.

Único con neurólogo de guardia permanente

El Hospital de Clínicas cuenta con una de las pocas Unidades de ACV del Uruguay. Además, es la única institución, tanto del sector público como del privado de la salud, que desde 2014 tiene un neurólogo de guardia, que está dentro del hospital permanentemente, todos los días del año, las 24 horas del día. “Eso nos ha dado que hemos subido muchísimo los tratamientos de reperfusión. Hasta nosotros nos sorprendimos, es algo bueno”, destacó Gaye. Esas guardias dependen del Programa de Fortalecimiento de los Recursos Humanos de la Salud, que es un convenio entre ASSE y la Facultad de Medicina y que aporta el 40% de los recursos necesarios para el funcionamiento (el otro 60% son recursos de la Udelar). Además del coordinador, la unidad está integrada por siete neurólogos (uno por guardia), una fisiatra, una fonoaudióloga, una nurse especialista en ACV y una licenciada en enfermería exclusiva de la unidad.

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