Como si fuese la baticueva de Batman, al menos 130 murciélagos fueron retirados del Ministerio de Salud Pública (MSP) la semana pasada y liberados en una zona rural de Montevideo tras autorización del Ministerio de Ambiente.

La presencia de estos animales en la sede del ministerio llevó a que se suspenda la atención al público y se realizaron tareas de limpieza, por lo que los funcionarios realizaron teletrabajo. Pero, ¿por qué estaban animales de esta especie ahí? ¿Qué sabemos de los murciélagos y por qué en Uruguay son una especie protegida por ley? Para responder a estas interrogantes, El País habló con Germán Botto, miembro fundador del Programa para la Conservación de los Murciélagos de Uruguay (PCMU), quienes se encargaron de la liberación de estos animales.

La especie en cuestión es la Tadarida brasiliensis (murciélago cola de ratón). "En Uruguay tenemos 22 especies registradas, que representan a tres familias: 19 son exclusivamente insectívoras, dos se alimentan de frutos (restringidas al norte del país) y el vampiro común (Desmodus rotundus) se alimenta de sangre del ganado o de otros mamíferos (ciervos, jabalíes, carpinchos)", explicó Botto, que es investigador del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable y docente de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República.

Los primeros ejemplares fueron retirados por la Unidad de Zoonosis del MSP y se tuvo que dejar la ventana abierta del edificio por unas noches para que se retiren otros. Sin embargo, al menos 130 continuaban en el edificio. Un equipo de cuatro personas del Programa para la Conservación de los Murciélagos recorrió todos los pisos, con funcionarios de la cartera que les indicaban dónde estaban los grupos más grandes.

"El grupo principal que sacamos estaba descansando en cortinas del tercer o cuarto piso. Estaban en la tela de las cortinas, por lo que se desmontó la cortina y se retiró a los murciélagos uno por uno, manualmente", aseguró Botto. Otros descansaban en ductos, paredes, cables de red o lugares apretados donde habían podido refugiarse. "Todos fueron retirados a mano con las medidas de protección indicadas como guantes. Además, todos estamos vacunados contra la rabia por precaución y entrenados para manipular murciélagos", aseguró.

Foto cedida por Germán Botto

Una vez capturados, los murciélagos se colocan en bolsas de tela "lo que permite que pierdan menos calor para evitar una posible hipotermia y reducen el estrés que sufren". Además de la captura manual utilizaron redes niebla, que tienen malla fina e hilo negro de nylon "lo que hace difícil para los animales detectarlas". "Tratan de pasar volando por ahí y quedan en la red", indicó el investigador. También utilizaron calderines "para capturar a los que estaban posados en la pared o los que volaban en lugares restringidos".

Botto explicó que retiraron 110 murciélagos el primer día y alrededor de 20 el segundo", pero ya se habían ido otros retirados por el MSP o que se fueron por sus propios medios. La liberación se realizó en un parque público, con autorización de Ambiente y la Intendencia de Montevideo (IMM).

"Vuelan grandes distancias, son capaces de reorientarse. Hay experimentos donde se toma un murciélago de una colonia, se lo aleja varios kilómetros y regresa", señaló Botto sobre la "gran capacidad de vuelo" de estos ejemplares.

Sobre el hecho de que estuvieran en el MSP, el científico sostuvo que responde a que "algún refugio se les modificó" y volaron hacia allí. "Es distinta la situación a cuando hay un murciélago desorientado o con movilidad restringida o que se sospeche pueda estar infectado. En este caso nada sugería que pudieran estar infectados", aclaró.

"Falta saber muchísimo sobre murciélagos en Uruguay", opinó Botto, que hace más de 15 años formó el grupo que los estudia. "Hemos ido agregando especies. En 2007 se agregó una a la lista que fue capturada durante campañas de control de rabia en el norte", recordó.

¿Cuándo puede verse? Aunque parezca mentira, "es bastante común en la ciudad", pero hay que estar atentos. De esta especia "hay colonias en Parque Zapicán, detrás del Hospital Vilardebó o en el edificio de la Administración Nacional de Puertos (ANP)". También se la observa en Rivera.

"Aprovecha muy bien las estructuras, los cielorrasos, cajones de cortinas de enrollar, ductos de ventilación y espacios de construcciones cerrados para hacer refugios", señaló Botto. Por otro lado, comentó que "es una especie migratoria, insectívora -come grandes cantidades de insectos- y pueden comer hasta la mitad de su peso (pesan entorno a 10 o 12 gramos) en insectos cada noche. Las hembras pueden comer más que eso. Tienen un rol fundamental en control de la población de insectos", comentó el investigador.

Suelen migrar a comienzo de otoño y vuelven en primavera, pero aún no se sabe a dónde migran. "En Montevideo es fácil verlos en la rambla en la noche, sobre todo en la época cálida. En el borde de las azoteas de los edificios es fácil verlas volando, puede haber varias, pero esta es la más común de ver activa en la ciudad si uno presta atención y sabe como encontrarlas", aseguró. Además, se caracteriza por su "vuelo recto y quebrado, que es muy rápido. "Verlos cazar insectos en el verano es relativamente fácil".

Por otro lado, Botto contó que esta especie no tiene mayor probabilidad de tener rabia que otras, pero "es abundante y está cerca de los humanos por usar como refugio las estructuras", pero "no hay un riesgo especial". "Al igual que todos los murciélagos puede estar o no infectado, pero las probabilidades son muy bajas", aclaró.

Además, el científico recordó que todas las especies de muerciélagos están protegidas por la Ley de Fauna que prohíbe la caza de especies silvestres, salvo excepciones. También está protegida por la Convención de Especies Migratorias, que es internacional", dijo.