Decir vacaciones es también pensar en los aprontes y encarar el armado de la valija en medio del caos de diciembre y previo a entrar al tan anhelado modo relax.

Los y las más coquetos dirán que no es tarea simple elegir qué ropa y accesorios llevar, y cuáles dejar en el placard de casa. Una ayuda: prioricen las prendas de colores vibrantes. La temporada 2022-2023 es a puro fucsia, verde, amarillo, anaranjado y azul. Esa luminosidad ya se puede ver en la arena de Punta del Este, y también resalta en bares y boliches.

“Es un verano de mucho color: en la playa, en la noche, en todos lados”, comenta Debbie Goldfarb, asesora de imagen personal. Y añade que a los tonos intensos se suman otros más apastelados para dar lugar a un juego bien marcado de colores.

El lino es sinónimo de verano, por ende, siempre está vigente. En las playas más top del balneario esteño -José Ignacio, Bikini y Montoya-se ofrecen diversas prendas de esta tela importada de Italia. A las clásicas e infaltables camisolas blancas de manga larga y corta -que rondan los $ 2500- se suman como novedad jardineros a rayas o en colores vivos al mismo precio.

A brillar e innovar

Hace 24 años que Daniel vende ropa en la playa de José Ignacio y conoce a su clientela como la palma de su mano. Mientras acomoda su perchero ubicado frente al parador La Huella comenta a El País que las túnicas y pantalones de lino en azul, blanco y beige ($ 2400) son lo más pedido. Este año, Daniel innovó con unos vestidos de lino largos con cuello que valen $ 2600. Están disponibles en salmón, amarillo, tostado y tomate.

Están leyendo bien. Ni rojo, ni anaranjado; el color ahora se dice tomate. Así lo hace saber Virginia, compañera de Daniel, y comenta que a ella le pasaron el pique las clientas. Tampoco beige, se dice tostado: cosas que uno aprende si camina por Punta.

Las camisas para hombre son un clásico y las usan también las chicas. La rosada es la favorita, según Virginia, que además confirma la tendencia que anticipó la experta: “Los clientes piden todos los colores menos negro”, dice.

Daiana y David llevan 13 años vendiendo en Montoya y esta temporada se animaron a traer de Italia camisas de hombre por primera vez. Lo hicieron a pedido del público masculino que se quejaba de que para ellos no había opciones disponibles.

Por el momento, la jugada ha sido un éxito: valen $ 2200 y se están vendiendo muy bien.

Siempre atenta a las tendencias, la pareja detectó que las soleras con encaje eran furor en Europa y trajo algunas para probar suerte aquí. Tienen en blanco, rosa, verde y tostado a $ 2500.

El olfato no les falló ya que, según la experta en moda, el 2023 será un verano de mucho tejido de punto, calado y crochet. “En la playa veremos vestiditos, polleritas, camisolas y sobre todo sweaters para los sunsets”, apunta Goldfarb.

El crochet dice presente incluso en trajes de baño. En dichas prendas la tendencia es el cut out: “Habrá mucho traje de baño con tiras cruzadas, de un solo hombro o con recortes, y sobre todo los bikinis con lazos”, remarca.

Apróntense para un 2023 signado por un reinado absoluto del brillo que se trasladará a la playa a través de la presencia del lurex. Esta tela, adelanta Goldfarb, se verá en trajes de baño y buzos.

Más tips

Ricardo Figueredo

Si habremos escuchado eso de que las modas vuelven y el consejo de no descartar prendas que en algunos años podrán estar de nuevo en el candelero. Este verano toca el retorno del viejo y querido pareo y del kimono para usar sobre los trajes de baño, así que a desempolvar ambos.

Se viene el estampado batik, tanto en tejido como en faldas. Y no olviden llevar gafas a su playa favorita: son infaltables para protegerse del sol y un accesorio estupendo que va bien con todo. “Los lentes grandes y rectangulares de acetato ganarán protagonismo en el verano 2023”, destaca Goldfarb. Amarillo y blanco serán los colores más usados.

La capelina, los clásicos caps y los buckets de colores tampoco pierden vigencia, sobre todo entre el público más joven.

“Hay muchas marcas que sacaron sombreros hechos en telas con protección de rayos UV haciendo juego con trajes de baños”, comenta la experta en moda a propósito de esta original tecnología que causa sensación en el mundo.

En las playas de Punta del Este abundan los gorros artesanales, que son muy codiciados por los turistas locales y extranjeros. Los hay de fibra natural de coco, de hoja de palmera y fibra natural.

El precio oscila entre $ 800 y $ 1200.

Los sombreros pintados a mano se roban las miradas de todos los turistas.

La cuota de originalidad la aportan las viseras artesanales hechas con esos mismos materiales ($ 1000) que lucen divinas y unos sombreros pintados a mano con detalles en tela que son garantía de exclusividad.

“No vas a ver a otra persona con el mismo”, aseguran los vendedores.