SALUD ANIMAL
Facultad de Veterinaria empezó a estudiarlos en 2020; ¿cómo se contagian los gatos y cuáles son los síntomas?
Laylah padece leucemia felina (ViLeF) y su dueña, Ana, inició una campaña de recolección de firmas (le falta muy poco para llegar a la meta de las 5.000 en la plataforma Change.org) para que otros accedan a la vacuna que previene esta enfermedad y que no está disponible en el país. Si bien esta enfermedad infecciosa es advertida por los veterinarios en las consultas, todavía se desconoce a ciencia cierta cuál es su difusión en el país. El único dato que se tiene actualmente se recabó en 2020.
Rodrigo Puentes, profesor de virología en el Departamento de Patobiología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República, dijo que a partir de un “relevamiento piloto” realizado en gatos que llegaron a la institución por otros problemas de salud –como gingivitis, cuadros respiratorios o digestivos– y gatos que llegaron al servicio de esterilización y se encontró que el 56% padecía la infección por ViLeF, por lo que se decidió continuar con otros estudios para conocer la distribución y las diferencias genéticas en el país.
¿Por qué estos virus no se habían estudiado antes? ¿O por qué no está disponible el método de profilaxis? Puentes respondió que en los últimos años ha aumentado la adopción de gatos como mascotas por tratarse de animales más independientes que los perros y que no requieren tanta atención. “Ahora se los considera la mascota del futuro”, apuntó. Esto también responde a la falta de vacunas en el mercado. Hasta ahora, los fabricantes no tomaban en consideración a la plaza uruguaya por su reducido tamaño. No obstante, el veterinario comentó que actualmente existe interés de algunas compañías en registrar vacunas ante el MGAP para su comercialización en nuestro país.
En comparación, Puentes señaló que en el mercado hay más de 10 vacunas para perros.
“Cuando ves un gato desmejorado, flaco y que no come es candidato para tener dos virus que se buscan juntos: la ViLeF y la inmunodeficiencia felina (VIF). La primera particularidad que llama la atención del propietario estos virus pertenecen “a la misma familia que el virus que causa el sida en humanos”, pero “no son los mismos virus y, por lo tanto, no representan un riesgo para las personas”.
El ViLeF es similar al Virus linfotrópico humano de células T tipo 1 (HTLV-1). El animal puede ser asintomático por mucho tiempo o producirse un cuadro de leucemiay linfomas, entre otros síntomas. Mientras que el VIF tiene un cuadro más parecido al del HIV y, por tal motivo, también se lo conoce como “el sida felino”. “Los gatos se infectan de por vida, pudiendo causar enfermedades crónicas y persistentes. Terminan en un estado de anorexia y con enfermedades asociadas por la baja respuesta inmunitaria”, apuntó el profesor.
El gato portador está predispuesto a padecer un mayor número de infecciones. También puede sufrir anemia y desórdenes neurológicos.
La infección se da a partir de otro animal infectado. Ambos virus se transmite fundamentalmente por la saliva, pero el VIF necesita ingresar por alguna lastimadura (por ejemplo, por mordidas). Por lo tanto, “es clave en la transmisión la conducta social de los gatos. Salen en la noche, interactúan con otros, se acicalan entre ellos, etc.”, dijo Puentes.
Guía para la vacunación de felinos en Uruguay.
Las vacunas esenciales para los gatos son las que protegen contra el Virus de la panleucopenia felina, Calicivirus felino y Herpesvirus felino-1. En las zonas del mundo donde la infección por rabia es endémica, la vacunación debe ser considerada esencial también para los gatos. Las vacunas opcionales para felinos protegen frente a Virus de la leucemia felina (no disponible en Uruguay), Chlamydia felis y Bordetella bronchiseptica. La vacuna contra la peritonitis infecciosa felina no son recomendadas por los organismos internacionales.
Posiblemente la razón por la cual antiguamente la casuística de estas infecciones no era tan relevante en las clínicas veterinarias esté relacionada con el auge de la tenencia de felinos como mascota y el manejo y cuidado que los propietarios brindan a sus animales. Los virus de VIF y ViLeF siempre circularon en colonias de gatos callejeros; el tema es que a estos animales no se les realiza controles. Actualmente, los gatos mascotas interactúan con estas colonias y son llevados al veterinario, lo que posibilita los diagnósticos y así se encuentra evidencia sobre la circulación de ambos virus en el país.
Ante la falta de tratamientos específicos para ambas enfermedades, cuando se manifiesta la enfermedad clínica, el pronóstico es reservado, pero no quiere decir que sea inminentemente letal. En Uruguay se realizan terapias paliativas que buscan mejorar la sintomatología y calidad de vida del animal. “Se debe considerar que es una infección irreversible, lo que quiere decir que una vez que el virus ingresa a las células, no tiene vuelta atrás”, dijo Puentes.
No obstante, un análisis en el laboratorio puede determinar si la enfermedad es progresiva o regresiva, entre otras formas clínicas. Si se trata del primer caso, hay más chances de que el cuadro se agrave con el paso del tiempo, disminuyendo la sobrevida del animal. Si la infección es regresiva, el virus probablemente permanecerá latente en la médula ósea, no afectando la calidad de vida del gato.
Castración: forma de cuidado y prevención.
El profesor de virología de la Facultad de Veterinaria Rodrigo Puentes dio la siguiente recomendación para los dueños de gatos: esterilizarlos. Esto no va prevenir directamente la infección por leucemia felina o por inmunodeficiencia felina (no hay vacunas en el país) pero logrará que el animal tenga un mejor carácter, deambule menos y tenga menos interacción y menos peleas con otros gatos, lo que sí reduce el riesgo. El otro consejo es que reciban asistencia veterinaria de forma regular para prevenir o tratar las enfermedades oportunistas.
Ambas infecciones son estudiadas desde 2020 en Facultad de Veterinaria por lo que todavía queda mucho por descubrir. Todavía no se conoce su distribución en el país ni cuáles son las variantes genéticas que circulan en el país. Tampoco hay protocolos de atención y tratamientos claramente establecidos. Puentes junto a sus colegas Carolina Acevedo y Gabriela Franco del Departamento de Patobiología continúan con las investigaciones al respecto.
La leucemia felina puede propiciar la aparición de un gran número de enfermedades y alteraciones crónicas en el animal. Sus síntomas son los siguientes: fiebre y letargo, pérdida de apetito, adelgazamiento paulatino, deterioro del pelaje, inflamación de los ganglios linfáticos, lenta recuperación de enfermedades corrientes, anemia, infecciones de la piel o de las vías respiratorias superiores, signos gastrointestinales, leucemia y linfosarcoma en varios órganos.
Los síntomas más recurrentes en el llamado “sida felino” son fiebre, pérdida de apetito, pelaje sin brillo, gingivitis, estomatitis, infecciones recurrentes, diarrea, inflamación del tejido conjuntivo, pérdida de peso progresiva, abortos y problemas de fertilidad y deterioro mental. Vale aclarar que el virus de la inmunodeficiencia felina es específico de especie. Solo infecta a gatos. Aunque el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) pertenece a un grupo similar de virus, no hay riesgo de infección cruzada.