Joven comió una sopa que contenía una bacteria extraña y quedó cuadripléjica a los 23 años

Le ocurrió a una joven brasileña que se encontraba realizando un intercambio en Estados Unidos. Una infección por una rara bacteria le provocó un grave parálisis.

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Claudia de Albuquerque Celada.
Claudia de Albuquerque Celada.
Foto: O Globo/GDA

O Globo/GDA
Una mujer brasileña de 23 años llamada Claudia de Albuquerque Celada ha sufrido un trágico caso que pone en evidencia los peligros de consumir alimentos que estén potencialmente contaminados. La joven consumió una sopa industrializada que estaba contaminada, mientras se encontraba realizando un intercambio en Aspen, Estados Unidos, y quedó cuadripléjica.

Su extraño caso se debe a que De Albuquerque contrajo botulismo, una enfermedad poco frecuente pero sumamente peligrosa, debido a que puede paralizar el cuerpo humano. La causa es la bacteria Clostridium botulinum (C. botulinum), presente en un alimento en mal estado.

El botulismo es un mal poco frecuente, pero muy grave. Según el Ministerio de Salud de Brasil, afecta el sistema nervioso, generando parálisis progresiva. Los alimentos enlatados o mal conservados son una de las principales vías de contagio de esta enfermedad.

En el caso de la joven de 23 años, la infección comenzó a manifestarse con síntomas como dificultad para respirar, mareos y visión borrosa, según detalló su amiga Malu Brito, quien la ha acompañado durante este proceso.

Un tratamiento millonario en EE.UU.

El caso de Claudia fue atendido en un hospital de Aspen, donde el sistema de salud no es gratuito. Los costos médicos alcanzaron cifras exorbitantes, llegando a más de US$ dos millones. Su hermana, Luisa Albuquerque Celada, de 28 años, explicó en redes sociales que cada día de hospitalización costaba cerca de US$ 10.000, por lo que comenzaron a gestionar su traslado a Brasil.

Claudia de Albuquerque Celada.
Claudia de Albuquerque Celada.
Foto: Daily Mail

"Para evitar que la factura del hospital aumentara, comenzamos a trabajar en la posibilidad de que ella fuera trasladada en ambulancia aérea a Brasil", mencionó Luisa en un mensaje público. Aunque inicialmente no tenía autorización para viajar, el 15 de abril, el neumólogo finalmente permitió su traslado.

A pesar de la angustiosa espera, el hospital se ofreció a cubrir el costoso transporte aéreo, lo que alivió en parte la carga económica de la familia. Claudia contaba con un seguro médico, pero este solo cubría hasta US$ 100.000. Además, antes de regresar a Brasil, el secretario de salud de Aspen informó que Claudia podría ser beneficiaria de un programa de asistencia gubernamental para ayudar con los gastos médicos pendientes.

Hay esperanza para la joven contaminada con botulismo

A pesar de la gravedad del botulismo, los médicos son optimistas con respecto a la recuperación de Claudia. Después de varios meses en el hospital, ya ha mostrado progresos, como escribir su nombre y respirar por una hora con la ayuda de un respirador.

Claudia de Albuquerque Celada.
Claudia de Albuquerque Celada.
Foto: O Globo/GDA

La joven fue ingresada en el hospital el 17 de febrero de 2024, y el diagnóstico de botulismo se confirmó 15 días después. La parálisis comenzó a notarse poco después de su ingreso, una característica típica de esta enfermedad rara. Según Luisa, los médicos se enfrentaron a un reto poco común: ninguno de ellos había tratado antes un caso de botulismo.

"Dicen que es una enfermedad extremadamente rara, la mayoría de ellos nunca ha tenido un caso de botulismo en su carrera, tuvieron que 'estudiar' sobre esta enfermedad para tratarla de la mejor manera posible", explicó Luisa en una conversación con el reportero.

Alimentos que podrían provocar botulismo

El botulismo puede ser difícil de detectar en los alimentos, ya que en muchos casos la contaminación no presenta signos evidentes. Sin embargo, existen ciertos indicios que pueden alertar sobre la presencia de la toxina:

  • Latas o envases hinchados: Si el envase está abultado, es una señal clara de posible contaminación bacteriana.
  • Olores inusuales: Algunos alimentos contaminados pueden emitir malos olores, aunque no siempre es un signo definitivo.
  • Cambios en el color o textura: Aunque no siempre visibles, las alteraciones en la apariencia del alimento pueden ser un indicio de que no es seguro consumirlo.

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