Mala fama de ocho patas: ¿cuáles son las arañas peligrosas en Uruguay?

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Loxosceles laeta (araña del rincón)

CIENCIA

A pesar de ser temidas, solo cuatro especies pueden provocar lesiones; expertos repasan sus características

Mala fama. Ese es el problema de las arañas. Bastan algunos datos. Por ejemplo, se conocen unas 50.000 especies en todo el mundo pero solo unas 20 tienen un veneno que puede resultar peligroso para el ser humano. De esas 20, solo cuatro están presentes en Uruguay. Y, de esas cuatro, solo una (la Loxosceles laeta o araña del rincón) puede desatar cuadros graves pero su frecuencia es muy baja: alrededor de uno al año requiere tratamiento médico.

Un aracnofóbico no lo va a creer pero Fernando Pérez Miles, profesor titular de Entomología de la Facultad de Ciencias, aseguró en diálogo con El País: “La enorme mayoría no es peligrosa sino que nos hace un favor”.

Pequeñas, grandes, peludas, patudas… cualquiera de ellas es un agente de control biológico al ser el predador natural de insectos con verdadera mala fama.

A las arañas pollito se les debe “un favor”.

“Son las que usan en las películas para aterrorizar a la gente”, apuntó Fernando Pérez Miles, profesor titular de Entomología de la Facultad de Ciencias sobre las arañas pollito, una de las especies más grandes que habita Uruguay (de color negro o marrón, con ocho ojos y unos cinco centímetros de largo sin contar las patas), particularmente en la zona de las sierras. No obstante, no son peligrosas y es de aquellas a las que se les debe más de “un favor”. Las arañas pollito controlan naturalmente al bicho torito o cascarudo (Diloboderus abderus) que ocasiona muchos daños en los cultivos. Según estudios, las arañas pollito de una hectárea son capaces de comer más de 65.000 bichos torito por mes. “Este año volvimos a reiterar un trabajo que hicimos hace 20 años y reafirmamos la importancia que tienen al controlar al bicho torito”, dijo Pérez Miles.

Además, su veneno no es de interés médico. “En la parte de arriba del abdomen tienen una especie de pelitos que lanzan una toxina por frotación cuando son perturbadas y eso puede producir irritación”.

Esta especie es la que normalmente se ve cruzando la carretera en la zona de las sierras “entre Carnaval y Turismo”. En esa época del año, los machos de la araña pollito se desplazan para encontrar la cueva de la hembra y comenzar el cortejo con golpeteos sobre el sustrato. La hembra responde con nuevos golpeteos para contestarle al macho y así lo guía hacia la entrada de la cueva, donde ocurre la cópula. La hembra regresa a la cueva, deposita los huevos y comienza a elaborar la ooteca, donde quedan protegidos. Cada ooteca contiene alrededor de 200 huevos, de los cuales nacerán las crías, tres meses después. Estas experimentan una serie de mudas: cambian las estructuras que recubren sus cuerpos. Eso les permite crecer y llegar a convertirse en adultas.

Es una especie solitaria. Construye cuevas debajo de piedras, donde permanece toda la vida. Solo sale en busca de alimento y para reproducirse.

Lesión causada por araña de rincón. Foto: MSP
Lesión causada por araña de rincón. Foto: MSP

Problemas con las mordeduras.

Hace unos 20 años, Uruguay contaba con unas 170 especies de arañas conocidas. El inventario hoy tiene más de 400, pero no se sumó ninguna peligrosa y los reportes de incidentes por mordedura o araneísmose mantienen estables.

Con todo, esas cuatro especies venenosas necesitan una explicación, en particular, la Loxosceles laeta, que recientemente fue titular en Argentina por dos muertes. A pesar de sus 15 milímetros de largo, es la especie de mayor importancia en el país porque es la responsable de la mayoría de los accidentes. “Es la que requiere más cuidado”, dijo Miguel Simó, entomólogo especialista en arañas con interés médico.

También llamada araña marrón o araña de los cuadros, es aquella que habita en las viviendas y que, en general, hace su tela en lugares húmedos, oscuros y que no se movilicen seguido.

“Pensamos que en las construcciones nuevas es difícil verlas porque los nuevos materiales generan un microambiente distinto”, apuntó Simó.
Su mordedura tiene dos partes: una leve o moderada que produce una lesión en la piel de carácter necrótico y una grave y potencialmente mortal de carácter íctero-hemolítico. En el último caso, la persona puede sufrir fiebre, cefaleas, náuseas, vómitos e insuficiencia renal y hepática, entre otros síntomas.

¿Dónde estaría el detonante? Las dos muertes en Argentina pueden explicarlo. Las mordeduras de arañas son mucho más peligrosas en niños que en adultos (un caso correspondió a un bebé de año y medio) y en personas que no reciben atención médica entre las primeras 12 a 24 horas (el otro caso fue de un hombre de 52 años que no recibió tratamiento).

“El araneísmo tiene muchas variables. Depende de si el animal inocula bien el veneno, si recién se había alimentado o si la mordedura es superficial. Cuando no se recibe atención médica entre las primeras 12 y 24 horas, el veneno empieza a tener un efecto sistémico. Por lo tanto, la recuperación del organismo es más costosa, implica la aplicación de sueros antiarácnidos e influye el estado de salud de la persona”, explicó Simó.

En el caso de la Loxosceles laeta, en un periodo de cinco años se registraron cuatro casos que requirieron intervención médica; por otra parte, hubo 83 casos sospechosos, ya sea porque no se identificó a la araña o se confundieron los síntomas con infecciones bacterianas o virus.

El resto del ranking.

La Latrodectus mirabilis se gana el segundo lugar en el ranking de las peligrosas. Conocida como viuda negra o araña del lino, esta tiene un veneno diferente a la Loxosceles laeta: es neurotóxico. “En casos graves produce contracturas musculares intensas que, si llega al sistema respiratorio, puede producir paro cardiorrespiratorio, además de otra sintomatología”, indicó Simó.

Latrodectus mirabilis (araña viuda negra)
Latrodectus mirabilis (araña viuda negra). Foto: Álvaro Laborda

La buena noticia es que la especie que habita Uruguay no es domiciliaria y, por lo tanto, es protagonista de menos incidentes que la anterior (por lo general, en trabajadores rurales). Aquí vive al aire libre, en zonas oscuras y húmedas, a nivel del suelo, o debajo de las piedras.

Pérez Miles compartió la siguiente observación: la población de viudas negras aumenta en la época de sequía.

A la Latrodectus mirabilis le sigue en importancia la Phoneutria nigriventer o araña del banano que “desde hace unas décadas es bastante esporádica”. Esta araña no es autóctona sino que es introducida en los cargamentos de banana procedentes de Brasil. Simó dijo sobre ella: “Produce un efecto neurotóxico pero, a pesar de eso, no llega a una gravedad tan importante como las anteriores. La mayoría de los casos son leves y moderados. Impresiona un poco más porque es más grande”. Pueden medir hasta 50 milímetros de largo.

Phoneutria sp. (araña del banano)
Phoneutria sp. (araña del banano). Foto: Álvaro Laborda

La lista de las cuatro especies venenosas de Uruguay cierra con Lycosa erythrognatha o araña lobo (de la familia de las tarántulas). A pesar de que impresiona por su tamaño, su veneno solo tiene un efecto local y leve. Pérez Miles agregó: “Es muy común en los jardines y en los balnearios”.

Lycosa erythrognatha (araña lobo)
Lycosa erythrognatha (araña lobo). Foto: Álvaro Laborda

De 170 a más de 400 especies en 20 años.

“Hay muchas especies de arañas desconocidas”, dijo el entomólogo Fernando Pérez Miles. En el mundo se conocen 50.000 especies diferentes y se estima que hay 170 mil en total; muchas esperan esperan ser encontradas en América del Sur.

Uruguay ha registrado un aumento de especies en los últimos 20 años: se pasó de unas 170 especies descritas a más de 400 en el presente. “Y no quiere decir que no haya más”, dijo por su parte el especialista Miguel Simó, quien tiene abiertas varias líneas de investigación para buscar e identificar especies según el ambiente, en particular, en los productivos: arrozales, plantaciones forestales, frutales, pradera y áreas protegidas, entre otros.

Pérez Miles agregó: “El aumento de especies se debe al trabajo intenso que hacemos con métodos modernos de relevamiento (como trampas de suelos y trampas de árboles). Por otro lado, estamos en un lugar geográfico que es clave que es el borde de distribución sur de muchas especies y que, probablemente por el aumento de la temperatura por el calentamiento global, muchas se van más al sur”.

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