El Tiempo/GDA
La inteligencia artificial (IA) permeó en la vida diaria, pero un lugar donde es difícil imaginarla es en los centros religiosos. Sin embargo, una iglesia en Alemania tuvo la presencia de ChatGPT, el chatbot de OpenAI, donde la IA predicó.

El Congreso de la Iglesia Evangélica Alemana, que se realiza de manera bienal en el país europeo, contó con la presencia de esta herramienta, que predicó ante cientos de feligreses.

“Queridos amigos, es un honor para mí estar aquí y predicarles como la primera inteligencia artificial en la convención de protestantes de este año en Alemania”, dijo el avatar de la inteligencia artificial, personificado por uno de los cuatro avatares dispuestos.

Un ChatGPT párroco llevó a cabo un sermón, salmos, música y una oración al final de su intervención, informó Associated Press. Como si se tratara de un creyente real, pidió a la sala llena de feligreses que se pusieran en pie y alabaran al Señor.

La convención, que tiene lugar cada dos años en un lugar diferente de Alemania, no solo atrae a cientos de religiosos para orar, cantar y profesar su fe, sino que también para abordar temas de interés mundial y que ameritan un llamado a la acción.

Los tópicos que se tocaron allí incluyeron el calentamiento global, la guerra en Ucrania y la inteligencia artificial. De hecho, el lema de todo el sermón "Ahora es el momento", también fue invención de esta tecnología.

“Le dije a la inteligencia artificial: 'Estamos en el congreso de la iglesia, usted es un predicador, ¿cómo sería un servicio religioso?'", detalló el teólogo y filósofo de la Universidad de Viena Jonas Simmerlein, quien estuvo detrás del desarrollo del sistema.

La iniciativa del académico surgió como un experimento, que al final terminó atrapando la atención de más de 300 feligreses al hablar sobre dejar atrás el pasado, enfocarse en los desafíos del presente, vencer el miedo a la muerte y nunca perder la confianza en Jesucristo.

En total, fueron cuatro avatares (dos mujeres y dos hombres jóvenes) los que estuvieron al mando del servicio religioso durante alrededor de 40 minutos. Si la reflexión no faltó, al igual que las risas, las críticas por parte de los asistentes al evento tampoco lo hicieron.

Heiderose Schmidt, una mujer de 54 años, le dijo a AP que, si bien los predicadores creados con IA le causaron curiosidad al principio, a medida que avanzó el sermón se vio decepcionada con su falta de humanidad y emociones.

“No había corazón ni alma. Los avatares no mostraban emociones en absoluto, no tenían lenguaje corporal y hablaban tan rápido y monótonamente que me resultaba muy difícil concentrarme en lo que decían”, confesó la mujer a esta agencia.

Para Anna Puzio, investigadora en ética de la tecnología de la Universidad de Twente en los Países Bajos, la irrupción de la IA en escenarios religiosos puede traer consigo mayor inclusión y accesibilidad, pero también poner sobre la mesa otros desafíos asociados a la veracidad y pluralidad de creencias.

En diálogo con AP, sostuvo: “El desafío que veo es que la IA es muy parecida a la humana y es fácil dejarse engañar por ella. Además, no tenemos una sola opinión cristiana, y eso es lo que la IA tiene que representar también”.

Quizá el mayor obstáculo que se evidenció durante la intervención de los avatares en el congreso es su falta de interacción con los humanos, que sí habría estado presente de haber tenido a un pastor humano.