La valiente niña que controló una serpiente que entró a una casa de Sauce de Portezuelo, para luego rescatarla

El reptil fue encontrado en el hogar de una señora que lo vio entre sus plantas tras volver de la playa. Al principio, los rescatistas sospecharon que era una yarará, pero resultó ser otra especie.

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Yara, la niña que rescató una serpiente en Maldonado.
Yara, la niña que rescató una serpiente en Maldonado.
Foto: Alternatus Uruguay

Redacción El País
En un rescate que fue documentado este jueves 29 de noviembre, se produjo un hallazgo de una serpiente musurana marrón (Paraphimophis rusticus) dentro de una casa ubicada en Sauce de Portezuelo, en el departamento de Maldonado. El avistamiento fue documentado por la organización Alternatus Uruguay, que a su vez se encargó de controlar al reptil y rescatarlo.

En un video en el que se muestra cómo fue el rescate, Ignacio Etchandy, de Alternatus, cuenta con la ayuda de una valiente niña, su hija, a quien él identifica como Yara, o por su apodo, “Yari”.

“Con la invaluable ayuda de Yari pudimos contenerla de forma segura”, dice el video de Alternatus Uruguay.

Etchandy indicó que recibió un llamado por una vecina que había vuelto de la playa, y que al ingresar a su casa, se encontró con lo que describió como "una serpiente negra" entre las plantas de su hogar.

Serpiente musurana marrón encontrada en una casa de Maldonado.
Serpiente musurana marrón encontrada en una casa de Maldonado.
Foto: Alternatus Uruguay

Al principio, se llegó a sospechar que se trataba de una yarará (Bothrops pubescens) “ya que también suelen ser oscuras”. Sin embargo, terminó constatando que en realidad, la serpiente encontrada en una casa era efectivamente una musurana marrón, “una especie inofensiva que incluso, se puede alimentar de serpientes venenosas”.

Lo más destacable del video es cómo la niña rescata a la serpiente abordando la situación con total tranquilidad. “¡Ah, qué linda!”, expresa la niña al verla por primera vez, que luego afirma que, de haber sido una serpiente venenosa, el rescate lo habría hecho solo su padre.

Al final, Ignacio Etchandy la termina ayudando a colocar el animal en un tupper, donde se mantuvo en calma, incluso antes de ponerle una tapa.

“Esta culebra es bien interesante porque puede llegar a alimentarse de ofidios. No es tan frecuente en la zona. Es más frecuente una muy parecida, que es la culebra parda del agua, que es con la que la confundimos un montón porque hay culebras pardas del agua que tienen el mismo color. Pero hay ciertas diferencias en la zona de la cabeza que hacen que nos demos cuenta de que es una musurana”, dice Ignacio Etchandy, quien agregó una información invaluable: “las yararás, cuando se asustan se quedan paralizadas. Las culebras huyen”.

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