ESPACIO

Desde ahora y hasta mediados de octubre, desde el hemisferio sur será visible el centro de la Vía Láctea, donde esta parece más brillante y, por lo tanto, “es más fotogénica”. ¿Cómo puede capturarlo un aficionado?

Mauricio Salazar, o Astropolo como es conocido en Instagram, es un joven uruguayo apasionado por la astrofotografía que fue reconocido por la NASA en noviembre de 2019. “Tenemos la ventaja de disfrutar una visibilidad mayor (que en el hemisferio norte) ya que el pico se produce en invierno, cuando los días son más cortos y las noches más largas”, explicó.
Consultado por El País, Astropolo dio sus consejos para captar la belleza de la Vía Láctea.

“Debemos alejarnos de la contaminación lumínica de las grandes ciudades para observar cielos donde la luz que predomine sea la de las estrellas”, señaló. Se pueden descargar mapas –el experto recomienda a Dark Sky Map– para saber hacia dónde desplazarse. En el territorio nacional, Astropolo destaca a Cerro Catedral, Cabo Polonio, Valizas, José Ignacio y Santa Teresa como los mejores lugares para fotos nocturnas. “No solo por la calidad de sus cielos, sino también por los paisajes que ofrecen para componer una fotografía interesante”, apuntó.

Las noches ideales para fotografiar la Vía Láctea son aquellas sin nubes y sin Luna, en particular, los días previos y posteriores a la fase de Luna Nueva. El mejor momento del día es aproximadamente dos horas después del atardecer, cuando comienza la oscuridad total. La ausencia de la luz del Sol va a perdurar hasta dos horas antes del amanecer.

Cámaras semiprofesionales y hasta celulares de alta gama son suficientes. El resultado será mejor si el dispositivo cuenta con sensores full frame y APS-C, ya que logran una buena calidad en condiciones de baja luz. “Mi recomendación es intentarlo con el equipo que tengamos disponible, que permita utilizar modo manual y guardar en formato RAW. Así podremos conocer sus limitaciones y tener nuestras primeras experiencias”, dijo Salazar a El País.

Respecto a las lentes, los grandes angulares son los indicados para abarcar gran parte de la Vía Láctea e incluirle paisaje. A juicio del experto, con focales de entre 12mm y 24mm “vamos a obtener imágenes increíbles”. También se necesita que el lente sea luminoso para captar la mayor cantidad de luz de las estrellas en cada exposición. Una apertura de f/2.8 o mayores (f/1.4 o f/2.0) son ideales. “Si solo disponemos de un lente de kit, vamos a conseguir la foto de todas formas”, explicó.

No hay que olvidarse del trípode. Las exposiciones son largas –de entre 15 y 30 segundos– y, cuanto más estable sea, el viento no moverá la cámara y la foto será nítida. Para ayudar a estabilizar el trípode, se le puede cargar una mochila en la columna central o una bolsa de rocas. También ayuda el disparador remoto o usar el timer de la cámara.

El equipo debe estar en modo manual. El fotógrafo debe utilizar la mayor apertura disponible en el lente y la focal más angular. Luego hay que enfocar manualmente hacia el infinito y chequear el tamaño de las estrellas hasta que aparezcan en foco. Para el tiempo de exposición hay que tomar en cuenta la “regla del 500” que evitará trazas en las estrellas. Esta norma dice que hay que dividir esa cifra entre la focal para obtener la cantidad de segundos para la exposición. Además, se puede comenzar con un ISO 1600 y chequear que la foto no haya quedado subexpuesta. De ser el caso se debe aumentar.

Siempre es mejor visitar el lugar durante el día para encontrar ese encuadre que a la noche va a ser difícil de ver. No hay que olvidarse de llevar una linterna y abrigo. Y, finalmente, “para evitar noches de fotos arruinadas por la humedad”, Salazar recomienda comprar un calentador antihumedad para los lentes.