Salud
Consumir cigarrillos electrónicos aumenta el riesgo de sufrir un derrame cerebral, un ataque al corazón o una enfermedad coronaria, según los resultados preliminares de una nueva investigación médica publicada ayer.
El estudio de la Asociación Americana del Corazón, que se presentará en su totalidad la próxima semana en una conferencia internacional médica que se celebrará en Honolulu (Hawái, EE.UU.), es el mayor hasta la fecha que examina el impacto de ese tipo de cigarrillos en la posibilidad de sufrir un ictus.
Para elaborarlo, los científicos emplearon una base de datos de 2016 con unas 400.000 personas en los 50 estados del país.
En él, un total de 66.795 personas reconocieron ser consumidoras frecuentes de esa clase de tabaco, frente a 343.856 que afirmaron no haber probado nunca cigarrillos electrónicos.
Los investigadores emplearon un análisis de regresión logística, que se suele emplear en estadística para predecir el resultado de una variable categórica en función de variables independientes o predictoras.
Así, hallaron que los consumidores de los llamados e-cigarrillos tenían más riesgo frente a los no fumadores de sufrir una serie de problemas de salud: de hecho, tenían un 71 % más de posibilidades de sufrir un ictus, un 59 % más de padecer un ataque al corazón o angina de pecho y un 40 % más de tener alguna enfermedad coronaria.
El estudio también encontró que el 4,2 % de los "vaporeadores" informaron que habían sufrido un derrame cerebral, aunque los datos del análisis no reflejan el número de muertes atribuibles a este tipo de cigarrillos.
"Comparados con los no consumidores, los consumidores de cigarrillos electrónicos eran más jóvenes, tenían un índice inferior de masa corporal y una tasa inferior de diabetes", dijo uno de los autores del análisis, Paul M. Ndunda, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Kansas.
De acuerdo a datos recogidos en la investigación, en 2016 el 3,2 % de los adultos en EE.UU. y el 11,3 % de estudiantes de secundaria admitieron haber consumido cigarrillos electrónicos en los 30 días precedentes.
Entre 2011 y 2015, su uso creció un 900 % entre los jóvenes del país.
El análisis será presentado la próxima semana en la Conferencia Internacional del Derrame Cerebral en Honolulu.
La Asociación Americana del Corazón recuerda que los cigarrillos electrónicos que contienen nicotina son tabaco y deberían someterse a la normativa que se aplica sobre este tipo de productos y ha instado a que se legisle para prevenir el acceso de los jóvenes a los llamados e-cigarrillos.