Insólito hallazgo arqueológico: una estatua del Imperio Romano estaba escondida en una alcantarilla

Las excavaciones rutinarias en Europa suelen descubrir elementos históricos sorprendentes, pero uno en Bulgaria llamó la atención por el lugar y las condiciones en las que se lo encontró.

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La estatua de Hermes encontrada en Bulgaria.
La estatua de Hermes encontrada en Bulgaria.
Foto: Captura / X @Reuters

La Nación/GDA
Un alcantarillado, que data del Imperio Romano, ubicado en Rupite, Bulgaria, sorprendió a un grupo de arqueólogos, cuando encontraron en él la estatua del dios griego Hermes. Según explicaron las autoridades, tiene dos metros de altura y se estima que se ocultó en ese sitio a propósito.

El reciente descubrimiento ilusionó a los fanáticos de la arqueología y la historia antigua tras el comunicado de prensa que difundió la agencia de noticias Reuters. Una vez más, se encontró una escultura de grandes dimensiones correspondiente a la época imperial. Este tipo de sucesos no suele ser común, a pesar de que a diario en diferentes países de la comunidad europea aparecen gracias a las constantes expediciones.

La estatua de mármol bien conservada representa a la imagen del dios griego Hermes. Se dio con ella en medio de los trabajos de excavación de la ciudad antigua de Heraclea Sintica, fundada entre el 356 a. C. y el 339 a. C. por el rey Filipo II de Macedonia. Esta misma urbanización se encontraba en el actual límite fronterizo con Grecia.

Por qué la estatua terminó escondida en la alcantarilla

Sobre la ubicación de la estatua, existen dos versiones muy certeras de por qué terminó oculta. En principio, en el 388 d. C., un terremoto devastó toda la ciudad, por ese motivo, los habitantes decidieron resguardar la escultura en las alcantarillas. Una vez depositada ahí, la cubrieron de tierra. Eso explicaría su buena condición. Cabe destacar que en el año 500 d. C., la pequeña villa quedó abandonada en su totalidad, puesto que no logró recuperarse del desastre natural.

Otra opción, según los arqueólogos, es que la posible decisión de esconder esta imagen haya sido para protegerla de los fieles del Imperio Romano, después de que este se convirtiera al cristianismo y que obligara a toda su población a suprimir las manifestaciones paganas.

Lyudmil Vagalinski, que dirigió el equipo de arqueólogos, comentó a Reuters: “La cabeza está muy bien conservada, aunque tiene algunas fracturas en las manos”. Y agregó que la estatua es una copia romana de un original griego antiguo.

“Todo lo pagano estaba prohibido y ellos se sumaron a la nueva ideología, pero aparentemente cuidaron de sus antiguas deidades”, refirió el experto ante la posibilidad de que los ciudadanos imperiales hayan decidido salvaguardar las figuras que representaron a sus dioses en algún tiempo.

A The New York Times, en tanto, Lyudmil describió: “La encontramos por casualidad (...) Fue asombroso. Una estatua entera apareció ante nosotros”. Incluso destacó la importancia de haberla ocultado, ya que gracias a eso resistió el paso del tiempo, en particular a los ataques de los “fanáticos cristianos” que solían decapitar las cabezas de las deidades griegas o romanas. “Fue un milagro”, sostuvo, a la vez que indicó que el cuerpo permanece casi completo, sin signos de vandalismo.

De este modo, el reciente hallazgo retrotrajo al recuerdo de los arqueólogos por un descubrimiento similar que sucedió el año pasado en el mismo sitio. Al parecer, sirvió de buen escondite para los habitantes de Heraclea Sintica, a pesar de su entorno desagradable.

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