Tecnología
La ingeniera trabaja en un área que combina salud, tecnología y monitoreo a distancia. Esta semana participará de un evento que busca inspirar a mujeres para que opten por carreras científicas.
Marcela Corbo (44) es una mujer de tecnología. Sin embargo, su camino hacia esa área no fue el tradicional: pasó por varias carreras antes de encontrar su verdadera vocación. Hoy es directora de proyectos en Genexus Consulting y responsable de K2BHealth.
Esta semana, Corbo participará de Techinspira, un evento organizado por Universidad ORT en el que integrará un panel sobre Vivir la ciencia y la tecnología.
Sobre su trayectoria y sus proyectos, la ingeniera conversó con El País.
—¿Cómo fue que te vinculaste con el mundo de la tecnología?
—Siempre me gustó el área de las ciencias. Fui al Liceo Francés e hice biológico en el bachillerato internacional y científico en el nacional. Después de algunas dificultades en diferentes facultades por distintas razones, mi padre me llevó a volcarme por la ingeniería. Así ingresé en la Universidad Católica. Mientras estudiaba allí tuve la oportunidad de hacer un curso en Genexus para hacer trabajo como analista, me fue muy bien y, sin quererlo, me llamaron para trabajar con ellos. Pasaron 22 años y siempre estuve vinculada al área de consultoría y con proyectos vinculados a la salud –medicina es otra carrera que me interesaba–, trabajé en desarrollo, jefatura de desarrollo, gerencia y ahora estoy desde la dirección. También seguí formándome, hice un MBA y posgrados enfocados a la medicina y la tecnología.
—Te dedicás a un rubro donde tradicionalmente hay hombres. ¿Encontraste trabas?
— n una de mis otras facetas, hice la Escuela Nacional de Danza y baile contemporáneo y venía de un grupo muy femenino. Cuando entré a la facultad éramos muy pocas mujeres. El primer año éramos cuatro; en el segundo, tres; y para el tercero solo quedábamos dos. Nunca tuve problema o sentí una discriminación, aunque claramente me tuve que adaptar a un ámbito más masculino o varonil.
—¿Cómo te parece que se puede motivar a más niñas y mujeres jóvenes para que se vinculen con la ciencia y tecnología?
—Opino que hay que desmitificar. Se cree que se debe ser muy inteligente y está como ese prejuicio de que si hacés ingeniería sos un “bocho”. Me parece que no es así. En mi caso siempre pasaba raspando en el liceo, no era una excelente alumna y pude hacer la carrera. Si te gusta lo vas a hacer. También hay que desterrar el mito de que quienes estudian ingeniería son medio “bicho” o no tienen vida social; eso crea una brecha. Lo otro que me parece es que a nivel de ciencia y tecnología se piensa que es algo muy técnico y, en realidad, es una profesión muy creativa; siempre estás solucionando problemas y desafíos. Un día arrancás por un lado y otro día para otro; la solución siempre es diferente, nunca es reiterativo y estás en constante evolución y aprendiendo.
—¿Qué los motivó a trabajar con el Internet de las Cosas y su aplicación en el área de salud?
—Tenemos un equipo de 20 personas que trabaja constantemente en el área. Una de las cosas que hacemos es investigar e invertir gran parte del presupuesto en investigación y desarrollo. Somos una empresa de tecnología y tenemos que estar en la cresta de la ola. Es nuestro deber traer propuestas nuevas y saber qué es lo que se viene. Para eso viajamos a ferias, participamos en cursos y foros. Vimos venir el tema de los sensores para el monitoreo de la salud, porque hay millones de posibilidades de monitoreo; y potenciar la seguridad de los pacientes era algo que se venía trabajando internacionalmente. En el caso de K2B Health, es una aplicación que se encarga de las historias clínicas y de diversos usos logísticos, en la que los sensores son concebidos como una parte importante.
—¿Qué rol tiene en la historia clínica nacional?
—Uruguay se destaca por tener una historia clínica nacional. Trabajamos en este proyecto como parte importante durante muchos años y somos de los pocos países que logramos tener ese registro, por un tema de volumen y escala. También porque somos un país, en esencia, bastante tecnológico. Tenemos una red de comunicación que no es la habitual sobre todo lo que es Latinoamérica y eso nos permite también trabajar en este tipo de plataformas. La pandemia ayuda a que se note su importancia. Lo fundamental de la historia clínica nacional es que cualquier médico que te atienda en cualquier lugar tenga acceso a tu historia clínica.
—¿Cómo ves el futuro pospandemia?
—Creo que la videoconsulta, que al principio era resistida, llegó para quedarse, así como el monitoreo a distancia. Una tendencia es sacar los pacientes del hospital y controlarlos desde otro lugar. Además, la parte de los sensores tomó relevancia gracias a la pandemia y eso generó una red colaborativa. El hecho de que pueda haber un técnico radiólogo que sea una eminencia y pueda informarte sobre una placa a cientos de kilómetros de distancia es fundamental. La no dependencia del experto en un nivel físico cambia la dinámica. Pueden existir grupos interdisciplinarios y contar con más con expertos o consultantes. Uruguay es un país que tiene la infraestructura.
Un evento para inspirar mujeres
La Universidad ORT organizó el evento Techinspira para motivar a que más mujeres se animen a volcarse a áreas de ciencia, tecnología, matemática e ingeniería. Pía Campot, María Garaña y Luisa Pereira estarán como oradoras. Además, habrá cuatro paneles de debate: Vivir la ciencia y la tecnología; Jóvenes en ciencia y tecnología; Contratación de mujeres en empresas tecnológicas; y Educación y promoción en ciencia y tecnología.
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