TECNOLOGÍA

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Pasó más de un año y medio desde el comienzo de la pandemia que motivó costumbres que llegaron para quedarse. Si los niños antes jugaban videojuegos que los conectaban con personas desconocidas, ahora pasan más horas y eso puede tener varios riesgos para ellos.

El juego más viral del principio de la pandemia fue Among Us, una especie de juego de mafia en línea, donde un grupo de desconocidos ingresaba en una nave espacial y debía descubrir quién era el asesino entre los presentes. El juego, que parece muy inocente, conectaba a personas de todo el mundo en salas de chat virtuales con nombres ficticios, niños y adultos por igual.

El juego en sí no supone un riesgo; sí lo es la posibilidad de que los más pequeños sean víctimas de grooming (adultos haciéndose pasar por niños) o de prácticas de ciberbullying.

Sin embargo, el psicólogo Roberto Balaguer señaló que es mejor dejar de hablar de los riesgos de la tecnología, sino de cómo están preparados los niños para enfrentarse a ellos.

“El foco no son necesariamente los videojuegos: existen una serie de situaciones cuyo grado de peligrosidad o riesgo de involucrarse tiene que ver más con los niños que con los videojuegos. Lo que a los padres debería ocuparnos y preocuparnos es de tener niños capaces de tomar buenas decisiones en cualquier contexto, incluidos los videojuegos e internet”, comentó Balaguer a El País.

El psicólogo destacó que cuando un niño está estable emocionalmente, se siente contenido y escuchado y tiene buena comunicación con los mayores de referencia, generalmente, el riesgo es bajo, ya que se expondrá menos a situaciones peligrosas.

“Los riesgos están ahí afuera, pero lo que nosotros podemos controlar es la capacidad de nuestros niños de no meterse en situaciones de riesgo, tomar buenas decisiones en caso de enfrentarse a ellas y contar con los padres en la eventualidad de situaciones que no sepan cómo resolver. Tener un adulto de referencia es sumamente importante”, puntualizó.

Balaguer señaló que lo que más preocupa a los padres es el grooming, es decir, la posibilidad de que se establezca contacto con un adulto que se hace pasar por un niño y proponga un encuentro.

“Esta gente intentará establecer relaciones privadas y secretas. En algún momento dirá: mejor no le cuentes a un adulto. En ese caso hay que explicar que no hay relaciones buenas y productivas y sanas que sean secretas. Cuando alguien propone eso es porque algo tiene que esconder y ahí uno debería arrancar para el otro lado”, dijo a El País. Los niños, por su parte, temen al acoso de sus pares. “El gran temor de los chiquilines es el bullying, que se traduce en quedar ‘pegado’ en internet, por la dimensión que eso toma. Cuando logran confiar eso que está pasando a un adulto el nivel de angustia cambia drásticamente”, agregó.

Balaguer remarcó que estos temas deben conversarse de forma constante en los hogares. “No alcanza con hablarlo una sola vez. Al igual que con otros temas como puede ser el embarazo adolescente, entre otros, se debe hablar sobre los valores y prestar atención”, remarcó en diálogo con El País.

Desde Plan Ceibal se impulsa una línea de Ciudadanía Digital para trabajar en la construcción de materiales para orientar a docentes y familias.

“No tenemos recetas sobre los riesgos que existen, pero nos interesa que adultos y niños generen acuerdos sobre qué hacer o no. Las guías buscan crear estrategias de acompañamiento”, explicó a El País Lucía Pimas, referente de Ciudadanía Digital de Ceibal. Por su parte, Natacha Valentini, asistente técnico social, añadió: “Desde Ceibal, junto con Agesic y Unesco creamos una estrategia de ciudadanía digital en la que promovemos el uso responsable y seguro, el uso participativo y creativo y el uso crítico”.

Y explicó: “Nos interesa tener en cuenta los riesgos y también las oportunidades. Porque, por ejemplo, a través de los juegos los niños aprenden competencias que luego aplican en la vida”.

Las especialistas concluyeron que dejar a los niños en soledad y asumir que saben cómo funcionan las reglas en la red es el principal error y desafío y que el acompañamiento es clave.