Por María de los Ángeles Orfila
Luis reconoce que leía la advertencia con “escepticismo” hasta que hizo una prueba: pesó la piña que recogió en un paseo por el Prado y se sorprendió con el resultado. “¡Atención! Caen piñas de hasta tres kilos”, dice el cartel que la Intendencia de Montevideo coloca cerca de las araucariasen los espacios públicos. La leyenda queda corta: la balanza arrojó un total de 6,980 kilos.
Esa piña gigante había caído de un ejemplar de Araucaria bidwillii, una de las tres especies cultivadas en el país que Andrés González, ingeniero agrónomo, forestal y especialista en identificación de la flora de Uruguay, calificó como “peligrosas” por el tamaño que alcanzan sus estróbilos.
Comúnmente llamados “piñas”, estas completan su maduración hacia mediados del verano, proceso que lleva un año y medio aproximadamente desde que empieza su formación. Por eso es frecuente ver que estos árboles son rodeados con una cinta que evita que las personas pasen por debajo o dejen estacionados sus autos. A nadie le gustará que le caigan siete kilos desde unos 30 metros de altura.
Las gigantes.
La Araucaria bidwillii es la araucaria australiana que adorna parques, plazas y jardines por todo Uruguay por dos grandes ventajas: su rápido crecimiento y su sombra. Es un árbol que alcanza entre los 25 y 30 metros de alto, de hojas perennes, emparentado con los pinos y los cipreses.
Hay ejemplares en el Prado, en el Parque José Batlle y Ordóñez, en la Facultad de Medicina, en el Parque Rivera y en muchos más lugares donde se ven los carteles de la intendencia o se colocan cintas.
Hermoso. El temita son las piñas.
Las araucarias son gimnoespermas y, por lo tanto, sus semillas están “desnuda” en vez de estar cubiertas por un fruto (como las semillas de la manzana, por ejemplo). Así lo explicó González: “Las semillas están dispuestas en esas estructuras que son los estróbilos. Estos tienen un eje central donde se dispone una serie de escamas sobre las que están las semillas conocidas como piñones”. Y la estructura oscila entre los tres y los siete kilos “y caen totalmente armados” (por eso son necesarias las advertencias).
Pero, ojo, para los pueblos aborígenes australianos esto no es una molestia; al contrario, se lo considera un árbol sagrado. Y, además, los piñones se comen crudos o tostados (directamente al fuego o al horno) o se muelen hasta formar una especie de pasta con la que se hacen panes. También es un árbol cuya madera es excelente para trabajos interiores como molduras de pisos y muebles y también para construir canoas y botes. Aquí solo se lo usa como árbol ornamental.
Las medianas.
González mencionó la existencia de tres especies potencialmente lanzadoras de proyectiles naturales.
Las que le siguen a la araucaria australiana en el tamaño de las piñas son Araucaria angustifolia y la Agathis robusta.
La primera es el árbol que se conoce como pino Brasil o pino misionero (aunque no pertenece al género Pinus) que puede superar los 15 metros de alto y se diferencia de la australiana porque presenta un tronco pelado y un follaje en la cima “como si fuera un paraguas con las ramas bien extendidas”.
Los estróbilos son un poco más pequeños pero bastante pesados: ronda los tres kilos. No obstante, tienen una diferencia notoria: se desarman antes de caer (maduran en otoño). Pero si los agarra un viento fuerte antes de la fecha caen tan cerrados como las piñas de la araucaria australiana, por lo que son posibles los accidentes.
La Araucaria angustifolia es motivo de debate entre los botánicos y agrónomos por otra cuestión: ¿es o no es un árbol nativo? Es una especie que se distribuye por el sur de Brasil y por el noreste argentino (de ahí sus nombres comunes) pero aquí, salvo los ejemplares que fueron cultivados por su valor ornamental, crece aisladamente en Paso del Centurión y Sierra de Ríos (Cerro Largo).
“Como no hay formaciones propiamente dichas se tiene la duda de si llega a ser una especie nativa o si son árboles que han escapado de cultivos. Lo que sí tenemos son vestigios de troncos fosilizados y una urraca azul que se alimenta de las araucarias en Brasil y que ha sido registrada en Paso Centurión y Sierra de Ríos. ¿Seremos el límite más al sur? Si tenemos el dispersor, ¿no será nativa? Los botánicos seguimos con esa disyuntiva hasta hoy”, apuntó González en diálogo con El País.
El experto aseguró que es una especie que está muy distribuida en Montevideo. Un lugar donde se ven muchos ejemplares es en los alrededores de la Facultad de Agronomía.
Por otra parte, la Agathis robusta –que pertenece a la familia pero no es una araucaria– es un árbol de unos 30 metros de altura que recibe el nombre común de damara. También de origen australiano, se diferencia por unas hojas sin punta punzante y por una corteza grisácea y lisa. Sus piñas son más pequeñas que las de la Araucaria angustifolia y también se desarman al caer pero, ante un viento fuerte, no querrá hacer la gran Newton porque pesan entre un kilo y 2,5 kilos.
Hay damaras en la entrada del Hospital de Clínicas y en el cantero central de avenida Italia cerca de Luis Alberto de Herrera.
“Cayendo de 30 metros y a velocidad, las piñas de cualquiera de estas tres especies pueden causar daños y accidentes”, afirmó González.
Aquí solo se aprovecha la sombra y la belleza de las araucarias pero en Australia, Argentina y Brasil aportan alimentos a la mesa. Los piñones son muy consumidos, en particular, en invierno. “Son ricos en fibra y en ácidos grados”, contó Andrés González, ingeniero agrónomo, forestal y especialista en identificación de la flora de Uruguay. También son ricos en minerales y en proteínas. Es frecuente comerlos crudos o tostados, ya sea al horno o al fuego directo. En Australia, además, se muelen las semillas hasta conseguir una pasta que se utiliza para la elaboración de panes. En el sur de Argentina, por otra parte, donde crece el pehuén o Araucaria araucana, los pueblos originarios siempre los han consumido hervidos o tostados; también los utilizaban como medicina. Actualmente, en Neuquén se los utiliza para elaborar harina (se venden alfajores, por ejemplo) y otros subproductos, así como también licores. Esta especie es también el árbol nacional de Chile. La recolección es todo un ritual y se conoce como “el piñoneo”, actividad que se realiza entre febrero y abril de cada año, y se ha convertido en toda una atracción turística. La Araucaria araucana prefiere los climás fríos y, por lo tanto, no se adapta muy bien a Uruguay. Hay un ejemplar en el Arboretum Lussich (Maldonado) pero, en general, aquí crecen muy lento y no llegan a desarrollar las piñas.