HOMENAJE
Hoy sería el aniversario de Martha Gularte y las vedettes le rinden tributo.
Yessy López no olvidará jamás la primera vez que vio bailar a Martha Gularte. Era niña, había ido a un desfile de Llamadas con su abuela y la oyó gritar ansiosa: “Ahí viene la Martha con esas piernas”. Cuando la monumental vedette se abrió camino entre la cuerda de tambores, Yessy solo atinó a mirar esas “piernas admirables” y guardó la imagen para siempre en su retina.
“Su cuerpo natural era de esos que ya no existen. No volveré a ver jamás una mujer exuberante como Martha o Rosa Luna”, dice a El País la vedette Yessy López sobre su ídola.
Las piernas, el porte, el baile y la actitud de Martha Gularte marcaron época y traspasaron generaciones. Su elegancia y producción al estilo rococó fueron un sello distintivo.
Lola Acosta compartió elenco con Martha en la comparsa Kanela y su Baracutanga en 1997 y asegura que “es lo más”. Habla en presente porque su estirpe está tan arraigada que pareciera que sigue en el reino de los vivos.
Lola la recuerda sentada en una butaca del Mercado del Puerto con el pelo bien tirante, las piernas cruzadas y usando esos tacos aguja que no se sacaba ni siquiera para estar en el living de su casa: “Iba producida incluso al supermercado. ‘Qué no se pierda el glamour’, decía”.
Según la vedette Belén Ray, era tan coqueta que prefería gastar su dinero en zapatos. “Florencia, su sobrina, me contó que una vez fueron a la feria; le gustaron unos tacos y usó la plata de la cena para comprárselos”, cuenta.
Hoy Martha Gularte cumpliría 100 años y quienes la conocieron aseguran que hubiera celebrado con una fiesta monumental a puro candombe, baile, feijoada y sublime elegancia.
Florencia Gularte, sobrina nieta de Martha, imagina que se hubiera estresado un mes antes con la organización. Hubiese usado sus mejores tacos, su típica boa y alguna peluca. “Hubiera sido el centro de atención”, intuye. Piensa que de no ser por el trágico accidente de su hijo Jorginho, su tía hubiera llegado radiante al centenario porque “tenía mucho espíritu y ganas de vivir”.
El festejo será el sábado 22 de junio en la escuela de candombe Integración (Río Negro 1125) desde las 21:00. Se armará un escenario y los artistas que deseen podrán rendirle tributo. Florencia quiere cocinar una gran feijoada para celebrar con el estilo de su tía. Y se invita a vecinos del barrio a que lleven un pincel y colaboren con un mural que se pintará en la pared de la escuela que da a la Rambla desde las 12:00.
La entrada es libre porque así lo hubiese deseado ella. “Jamás hubiera elegido un festejo privado porque Martha era pueblo. Hubiera abierto las puertas de su casa y su calle para compartir con sus admiradores”, afirma Tina Ferreira.
Única
Tina tenía 18 años cuando conoció a Martha Gularte: “La veía como un símbolo del candombe y permanencia. En mi foro íntimo sabía que yo no quería bailar hasta la edad que lo hizo ella pero me encantaba que se mantuviera tan bien físicamente”. Está segura de que, sin Martha, su carrera no hubiera sido posible: “Si ella no hubiese representado el rol de vedette en el candombe cómo lo hizo, todas las que vinimos atrás no hubiésemos existido”. Martha se hacía llamar “reina de la tribu”, no vedette. Fue fiel representante de la ética, espiritualidad y del ritmo candombero”, dice Tina.
Belén Ray resalta sus “piernas maravillosas y su baile soñado”. Y aconseja a quienes se “jacten de ser vedettes que la tengan allá arriba”.
Lola Acosta recuerda su ángel, carisma y ese vínculo con la gente que no se compra. “Martha y Rosa Luna fueron únicas. No volverán”, apunta a El País. Agrega que “las nuevas vedettes piensan que es solo mostrar las pompas, las lolas y estar encima de los tambores, pero no es así. Hay que tener la aceptación de la gente porque el público es lo más”.
Auténtica
Los padres de Leticia Sánchez, mejor vedette de Las Llamadas 2019 con Cenceribó, se conocieron en la comparsa Tanganika, fundada por Martha Gularte. Ella visitó a la diosa del candombe dos veces. Tenía 7 años y recuerda su casa como “un lugar mágico”: había un piano enorme y de ahí caían plumas y piedras. “Contaba historias personales como cuentos y te hipnotizaba”, dice Leticia.
Tina trabajó muchas veces con Martha porque esta la convocaba para desfiles y eventos, pero solo fue a un cumpleaños de su amiga. “Había mucha euforia para mi gusto, entonces prefería verla en otro momento donde pudiéramos compartir a solas. Llegaba a su casa, me preparaba un té y charlábamos horas”, relata.
Belén Ray nunca fue a la casa de Martha pero compartió con ella fiestas e idas la tanguería La Cumparsita. “Siempre divina, arreglada, con sus pestañas, sus tacos y todos los adornos que podía usar”, recuerda. Y añade: “Si hubo un ser auténtico de verdad fue Martha. Nunca fingió ni ocultó nada. Se desnudó, mostró su alma y se tomó todo. Hacía lo que quería pero libre”.
Testimonios
Tina Ferreira (vedette, colega y compinche): “No era tanto su presencia sino lo que significaba para el candombe y lo que transmitía. Era admirable. Pero lo que más me llamaba la atención de Martha era su condición de mujer, su solidaridad, su humildad y lo madraza que era”.
Lola Acosta (vedette, excompañera y amiga): Fue la primera mujer en obtener el premio a Figura Máxima de Carnaval en 2003 por un homenaje hecho a Martha Gularte en la comparsa Serenata Africana. “Ella y Rosa Luna fueron dos únicas. No volverán”, declaró Lola.
Yessy López (vedette y comunicadora): “Imponía tal presencia que era imposible no mirarla, incluso si estaba de particular. Absorbí el estilo de Martha y Rosa Luna, y traté de mantener como imagen lo que ellas mostraban por respeto a lo que fueron e impusieron”.
Leticia Sánchez (mejor vedette de llamadas 2019): “Recuerdo verla en las Llamadas con esas piernas espectaculares. Martha era una luchadora. Ella con sus años arriba igual se paraba y sorprendía. Tenía el poder de atrapar al público”, dijo la actual vedette de Cenceribó.