ARTE

"Querían una instalación que la gente pudiera ver, recorrer y pasar por dentro de ella; que inspirara libertad en este momento en que está todo tan complicado. Que fuera una pausa o un descanso”, contó el artista Federico Gauthier sobre lo que finalmente resultó Abrazo a la vida, la escultura que estará en la explanada de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) hasta el domingo 7 de marzo. Luego recorrerá los barrios de la capital.

El escultor nacido en Dolores (Soriano) iba a realizar el carro del Desfile Inaugural del Carnaval, como ya lo hizo antes, pero al suspenderse todo lo relacionado a la fiesta de Momo la IMM le encargó este trabajo como parte de la convocatoria La cultura va por barrios.

Se le ocurrió entonces crear este “abrazo fractal”. “Fractal es una medida que se repite en todo; está en los girasoles, en el universo, en las constelaciones, en las relaciones humanas. Grafica la distribución de las cosas en la vida”, explicó.

No tenía muy claro cómo representarlo, pero unos días en Playa Verde junto a amigos del colectivo de artistas Contra la Pared lo ayudó. “Tiré el debate y empezamos a conversar. Hay una idea que la bajé en la arena, en la playa… la obra caminó por todos lados hasta que salió”, apuntó.

Gauthier dijo que Abrazo a la vida también se nutrió de su experiencia durante tres años como profesor de arte en la cárcel de mujeres de Colón. “Fue un viaje trabajar en esa realidad, me atravesó y me afectó por todos lados. El día que llegué a la cárcel había niños chiquitos con sus madres en las celdas; esa fue una imagen impactante, me quedó marcada para siempre”, recordó sobre esas mujeres a las que les daba ganas de abrazar para darles el cariño y la confianza que han perdido.

El resultado final es este “universo que abraza a la Tierra, la Tierra que abraza al ser que está ahí y ese ser que abraza otro ser, que es una esfera de luz. Se puede hacer el viaje tanto de adentro para afuera como de afuera para adentro. Esa es la idea”, describió el artista.

Unos 12 días le demandó a Gauthier realizar esta instalación escultórica de espuma de poliestireno expandido. Para recubrirla utilizó la técnica de la cartapesta (trozos de papel de diario cortados a mano y unidos mediante un pegamento), pero recurriendo al papel kraft según lo que aprendió el año pasado cuando viajó por unos días al Carnaval de Rio de Janeiro para aprender lo que se hacía en las scolas do samba.

La obra tiene una altura de 3,50 metros y un diámetro exterior de 7 metros. Se puede recorrer y también ser intervenida por la gente, a la que invitan a dejar “pensamientos, dibujos, críticas, mensajes y otras formas pictóricas o escritas”.

“La idea es que no sea una obra para admirar, sino que sea una obra para intervenir, que sigan pasando cosas, que se siga transformando”, destacó Gauthier, quien trabajó junto a sus exalumnas Viviana Costa, Alicia Rodao y Carolina Silva.

El escultor extraña mucho el Carnaval, en el que no solo trabaja sino que disfruta como espectador. Pero advirtió que algo positivo ocurrió con este y otros parates culturales.

“La pandemia paró todo en Montevideo y empezó a explotar hacia el interior del país, donde están pasando cosas que antes no pasaban o que pasaban pero no con la frecuencia o la fuerza de ahora”, destacó.