SOLIDARIDAD
Bicicleteados es un proyecto único en el país: los vehículos son reparados por los alumnos; mejoró la asistencia en el Liceo N° 2
A principios de 2019, docentes y padres del Liceo N° 2 Justino Zavala Muniz, de la ciudad de Melo (departamento de Cerro Largo), compartieron un diagnóstico: parte de las insistencias se debía a que había alumnos –muchos de campaña– que no tenían locomoción para llegar a la institución. En esa reunión, un padre tuvo una idea: donó una bicicleta que tenía en desuso para uno de esos chicos e instó al resto a hacerlo mismo.
Así comenzó Bicicleteados, un proyecto de préstamo de bicicletaspara que los que viven más lejos del liceo puedan seguir yendo a clase. La iniciativa fue premiada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Unicef y América Solidaria y, por el momento, es única en el país.
El 2019 cerró con siete bicicletas reparadas y andando y con una lista de espera de 20 estudiantes. “Para ellos pudimos solucionar (el traslado a clase) de otras maneras”, dijo a El País Paula De Borba, profesora y adscripta.
En esta primera semana del año lectivo hay disponibles 10 vehículos a la espera de sus beneficiarios pero todavía no se sabe cuántos interesados figurarán en la lista.
Los docentes y alumnos que participan del taller de reparación tienen que ultimar los detalles de pintura: cada bicicleta se pinta de amarillo y verde flúo para que puedan ser identificadas en el territorio y para que puedan ser visibles en condiciones de poca luz. Muchos de los chicos viven en campaña y deben transitar por rutas. En este punto, De Borba aclaró que algunos padres han rechazado la participación en el proyecto por miedo a que sus hijos circulen sin las protecciones adecuadas o que lo hagan solos.
El año pasado, el alumno que llegaba a la institución desde más lejos recorría a diario 10 kilómetros por tramo. La mayoría de quienes usaron las bicicletas del programa Bicicleteados viven a cinco kilómetrosde distancia.
“El problema radica en que no tienen otro medio de locomoción. La bicicleta para esos cinco kilómetros es indispensable”, señaló De Borba, responsable del proyecto Bicleteados. Algunos estudiantes caminaban y otros tenían la suerte de que un familiar o vecino los “arrimaba” al liceo pero no siempre podían hacerlo; algunas veces a la semana deben concurrir dos veces en el día a la institución para tener educación física y no podían cumplirlo. “La bicicleta les dio independencia y gracias a ella pueden acceder a su derecho a la educación”, afirmó la adscripta.
En 2018, datos oficiales hablaban que alrededor de 64.000 estudiantes del interior del país se trasladan en ómnibus. En ese año, el Programa de Boleto Estudiantil Gratuito apoyaba a aproximadamente 2.000 estudiantes que se trasladan desde puntos del interior profundo donde no existen líneas regulares que los acerquen a los centros más poblados para continuar sus estudios. La falta de medios de locomoción, así como también el precio de los pasajes, el tiempo de viaje y los horarios de las compañías de ómnibus inciden en el abandono de los estudios.
En Melo, la bicicleta se presta durante todo el año; es decir, los alumnos se las llevan a sus casas y pueden usarlas durante los fines de semana y las vacaciones hasta el último día de clases.
El único requisito que pone el Liceo N° 2 Justino Zavala Muniz –además de que la familia justifique la necesidad para el traslado y que esta se haga cargo de su cuidado– es que los estudiantes mejoren su asistencia y demuestren compromiso.
El desempeño educativo de cada alumno que participa de Bicleteados es seguido por la institución. La experiencia de 2019 tuvo sus frutos: disminuyó la cantidad de inasistencias y mejoraron las notas. “Uno de los chicos, por ejemplo, tuvo mejores calificaciones de las que había tenido en todos los años anteriores”, contó la adscripta.
Bicleteados ganó una mención especial en el concurso Concausa organizado por Cepal, Unicef y América Solidaria.
El proyecto fue elegido entre más de 700 trabajos presentados por jóvenes de entre 15 y 17 años de toda América Latina. La distinción le valió al Liceo N° 2 un premio de mil dólares que está siendo utilizado en el acondicionamiento de las bicicletas para este año. “Nos llegan bicicletas en todos los estados que te podés imaginar”, relató De Borba.
El equipo de Bicleteados también fue seleccionado para recibir asesoría por seis meses en gestión de proyectos. “Queremos que el proyecto crezca y sea rentable. ¿Cómo vamos a hacer con el mantenimiento de las bicis para que continúe cuando se termine el capital semilla?”, increpó la profesora. Aunque no tiene aún una respuesta, afirmó: “No vamos a dejar en banda a los gurises”.
Hasta ahora no prosperaron las gestiones ante la Policía y el Poder Judicial para que aquellas bicicletas que son requisadas pero que no son reclamadas por su propietario puedan ser donadas al proyecto.
Mientras tanto, el Liceo N° 2 Justino Zavala Muniz, de la ciudad de Melo –al que asisten 1.200 alumnos– está abierto a recibir donaciones de bicicletas o repuestos. Los donantes, en realidad, pueden recuperar el vehículo a fin de año. También se necesitan personas que sepan reparar bicicletas para que den una mano a los alumnos en esa tarea o enseñen el oficio en los talleres.
En 2019, la institución también inauguró su huerta orgánica, la que funciona los sábados con el apoyo de padres y docentes y con el objetivo de generar conciencia sobre la importancia de una alimentación balanceada.
Otro proyecto social del Liceo N° 2 es la fabricación de juguetes con materiales reciclados que se envían a los niños de una escuela rural ubicada a pocos kilómetros de la capital de Cerro Largo.
Este año, además, se abrió la modalidad de horario extendido para los alumnos de primer año y se prevé que se sumen los cursos siguientes en los próximos años.