TENDENCIAS
El orfebre Líber Uriarte es uno de los 20 favoritos del jurado del certamen Lewton-Brain Foldform Competition 2021. El ganador fue el israelí Ilan Garibi.
Anillo se llama la obra del uruguayo Líber Uriarte (37 años) que estuvo entre las favoritas del jurado del Lewton-Brain Foldform Competition, un certamen de orfebrería de prestigio internacional que se realiza en torno a una de las técnicas de metal más recientes.
“Hace unos años encontré el libro de Charles Lewton-Brain por internet, me lo mandé traer de los Estados Unidos y lo estudié. Es una técnica muy linda; a mí todo lo que es escultura y demás siempre me interesó”, contó Uriarte a El País.
El orfebre, formado en la Escuela de Artes y Artesanías Pedro Figari, aprovechó que este año se reeditó este concurso y asumió el desafío de participar. “Fue una linda sorpresa recibir el reconocimiento del jurado”, dijo sobre el certamen que en 2021 ganó el israelí Ilan Garibi (ver recuadro).
El pasado 10 de noviembre se enteró de que su pieza estaba entre las 20 distinguidas luego de las premiadas y de las que recibieron menciones especiales.
“El concurso no es de joyería, sino que es de la técnica, entonces hay mucha variedad de propuestas. La gente que fue seleccionada me impresionó a niveles altísimos, entonces estar ahí es mucho orgullo para mí”, señaló.
El artista ya venía incursionando en la técnica desde hacía unos años, llegando a desarrollar unas piezas que luego presentó en el Premio Nacional de Artesanía y quedaron expuestas para el público.
“Eran joyas, pero estaban más volcadas al origami, que es otra técnica que me apasiona. Desde niño hago origami. Me acuerdo que en la escuela le regalaba grullas a mis compañeros, es algo que me acompaña hace mucho”, apuntó el orfebre.
Pero para el certamen Lewton-Brain pensó en realizar algo que fuera más utilitario, “en el sentido de llegar a la escala de un anillo porque en general la técnica del Foldforming es más escultórica, más grande, porque se usa mucho martillo, piezas muy marcadas, y en general los joyeros tendemos a hacer cosas más limpias, perfeccionistas”, explicó a El País.
Por eso trasladar esas pautas a la escala de un anillo y lograr que cumpliera los requisitos de exigencia que él se plantea dentro de su formación, resultó para Uriarte un gran desafío.
El orfebre contó que, tras egresar de la Escuela Figari, tuvo la suerte de viajar a Italia con un grupo de colegas gracias a una beca. “Éramos 12, varios de ellos joyeros con los que tengo amistad y seguimos trabajando e intercambiando cosas”.
Uriarte no se dedica 100% a la joyería porque en Uruguay es complicado vivir solo de esta actividad, pero confiesa que es lo que realmente le apasiona.
Actualmente, por ejemplo, reparte este oficio con el alquiler de habitaciones para estudiantes del exterior.
En cuanto a la orfebrería, trabaja por encargo con clientes particulares que siempre vuelven o por clientes que lo contactan a través de su página de Instagram: @colectivo.heteronimo.
“Estoy tratando de hacer cosas más inclinadas a concursos y donde pueda desarrollar más la parte creativa, que es lo que más me gusta”, destacó.
Si bien años atrás se presentaba en ferias, llegando a viajar a Córdoba, Buenos Aires y Porto Alegre, hace un tiempo que ya no lo hace aunque reconoce que fueron muy buenas experiencias. “En este momento estoy en otros procesos”, señaló.
Entre otras cosas piensa aprovechar el empujón que le da este reconocimiento del Lewton-Brain para seguir investigando la técnica y abrir otras puertas.
Por lo pronto tiene dos objetivos en mente. El primero es dictar seminarios junto a su colega y amigo Marcelo Gaggioni, que tiene la Escuela 21 Orfebrería en el departamento de Maldonado. “Es un artesano de primera, un joyero excelente con mucha experiencia y mucho conocimiento”, apuntó a El País.
El segundo objetivo tiene que ver con desarrollar una serie de piezas con la técnica Foldform en oro y destinarlas a ventas más exclusivas.
“Soy de los artesanos a los que no les gusta estancarse, siempre estoy tratando de buscar una vuelta”, sentenció.
Una nueva forma de plegado del metal
Foldform es una técnica que forma texturas en 3D en láminas de metal simples a través de la forja, sin necesitar soldaduras. La lámina se pliega, se trabaja y luego se despliega. Tiene el privilegio de ser un proceso muy rápido, muy eficiente y producir cambios radicales. Fue patentada por Charles Lewton-Brain en 1980, un maestro orfebre inglés que estudió y trabajó en Alemania, Canadá y EE.UU. Es jefe de Joyería y Metales en la Escuela de Arte y Diseño de Alberta (Canadá).
Obras del ganador en el Museo del Origami de Colonia
“Comencé a practicar origami cuando tenía 12 años. Después de retirarme del servicio militar, decidí ser artista de origami. Enfoco mis creaciones en patrones geométricos y repetitivos. Con la ayuda del arquitecto Gal Gaon, comencé a aplicar teselados a materiales cotidianos como metal, madera, tela e incluso vidrio. Con las técnicas y modelos de papel originales realizo obras de arte, objetos de decoración del hogar y joyas, además de trabajos en papel”. Así se presenta en su sitio web el artista israelí Ilan Garibi (garibiorigami.com), ganador de la Lewton-Brain Foldform Competition 2021.
“Garibi es uno de los más importantes origamistas contemporáneos. Hoy es uno de los pocos que puede vivir cómodamente de su profesión”, contó a El País, Laura Rozenberg-Sofi, directora del Museo del Origami de Colonia del Sacramento, donde actualmente hay obras del israelí.
“Son piezas donadas al museo, Él fue muy generoso, incluso hace unos años, cuando el proyecto del museo todavía estaba en pañales”, destacó Rozenberg-Sofi.
Agregó que este artista “es una persona inteligentísima, muy hábil con las manos y de un tezón y capacidad organizadora poco común”.
Esas cualidades le permiten plegar piezas de un tamaño impresionante, todo a mano.
La directora contó que lo han contratado de hoteles y restaurantes para decorar ambientes. “Él arma teselados gigantes, en metal”, dijo.
“Lo que me ha contado es que primero le hace un ‘scoring’, es decir una marca con láser, por donde pasa el pliegue, y después viene el pliegue a mano”, añadió Rozenberg-Sofi.
Garibi, de 56 años, también ha incursionado en joyería, haciendo lo mismo pero en tamaño pequeño, en colgantes y caravanas. Además, con un amigo francés co-organiza eventos internacionales, como uno que se está haciendo muy popular en el mundo del origami que es una maratón internacional una vez al año donde participan plegadores de todo el mundo, durante 48 horas ininterrumpidas. “¡Y por si fuera poco escribe y publica libros!”, apuntó la directora del museo.
Por todo esto es un orgullo que el Museo del Origami cuente con varias piezas originales del israelí, algunas de ellas en exhibición actualmente.
La pieza ganadora de la Lewton-Brain Foldform Competition fue un colgante llamado Rounded Cubes (cubos redondos) hecho con la técnica Scoring and Bending.