Mitos, verdades y preguntas sobre la leche

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Leche. Foto: Archivo

ALIMENTACIÓN

Cada uruguayo consume unos 230 litros de leche al año. Algunos sostienen que es buena porque aporta calcio, otros que es mala porque engorda, y se dicen muchas cosas más. ¿Mitos o verdades?

Cada uruguayo consume anualmente 230 litros de leche de vaca, más del doble que el consumo mundial promedio, según datos del Instituto Nacional de la Leche (INALE).

La leche es un alimento que acompaña al ser humano desde su nacimiento: durante los primeros meses la materna y luego, al ir creciendo, la mayoría de las familias introducen en la alimentación diaria la de vaca.

A pesar de que tradicionalmente se la ha considerado uno de los alimentos más nobles y completos en materia nutricional, de un tiempo a esta parte comenzaron a surgir detractores que llegan con diversos argumentos bajo el brazo. Si bien pueden no convencer, algunos, al menos, logran dejar planteadas ciertas dudas.

La leche de vaca es un alimento que casi todos consumimos a diario y, en muchos casos, sin que surjan interrogantes, pero cada vez son más los mitos que se instalan en relación a este alimento, sobre todo con la velocidad en que circula la información en esta era. Aunque, por supuesto, también circula información que desde el punto de vista nutricional son verdades que no pueden ser interpretadas de otra forma.

¿Es verdad que el cuerpo humano no está preparado para digerir la lactosa?, ¿la leche de vaca engorda?, ¿si no consumo leche de origen animal puedo sustituirla por una vegetal? Aquí, algunos mitos y verdades.

¿El cuerpo no está preparado para digerirla?

El hombre es el único animal que consume leche que no es de su especie y muchos aseguran que no debería hacerlo, ya que el ser humano no está hecho para tomarla. Según un informe de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT) y la Fundación Española de la Nutrición (FEN), la evolución del hombre permitió que pueda tomar leche más allá de su niñez, por lo que hoy en día no sería válido argumentar esto en la elección de no tomar leche. Es verdad que el ser humano en la antigüedad no la toleraba porque no contaba con la enzima lactasa, que permite digerir la lactosa. Pero sobre todo después del Neolítico, hace unos 11.000 años, se empezó a consumir cada vez más y con el tiempo el cuerpo humano comenzó a producir esta enzima.

Leche. Foto: Archivo
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“La leche es un alimento nutritivo, tiene proteínas, calcio, hierro, algo de vitamina D, tiene ciertas grasas saludables y muchos macro y micro nutrientes de calidad”, dijo el nutricionista Miguel Kazarez a El País. Si bien en la elección de consumirla o no se mezclan aspectos morales o éticos, además de los nutricionales, el profesional sostuvo que “no existe una única doctrina para establecer si se debe o no se debe tomar. La leche es prescindible. Quien la tome bárbaro y quien no, también”, siempre y cuando mantenga una alimentación equilibrada y saludable con los nutrientes necesarios.

¿Es mejor consumir la deslactosada?

Hay quienes sostienen que es mejor consumir la leche deslactosada porque es de más fácil digestión, incluso en personas que no tienen problemas con la lactosa. Pero no es necesario: la intolerancia a la lactosa es un trastorno de metabolización del organismo que impide digerir ese azúcar y no hay evidencia de que para la población que no tiene ese problema sea de más fácil digestión la leche deslactosada.

Kazarez señaló que el 65% de la población mundial es intolerante a la lactosa y detalló que en algunas zonas como África o Asia hay más casos que en otras como Europa o América del Norte: “Es por una cuestión ancestral de lo que históricamente consumían sus poblaciones. En Europa o Estados Unidos se consumía más leche antiguamente y están más adaptados”.

¿Sustituir la leche de vaca por la vegetal?

Las leches vegetales, que pueden ser, por ejemplo, de almendras, de soja, de arroz, de avena, entre muchas otras, son cada vez más consumidas para reemplazar la proveniente de animales. Pero, ¿son nutricionalmente una buena opción para sustituirlas? No tan así.

Kazarez explicó que hay que ser cuidadosos al elegirlas porque, si bien hay algunas que son de buena calidad y hacen aportes positivos, también sucede que “a veces estas leches son endulzadas, las presentan como una alternativa a la leche de vaca pero, en realidad, no aportan lo mismo. Se les suele adicionar artificialmente calcio, pero aún así pueden no tener las mismas cantidades. Sobre todo, las leches vegetales tienen mucha menos proteína y eso, por ejemplo, no ayuda a quienes quieran desarrollar su masa muscular”.

El nutricionista resaltó que, sobre todo en el caso de los veganos, el hecho de no consumir leche proveniente de animales debe compensarse con el consumo de suficiente hierro y calcio a través de otro tipo de alimentos. Pero insistió en que poniendo sobre la mesa las ventajas y desventajas que pueda tener la leche, hay que “desmitificar que es un alimento indispensable, porque no lo es”.

¿La leche engorda?

Otro de los datos que también circula es que la leche, entre muchas otras desventajas que podría traer, engorda. ¿Mito o verdad? Al igual que sucede en los casos en los que se la culpa por elevar los niveles de colesterol o de ser mala para la diabetes, a la hora de hablar de si engorda o no hay que tener en cuenta al menos dos cosas: una es la cantidad que se consume regularmente y otra es el escenario completo de la alimentación.

Kazarez detalló que 200 mililitros de leche al día (un vaso) “sería una dosis segura. Consumirla en esas cantidades no supone ningún riesgo para la salud, ni para la pérdida de calcio ni para el colesterol, ni para que te haga engordar”. Agregó que diversas investigaciones estudian este alimento, pero que los resultados deben ser “tomados con pinzas”, ya que son datos complejos. “Una persona no consume lácteos durante todo el día y no es lo único que consume”, ejemplificó. “Hay mucha información cruzada, algunos hablan de una relación con hipertensión, diabetes, cáncer, otros dicen que no. Por el momento no hay investigaciones concluyentes. Pero en cantidades adecuadas no supone riesgo para la salud”.

Una elección que va más allá de lo nutricional.

El nutricionista sostuvo que el hecho de elegir consumir o no leche proveniente de animales es un tema complejo, que involucra mucho más que el aspecto nutritivo.

Leche. Foto: Archivo
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Si bien es un alimento con buenas cantidades de proteínas, calcio, hierro, vitamina D y otros nutrientes, “hablar de la leche es más que hablar solo del aspecto nutritivo. Es un tema muy amplio porque por un lado está el aporte nutricional, y por otro existen cuestiones morales o éticas como, por ejemplo, el factor medioambiental, es decir, que la industria ganadera, en general, de alguna manera contribuye a la contaminación del medio ambiente, a la emisión de gases, y también está el tema moral de la preñez constante de las vacas para abastecer”.

Algunos datos sobre la industria lechera en Uruguay.

La industria uruguaya produce 2.200 millones de litros cada año y procesa el 90% de la misma, siendo uno de los mayores exportadores mundiales de lácteos en términos relativos a su producción.

Son más de 60 los mercados a los que se exporta este alimento, entre ellos Argelia, Brasil y Rusia.

En nuestro país hay unos 3.300 productores lecheros, y de ellos, el 73% envía
leche a la industria, mientras el 27% produce queso artesanal en su establecimiento. Se calcula que son unos 20.000 uruguayos los trabajadores vinculados al sector lechero. Mientras en los tambos predomina el trabajo familiar; en la industria la mayoría son trabajadores permanentes.

Según datos del Instituto Nacional de la Leche, un tambo promedio tiene 150 vacas en ordeñe y 250 hectáreas. Se producen unos 18 litros de leche por vaca cada día.

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