MEDIO AMBIENTE
Diferentes organizaciones promueven la declaración de la zona de la Isla de Lobos como área marina protegida de Uruguay.
Tras 20 minutos de navegación desde el puerto de Punta del Este, el Calypso se aproxima a laIsla de Lobos en la costa de Maldonado. La embarcación mediana, lleva a unas 30 personas, entre ellas biólogos y activistas de la región, que llegaron a Uruguay para participar en el Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia que se realizó en Piriápolis.
En mi visita a la isla, hace dos meses, la época de nacimientos ya había pasado, entonces la actividad de la colonia era mucho más calma que cuando están llegando las crías.
Cuando aparecen los primeros animales que curiosean alrededor de la embarcación, los presentes se sorprenden y comparten sus apreciaciones.
Diana Szteren, investigadora y bióloga de la Facultad de Ciencias especializada en lobos marinos, explica que estamos del lado que vive el lobo fino o lobo de dos pelos. Integrantes del foro intentaron bajar en la isla, sin embargo el lugar es inaccesible al público en general, aunque esto podría cambiar si se aprueba el proyecto que tiene entre manos la Intendencia de Maldonado.
Szteren, le explica a los presentes que en el lugar viven dos especies de lobos marinos y que son las mismas que habitan en las colonias de Cabo Polonio y Valizas. “La costa del Uruguay es la zona más al norte donde viven estos lobos, luego se distribuyen por la costa de Argentina, Chile y un poquito más de la mitad de Perú”, añade.
Consultada por sus colegas, la especialista remarca que lo interesante de Uruguay es que se observa cómo conviven los lobos el fino sudamericano o lobo de dos pelos (Arctophoca australis) y el lobo de un pelo o león marino sudamericano (Otaria flavescens).
Los animales están tranquilos en la Isla, ya pasó la etapa más convulsionada que es la reproductiva que ocurre entre el verano y la primavera.
“Ahora están las crias chiquitas, que tienen algunos meses de vida, los machos ya están libres y salen de caza y vuelven a descansar, mientras que las hembras hacen sus salidas pero vuelven a amamantar”, resalta.
En conversación con El País, Szteren remarca que cuando las embarcaciones se acercan a la isla pueden divisar la población de lobo fino, el que es menos común ver en los puertos porque usualmente se alimenta en aguas adentro y no es la especie que suele interactuar con los pescadores.
“Lo que vemos cerca de la costa de la isla en el agua, en general son juveniles, están como jugando”, agrega y explica que el comportamiento de juego es propio de la edad, que entre los dos y los cinco años se consideran ejemplares juveniles.
Desde la proa del barco, Andrea Michelson, coordinadora del Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia, detalla que el foro está conformado por 23 organizaciones de la sociedad civil del sur de Brasil, Uruguay, Argentina y el sur de Chile.
“Todos los años nos reunimos en uno de los países con miras a definir estrategias comunes de conservación y formas de trabajar. Este año volvimos a Uruguay después de siete años”, señala.
La visita a la Isla de Lobos, asegura Michelson, ocurre porque les interesa especialmente que esta área sea protegida. “Nuestro foco es proteger la biodiversidad, lograr estrategias de conservación para que los impactos de los usos no sustentables, el cambio climático y los impactos antrópicos se mitiguen y reduzcan para que se conserven las especies y los ecosistemas a largo plazo”, revela.
La referente asegura que es clave que se creen áreas marinas protegidas porque hay usos irracionales de los recursos y, si no se protegen ciertos espacios y especies, en el largo plazo se deterioran. “Nuestro propósito es integrar la preservación de la biodiversidad en los usos y las áreas marinas protegidas, son una herramienta para lograrlo y le da un instrumento legal, mecanismos de fiscalización y control para que a largo plazo se preserve”, remarca.
La especialista Diana Szteren es consciente de que existe un proyecto turístico para la Isla de Lobos y si bien no se manifiesta contraria, asegura que es una cuestión que debería estudiarse.
“No tengo conocimiento que se haya hecho y nunca hubo una experiencia. La clave sería probar cuál es la capacidad de carga turística, cuál es el impacto de diferentes tamaños de grupos o frecuencias de embarcaciones que se acerquen a la isla”, reflexiona. Hasta ahora, la principal interacción entre los humanos y los animales se da fundamentalmente en los puertos. “En general el animal es temeroso y vuelve al agua, pero igualmente hay que tener cuidado porque puede reaccionar mal y causar una mordida”, advierte.
Luego de pasar por la costa de la isla, el Calypso regresa al puerto. Algunos leones marinos descansan al sol en el embarcadero, otros esperan atentos para atrapar el alimento que le tiran los pescadores del lugar. De cualquier manera, estos animales forman parte de la magia y la naturaleza de la costa uruguaya.
Identificar a los lobos marinos
La bióloga especializada en lobos marinos, Daiana Szteren, explicó que identificar a los lobos, especialmente cuando están fuera del agua es bastante sencillo.
El lobo fino se conoce comunmente con ese nombre por sus rasgos afinados, especialmente su hocico y suelen ser más pequeños.
Mientras que los leones marinos, son los que habitualmente encontramos en los puertos y son de color marrón y con la trompa achatada.