Investigadores encontraron presencia de microplásticos en restos arqueológicos antiguos y encendieron alarmas

El estudio, llevado a cabo por la Universidad de York, en el Reino Unido, constató la presencia 16 variedades de estos componentes, que son contaminantes, en un esqueleto desenterrado en 1988.

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Residuos plásticos en la arena.
Residuos plásticos en la arena.
Foto: Freepik

La Nación/GDA
Una investigación que dio a conocer el hallazgo de microplásticos a siete metros por debajo de la superficie sorprendió a la comunidad científica. Según informó la Universidad de York, en el Reino Unido, se analizaron porciones de tierra que se extrajeron de una excavación en la década de 1980. Esta misma se hizo en un yacimiento arqueológico y es la primera vez que se detectaron estos componentes químicos a tanta profundidad, lo que encendió de inmediato las alarmas.

Esta es una muestra más del peligro en el que se convirtieron los elementos plásticos para la naturaleza. Los materiales que se degradan hasta convertirse en “micro”, ya habían sido detectados en el torrente sanguíneo luego de un estudio que encabezó Heather Leslie y Marja Lamoree para la Universidad Libre de Ámsterdam (Vrije Universiteit), dos años atrás.

La presencia de estos productos a base de petróleo tienen la posibilidad de resistir el paso del tiempo antes de desaparecer y, por ende, en su curso de erosión, contaminan. Su tamaño puede ir desde 1 μm (una milésima de milímetro) hasta 5 mm.

Todo sucedió luego de desenterrar un esqueleto en 1988, que se sepultó entre los siglos I y II de nuestra era. Allí, los investigadores sustrajeron tierra para un posterior análisis que se realizó recién este año.

Se identificaron, en total, 16 variedades de polímeros de microplásticos, contemporáneas y archivadas. Esto se debe a que, con el paso de los años, la proliferación de este material en todo el mundo se hizo cada vez más evidente en la vida cotidiana, al punto que casi todo está hecho con él. Por este motivo, la comunidad arqueológica señaló que podrían verse afectados los hallazgos que se relacionan con cuerpos orgánicos de siglos pasados.

La presencia de microplásticos podría “comprometer el valor científico de los restos”, remarcaron. En el comunicado, el profesor y director del Departamento de Arqueología de la Universidad de York, John Schofield, indicó: “Este parece un momento importante, que confirma lo que deberíamos haber esperado, que lo que antes se creía que eran yacimientos arqueológicos prístinos, maduros para la investigación, están de hecho contaminados con plásticos, y que esto incluye yacimientos muestreados y almacenados a finales de la década de 1980″.

Investigadoras de la Universidad de York.
Investigadoras de la Universidad de York.
Foto: Universidad de York

Se supone que este material llegó hasta aquella profundidad debido a la filtración en el terreno, que se produjo durante varios años. Si bien en los océanos y los ríos ya se detectó un gran nivel de contaminación de plástico, el patrimonio histórico podría verse en amenaza por estos tóxicos, lo que obligaría a cambiar la matriz con la que se estudian dichos hallazgos.

“Nuestros restos mejor conservados, como por ejemplo los hallazgos vikingos de Coppergate (en la ciudad de York), estuvieron en un entorno anaeróbico constante, anegado durante más de 1.000 años, lo que preservó los materiales orgánicos increíblemente bien”, explicó el director ejecutivo de York Archaeology, David Jennings, quien además advirtió sobre el peligro ya existente: “Cambiará la química del suelo, introduciendo potencialmente elementos que causarán la descomposición de los restos orgánicos”.

Y agregó: “Este nuevo estudio muestra que las partículas se han infiltrado en depósitos arqueológicos y, al igual que los océanos, es probable que esto haya estado sucediendo durante un período similar, con partículas encontradas en muestras de suelo tomadas y archivadas en 1988 en Wellington Row en York”.

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