ARTE
Su muestra Carteras que no son carteras se expone actualmente en Nueva York. Aprendió a combinar su vida como empresaria con su pasión por el arte y va por más.
"Yo quisiera ser artista y dedicarme solo al arte, no tener que trabajar en mi empresa”. Eso le dijo Marisa Bernotti (42 años) a uno de los mentores de la residencia de artistas que realizó el año pasado en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York (SVA).
Para ese entonces ya hacía tiempo que se dedicaba al arte, en paralelo con su empresa de venta de repuestos y maquinaria agrícola en Dolores (Soriano). Licenciada en Economía y diseñadora gráfica, siempre quiso unir esos dos lados de su personalidad, pero recién logró encontrar la forma cuando aquel mentor le hizo ver que pretender vivir del arte desde el arranque era una utopía y que no tenía nada de malo ser exitoso en una empresa y al mismo tiempo hacer arte sin tener que pensar que con eso debía mantener a su familia.
“Me pidió que le mandara fotos del local de la empresa, que trajera toda la obra que tenía y que empezara a intervenir el lugar. Me dijo que mi obra era muy positiva para todo este tema de la pandemia, que era bueno influenciar a la comunidad, al barrio, y hacer que la persona que viniera a comprar tornillos también viera arte”, recuerda Marisa.
La propuesta la empujó a elegir otros espacios en Dolores para intervenir. Entonces surgió la idea de la piscina pública, que por razones sanitarias estaba cerrada y contaba con una muy buena galería vidriada que se podía ver desde la calle.
“Con el alcalde armamos una exhibición y presenté allí Asimetría Perfecta, un trabajo que había estado haciendo entre el 2015 y el 2020. Había leído un estudio universitario que decía que las personas lindas eran las que tenían la simetría perfecta y todo lo que fuera asimétrico era feo. Investigué y vi que, en general, todos somos asimétricos, así que hice este trabajo que muestra que siendo asimétrico igual sos perfecto; hay belleza en esas diferencias”, cuenta la artista.
Con el consejo de su mentor como guía siguió buscando qué hacer que tuviera relación con su empresa. Aprovechó que la compañía tiene más de 30 años y comenzó a recolectar repuestos y partes de maquinarias que ya no sirven y con eso está armando actualmente una serie que se llamará Obsoleto.
Sus pinturas están en Italia
De viaje por Verona convenció al dueño del restaurante Punto e a capo para que le cediera sus paredes y pintó seis obras que quedaron en exposición permanente.
Intenso recorrido.
“Bernotti basa su trabajo en los sentimientos, las noticias, las frivolidades, los excesos, las enfermedades y las injusticias; lo que recrea con su propio imaginario. Ella se expresa con un exceso de color y una paleta viva en combinaciones inimaginables. Trabaja en lienzos, papeles, libros, textiles, objetos, muñecos y realiza performances”. Así se describe a la artista en el sitio web marisabernotti.com .
Antes de recibirse de Licenciada en Economía, cosa que ocurrió en 2005, trabajó dos años en el diario de Dolores aprovechando sus estudios de diseñadora gráfica, siempre conectada con la pintura y la ilustración. Presentó trabajos en exposiciones y así surgieron muestras que la llevaron a hacer mucho autoestudio.
“Me gusta mucho el lado del cuento, de la historia, entonces en 2015 hice un máster online de libros infantiles”, señala.
Su primera muestra “importante”, según ella misma la define, la realizó en la Embajada de Venezuela en 2013. Se había convocado a artistas del Mercosur para un ciclo y resultó seleccionada junto a otros tres colegas para desarrollar una exposición en solitario.
“Fue muy buena, estuvo muy bien curada y seleccionada. Ahí presenté Ojos que hablan, bocas que callan, en defensa de la mujer. Hablaba de que todavía hay muchos lugares en el mundo en los que la mujer sufre y se basaba en el concepto de poder entender y conversar con la mirada. Muchas veces la mujer no se anima a hablar, pero ya con sus ojos nos está diciendo algo”, explica Marisa.
El otro gran mojón ocurrió el año pasado, cuando fue seleccionada entre 20 artistas de nueve países para la residencia en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York. Ella siempre había querido hacer la experiencia, pero como es madre de tres hijas de 15, 12 y 5 años no había podido. Pero llegó la COVID, la residencia se volvió virtual y se pudo postular.
“Fue una experiencia impresionante por la apertura y la conexión con otros artistas y con los mentores. Ahí desarrollé toda una exposición basada en el sentir de la pandemia al escuchar cómo cada uno la estaba viviendo desde su lugar en el mundo. Fue muy revelador para mí”, destaca.
Con esos compañeros de Brasil, Canadá, Grecia, Turquía, Austria, China, Inglaterra, Pakistán y Estados Unidos, con los que se sigue reuniendo todos los domingos por Zoom, crearon el colectivo I Found U, en el que discuten de arte, comparten lo que están haciendo y preparan propuestas para llamados internacionales.
Al mismo tiempo, la Escuela de Artes Visuales invitó a este colectivo y a todo aquel artista que hubiera hecho una residencia a integrar una red virtual. Son 10 artistas que se reúnen los viernes y que hoy son protagonistas de la muestra A throw of the dice will never abolish chance (Un tiro de los dados nunca abolirá el azar) que comenzó el pasado 10 de junio y se extenderá hasta el 7 de julio próximo en el Flatiron Project Space de Nueva York.
Marisa participa con Carteras que no son carteras, una muestra de carteras y agendas que surgieron de su incursión en la intervención de objetos y en la que también habla de la endometriosis, enfermedad que padeció, ya que en cada exposición le gusta abordar un tema de interés.
Esa misma muestra la tuvo que exhibir en forma virtual en Dolores debido a la pandemia, ahora la idea es abrirla en forma presencial en vacaciones de julio en el museo de la ciudad.
También la exhibirá en agosto en Illinois, donde además dictará dos talleres y la contrataron para pintar un mural.
Lo próximo en su horizonte es una residencia de ilustración en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, que quiere terminar con un libro que hable sobre la pérdida de un bebé.
Y como gran sueño tiene cursar un máster en Fine Arts. “Me parece que es el camino más serio y más rico por lo que lográs y porque podés expandir tu conocimiento y tu capacidad de crear”, dice en plena búsqueda de la mejor universidad donde hacerlo.
Desde pintura hasta un libro ilustrado
En 2013 la Junta Departamental de Soriano le otorgó el reconocimiento público Por la Causa de Soriano.
Fue seleccionada como artista del Mercosur por su muestra Ojos que hablan, bocas que callan, para la Embajada de Venezuela.
En 2014 fue elegida por Magma Uruguay y Jeffrey Campbell para participar del Art Show Ella es Lita.
En 2016 publicó su primer libro álbum infantil ilustrado Alfonso Pum Pum.
Ha expuesto en Argentina, Italia y EE.UU.