AVANCES
Las órtesis impresas en 3D son piezas livianas, limpias, hipoalergénicas, termomoldeables, aireables, personalizadas y permiten cuidar al medio ambiente.
Cualquier persona que haya tenido que usar un yeso o que haya conocido a alguien que lo usara sabe de incomodidad, de cuidarlo del agua, de la tierra, de cualquier cosa que pueda ensuciarlo. Probablemente también sabe de picazón, de bañarse con complicaciones para no mojarlo, de calor y hasta tal vez de mal olor.
Como una solución y como sustituto del yeso convencional, y de la mano de una tecnología que avanza en el mundo, hoy hay otras opciones que son más cómodas, higiénicas, livianas y hasta más amigables con el medio ambiente.
En Uruguay, con la habilitación del Ministerio de Salud Pública (MSP), ya se puede acceder a férulas que son aplicables a diferentes patologías.
Ricardo Vaucher, CEO de Fix It Uruguay, empresa fabricante de órtesis impresas en 3D, biodegradables, hechas a medida y termomoldeables, contó a El País que este es un emprendimiento familiar que nació en Artigas.
“Tenemos un hermano que vive en Brasil, es fisioterapeuta y allá fue invitado por unos colegas a participar en una licencia de Fix It, que lo que hace son órtesis inmovilizadoras, impresas en 3D”, dijo.Vaucher detalló que en el país vecino ya hace más de seis años que se ha comprobado la efectividad de esta tecnología y en Uruguay se instalaron hace poco más de un año.
Hoy se cuenta con más de 25 férulas aplicables para diferentes patologías; además están desarrollando planificaciones quirúrgicas, que en Brasil ya están resultando.
El objetivo, explicó, es brindar una recuperación con comodidad y libertad durante el tratamiento, posibilitando el acceso a todos los niveles socioeconómicos.
Las ventajas o diferencias que tienen estas órtesis con otras es el material utilizado y la forma de aplicarlo, señaló Vaucher a El País.
“Tenemos un material que es ecofriendly, porque es biodegradable y apoya de esta manera al medio ambiente”, dijo en referencia a lo que se usa para crear las placas 3D: derivados de la remolacha, caña de azúcar y maíz, elementos totalmente naturales. Así, se evitan los deshechos hospitalarios que provocan los yesos convencionales.
“Nuestras órtesis son termo-moldeables, la impresora saca una placa plana y eso va a las manos del fisioterapeuta o de la persona capacitada por nosotros para colocarla, quien la moldea con calor, que la deja bien blandita y protegiendo al paciente con una malla tubular para que no se queme, se moldea al brazo o a la parte del cuerpo que sea necesario”, explicó Vaucher.
Estos inmovilizadores no solamente están pensados para pacientes que hayan tenido fracturas, sino que también pueden usarlos personas con tendinitis, síndrome del túnel carpiano, diversas patologías ortopédicas o problemas neurológicos.
“Una vez moldeado, que no quede ni muy justo ni muy flojo, se saca la malla protectora y se ponen precintos para seguridad. Esto se hace en un par de minutos; es sumamente rápido. Lo que más demora es la impresión de la placa, que puede llevar entre cuatro y ocho horas, dependiendo del tamaño de la órtesis”, añadió el CEO.
“Los seis años que hace que se trabaja con estas órtesis en Brasil posibilitan que nosotros ahora en Uruguay lo hagamos con ciertos estándares, porque ellos después de hacer tantas férulas descubrieron, con estudios estadísticos, que hay muchas medidas que se ajustan a un M, a un G, etc., entonces son milímetros de diferencia en personas distintas y podés tener distintas bases con sus medidas y cuando llega el paciente ya es más fácil moldear la que está hecha y colocarla”, contó.
Vaucher destacó que respecto a la responsabilidad empresarial, ya están en contacto con ASSE y Centro Teletón para poder aportar parte de estas soluciones sin cargo para algunos de sus pacientes.
Hoy tienen dos impresoras funcionando en Artigas, pero están a la espera de una veintena más y la meta es estar en todo el país.