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Una madre y una hija se propusieron que la obligatoriedad del barbijo en ciertos ámbitos no supusiera una limitante para las personas sordas.
La historia de Mónica Birnfeld (53) y Mariel Litchmann (28) es una de las que más conmovió a la sociedad en los últimos tiempos, tanto que motivó un proyecto de ley.
Debido a la pandemia por COVID-19, Mónica, de la mano de su hija, compartió una carta a los medios y a través de las redes sociales en la que contaba cómo el uso de barbijos la aislaba del mundo: es sorda profunda bilateral de nacimiento y no maneja lengua de señas. Se comunica leyendo los labios, por eso la marginó el uso de tapabocas.
“Se me ocurrió hacer una breve carta contando lo que me estaba pasando, la publiqué en las redes sociales y Maru también; ella por su emprendimiento Maru Sabores tiene varios de miles de seguidores; fue ahí cuando ocurrió lo inesperado”, contó la arquitecta de 53 años a El País.
Por su parte, Mariel indicó: “Como hija, no iba a dejar que mi madre no pueda ir a la farmacia ni al supermercado, pagar cuentas, etc., porque un barbijo le impidiera comunicarse”.
Así, madre e hija, comenzaron a golpear puertas. “Hay un antes y un después en todo esto de la COVID-19. Como familia nos afectó mucho emocionalmente. Es una cuestión de actitud, tomar fuerza y pedir ayuda. El problema y la solución estaban; solo había que ponerlo en marcha”, destacaron.
Puertas adentro, desde el gobierno se venía manejando el tema, aseguraron las emprendedoras que ante la difusión en canales abiertos se pusieron en contacto con ellas.
“Me contactaron la senadora Carmen Asiaín y su secretario a través de Instagram. En menos de 24 horas estábamos las dos sentadas en su despacho contándole la situación. No demoró más de 20 minutos en proponer hacer un proyecto de ley”, detalló Mariel.
Las repercusiones fueron “inimaginables” para madre e hija. “Las personas son empáticas y apoyan la causa. Muchas familias viven lo mismo, pero no tienen la posibilidad o la idea de salir a pedir ayuda. Lo hicimos por nosotras y por todos ellos”, destacaron.
Los beneficiados, agregaron, no son únicamente quienes son sordos, sino también personas con baja audición, niños y ancianos que se apoyan en la comunicación no verbal.
En el parlamento
Tras reunirse con la senadora del Partido Nacional, Mónica y Mariel pusieron manos a la obra en el diseño del modelo inclusivo de tapabocas. Cuando lo tuvieron completado volvieron a contactarse con ella, quien presentó el proyecto de ley.
“Establece que todos los servicios esenciales tengan una cantidad de estos tapabocas inclusivos para que las personas como yo podamos comunicarnos” en los comercios o en las oficinas, subrayó Mónica.
“Estamos esperando que sesione la Cámara de Senadores y esperamos que se apruebe por unanimidad la ley”, agregó.
Una idea latente
En el capítulo “Save the Last Dance for Me” de la serie estadounidense Grey’s Anatomy, emitido el 13 de febrero pasado, por primera vez en 16 años se incluyó una doctora sordomuda y se utilizaron tapabocas inclusivos. La idea ya rondaba en el mundo.
Así lo reconocieron las emprendedoras: “La idea no es nuestra, recorre el mundo. Investigamos muchísimo. Hicimos miles de pruebas, contactos, mails, hasta que, por fin, llegamos a un modelo totalmente adecuado, cómodo, eficaz y, por sobre todo, muy económico. Queremos lograr que todos tengan acceso a él”, explicaron.
El modelo, cuyo costo no llega a los $100, está elaborado con tela y PVC y se usa de manera que no se empaña. Se puede adquirir a través de las redes sociales de Tapabocas Inclusivoso por el 097094865.
Mónica destacó la importancia de seguir trabajando en temas de inclusión: “Las necesidades siempre van a surgir, solo necesitamos un poco más de solidaridad de parte de todos los que habitamos el mundo, empatía, paciencia y, por sobre todo, dedicación por ayudar”, concluyó.
La inclusión en Uruguay
Sobre cuestiones de inclusión, al margen de la crisis por el coronavirus, Mónica Birnfeld, indicó que es un tema muy amplio en el que siempre “hay mucho por hacer”. “Con lo que respecta al tema de la audición e inclusión, ojalá pronto tengamos los subtítulos en los canales uruguayos”, sostuvo.
Para muchos sordos como ella que no manejan lengua de señas, los subtítulos son necesarios, pero no solo sería importante para ellos, también para las personas mayores, hipoacúsicas o que han ido perdiendo el oído se verán beneficiadas.
“Hay información importante que nos perdemos: noticias, conferencias y varias cosas más que necesitamos de una persona oyente para que nos transmita”, aseguró.
“Soy consciente que esto es un paso a paso, primero urge esta nueva ley, luego veremos cómo seguimos. Sabemos que ya se está manejando y ya están trabajando en ella; no es fácil, y por eso es que estoy eternamente agradecida”, señaló.
La panelista de Séptimo Día (Teledoce) y editora de El Empresario, Marcela Dobal, puso el tema sobre la mesa en la noche del domingo cuando se acercó al programa con un tapabocas inclusivo.
Si bien el de Marcela no es de los que fabrican Mónica y Mariel, la función que cumple es la misma: fomentar la inclusión y al mismo tiempo no dejar de mostrar elementos de comunicación no verbal como una sonrisa.