Hay preguntas que casi nunca se hacen. Preguntas que, por obvias, no aparecen. Como si todo estuviese sabido, como si no hubiesen dudas, en general, nadie pregunta: ¿qué es un animal?
Ante eso, laReal Academia Española tiene diferentes respuestas. En este orden, dice: 1) Ser orgánico que vive, siente y se mueve por propio impulso. 2) Animal irracional. 3) Persona de comportamiento instintivo, ignorante y grosera. 4) Persona que destaca extraordinariamente por su saber, inteligencia o esfuerzo.
Pero, ¿qué es un animal? ¿Qué tiene que ver con lo ignorante, con lo grosero, con la inteligencia?
En general, dice Jorge Fierro, licenciado en Filosofía —y citando a Jacques Derrida— un animal se define en contraposición al ser humano. Es decir, el animal es aquel que no tiene todo lo que es propio del hombre: “Palabra, razón, experiencia de la muerte, duelo, cultura, institución, técnica, vestido, mentira, fingimiento de fingimiento, borradura de la huella, don, risa, llanto, respeto, etc”.
Pero, ¿qué es un animal? ¿Se puede hablar a todas las especies animales con una misma definición? ¿No tienen, acaso, particularidades? ¿No somos nosotros, los seres humanos, animales?
En eso empezó a pensar, hace más de diez años, Jorge, cuando se mudó desde su ciudad, Maldonado, a vivir en Montevideo y se hizo vegetariano. Siempre había tenido vínculo con los animales, pero cuando llegó a la universidad supo que el tema existía académicamente y que la filosofía lo venía abordando desde hacía tiempo.
“Descubrí que es un tema sobre el que se venía hablando hacía 50 años. Esa fue mi puerta de entrada. Empecé a leer qué más había y vi que era un tema gigante. Entonces, mientras leía e investigaba, supe que quería compartir lo que iba aprendiendo”.
Este año publicó Ellos miran. Reflexiones sobre la cuestión animal, un libro escrito en dos partes, con un prólogo, dos epílogos y una coda, editado por Estuario.
En 200 páginas Jorge se hace varias preguntas y, apoyado en lecturas y teorías, intenta formular algunas respuestas. ¿De dónde viene la noción de animal que existe en el mundo Occidental? ¿Cómo miran los animales? ¿qué tienen que ver los animales con el feminismo? Y finalmente -o antes que nada- ¿qué es un animal?
Tal vez, en el intento por comprender algo de todo esto, haya un intento de comprendernos a nosotros mismos: ¿qué se puede decir del hombre a partir de su vínculo con los animales?
Antes de seguir, una precisión: ¿qué es la cuestión animal? “Para mí la cuestión animal es un campo de preguntas y de consideraciones en torno al vínculo entre los humanos y los demás animales. Y es amplio, no solamente tiene que ver con lo ético, sino también con lo ecológico, con el conocimiento, y con cómo el humano se narra a sí mismo, cuenta su propia historia y se define”.
Es amplio, dice Jorge, porque pensar en este tema, hacerse estas preguntas, abre una puerta tras otra. En la forma de vincularnos con los animales hay preguntas éticas y morales, pero también sociales, políticas y económicas.
—Estuviste diez años leyendo e investigando para este libro, ¿cuáles son las principales reflexiones que te dejó a vos la investigación?
—La entrada fue la ética, una especie de empatía que te lleva a darte cuenta de que hay algo en el sufrimiento de los demás animales que no está bien y que nos pone a nosotros en un lugar sobre el que hay que pensar para cambiar algunas cosas. Después el camino me llevó por las definiciones: por saber qué es animal, qué es humano y pensar por qué lo definimos de esta manera -todo lo que no es humano-. Y en los últimos años lo que más vi fueron cosas que están relacionadas con la interseccionalidad, cómo se cruzan el pensamiento feminista con el pensamiento animalista o los estudios sobre las discapacidades con los estudios sobre la cuestión animal. Y por último, y este fue el descubrimiento más tardío, es una filósofa de la ciencia belga, Vinciane Despret y cómo cruza los estudios filosóficos con los estudios etológicos, es decir, el estudio del comportamiento animal.
—¿Qué descubriste con ella?
—Que no solamente está mal unir a todos los animales en la misma bolsa, sino que es bastante tonto pensar que la misma especie actúa igual en todas las circunstancias. Ella observa cómo animales de una misma especie tienen culturas diferentes, e incluso animales de una misma especie y de una misma comunidad tienen singularidades. Empezar a ver singularidad en cada individuo es un conocimiento sorprendente.
—Entender que un animal mira y tiene un punto de vista es algo sencillo y al mismo tiempo revelador. Tu libro se llama, justamente, Ellos miran, ¿por qué?
—Creo que es algo tan sencillo entender que lo que tiene ojos tiene un punto de vista y te puede ver y te percibe y te percibe de cierta manera, que es una idea muy fuerte y lo que la hace tan fuerte es que nosotros, como seres humanos, la hemos ignorado tanto tiempo. Derrida lo dice: la filosofía se divide entre aquellos filósofos que aceptan que los demás animales te pueden ver y los que no, que son la amplísima mayoría. Muestra dos cosas que son bastante impactantes: la sorpresa gigante de que los animales nos pueden ver, tienen un punto de vista, es decir, son sujetos de la mirada. Y por otro lado, pensar en qué nos hemos convertido los humanos que hemos negado tanto tiempo que los demás animales nos pueden ver, no solamente estamos nosotros que vamos a verlos a ellos a un zoológico, sino que ellos también nos miran. Y nos ven con miedo.
—Los estudios sobre la cuestión animal tienen unos 50 años más o menos. ¿Qué pasa en Uruguay con este tema?
—No tengo una respuesta clara. Creo que las sociedades son complejas, diversas. Siento que han cambiado muchas cosas relacionadas a cómo se percibe a los demás animales. Creo que cuando empecé a escribir el libro, hace diez años, había una percepción totalmente distinta. La idea de que los animales sufren creo que ya está bastante aceptada. No sé si en su totalidad o en su mayoría, pero es algo que cambió. Por otro lado creo que, así como existe este prejuicio tremendo hacia los demás animales, a los animalistas se los ataca constantemente. Pienso que hay un tema con la economía, también. Es tan fuerte la cuestión económica vinculada con la explotación de los animales y la naturaleza que cuando se plantea el problema produce muchos nervios. En general, es un tema que se ignora, que se investiga poco o se censura.
—Tu libro es un aporte. No hay muchos textos que reflexionen al respecto en el país.
—Sí, creo que introduce el tema en una comunidad donde no circulan textos académicos ni de divulgación. Creo que ese es el principal aporte del libro.