TECNOLOGÍA

"¿Quién te toma la temperatura cuando llegás al trabajo? ¿El guardia? ¿Con un termómetro láser? Eso tiene un índice de error de casi el 50%”, dijo David Miller, médico nefrólogo, sobre una medida adoptada por oficinas, comercios e instituciones para evitar los contagios por COVID-19.

Eso no era suficiente para los centros de diálisis en donde trabaja junto a su colega Soledad Ferrari. Desde el comienzo de la pandemia se llamaba cada día por teléfono a todos los funcionarios y pacientes para interrogarlos sobre posibles síntomas. “Tratamos con una población añosa; muchos viven en residenciales y van a los centros por su diálisis y allí están todos juntos. Imaginate el desastre que puede ser eso”, comentó a El País.

Un día Ferrari pensó que el triage de síntomas sugestivos por contagio con el virus SARS-CoV-2 debía hacerse de forma automática y masiva. Y así la idea se transformó en una aplicación, desarrollada por el ingeniero Martín Silva, llamada 5vid, que controla el ingreso de trabajadores, pacientes o invitados a instituciones de cualquier índole.

La herramienta cuenta con el asesoramiento deJulio Medina, director de la Cátedra de Enfermedades Infecciones de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República; Álvaro Galiana, pediatra e infectólogo; y Silvia Guerra, magíster en epidemiología, entre otros.

Los profesionales enviaron documentación al Ministerio de Salud Pública (MSP) para que la aplicación cuente con la declaración de interés ministerial, sea aprobada por Google y Apple para su descarga en las tiendas oficiales como un proyecto oficial y sea utilizada por todo aquel que esté interesado en controlar el ingreso diario a su organización.

“Para entrar al shopping, por ejemplo, 5vid aumentaría la barrera en dos o tres niveles de protección”, apuntó Miller.

5vid ya es usada diariamente en centros de diálisis desde hace un mes. Hasta ahora, permitió detectar dos casos asintomáticos de funcionarios que resultaron positivos tras ser derivados a un hisopado nasal. “Eran trabajadores que tenían familiares con cuadros respiratorios. Si tienen COVID y entran, estallan el centro”, ilustró el médico.

La aplicación incluye un cuestionario de síntomas que el usuario debe responder todos los días previo a su ingreso a la organización, desde la hora 0 de ese día hasta 10 minutos antes de presentarse en la puerta: fiebre, tos, dolor de garganta, falta de aire, diarrea, pérdida de olfato, pérdida del gusto, decaimiento, contacto con COVID-19 positivos y familiar con síntomas respiratorios.

“Este es un interrogatorio que lleva dos minutos y que no está hecho por un guardia de seguridad en la puerta de la oficina y con un termómetro que no debería ser usado en un lugar donde esté expuesto a temperaturas. Es, en cambio, un sistema de alarma. Si el funcionario registra dolor de garganta, la información le llega de antemano al jefe de recursos humanos y deberá llamar a su prestador de salud”, explicó Miller. La app no tiene validez como certificación laboral.

Y el médico añadió: “El caso índice no puede llegar a la puerta de tu institución. Si llega, tenés un problema. Por más que las medidas internas sean fuertes, vos tenés que mantener el problema fuera del lugar y la forma es hacer un triage”.

Al ingresar a un trabajo o comercio, hay dos opciones: un sensor que permita un reconocimiento facial que relacione el rostro de la persona con lo que declaró en la app o algo menos sofisticado como una nueva toma de la temperatura corporal de forma correcta y su registro en el sistema. Ambos puntos permiten mantener una trazabilidad, en particular, de aquellas personas que pueden ser asintomáticas pero que hayan estado en contacto con un caso positivo en los últimos 14 días.

“La prevención debe ser tomada en serio. Vamos a estar así hasta que esté lista la vacuna”, afirmó Miller. Esto está previsto para el correr del año 2021.