Nuestros hijos, una biblioteca que nació para atravesar el dolor de las madres de los Andes

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Lugar de la Cordillera de los Andes donde descansan los restos de los que no volvieron

ANIVERSARIO

Fue fundada en 1973 por un grupo de madres de jóvenes que murieron en el accidente del avión uruguayo en la Cordillera de los Andes.

Más de un centenar de plantas desafían al sol, el frío y la nieve en lo más alto de la Cordillera de los Andes. Tienen la maravillosa capacidad de crecer y reproducirse en las zonas más inhóspitas de la inmensa montaña, y sus mecanismos de defensa están siempre alerta ante todos los cambios que amenacen con destruirlas. La capacidad de estas plantas -en su mayoría de apariencia débil y diminuta-, de acercarse a la muerte y volver a empezar, no importa dónde ni cómo, se llama resiliencia.

El 22 de diciembre de 1972 fue un antes y un después en las familias de 45 uruguayos que, 72 días antes, se accidentaron a bordo del Fairchild FH-227D T-571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que se cayó en la Cordillera de los Andes. Lo que el 12 de octubre había iniciado con la excusa de un viaje a Chile para disputar un partido de rugby, pasear y divertirse, terminó con un terrible accidente y 72 días infernales en la montaña intentando regresar a casa. Al final, la lista de los supervivientes solo tenía 16 nombres.

Parte del grupo de madres fundadoras de la biblioteca Nuestros hijos
Parte del grupo de madres fundadoras de la biblioteca Nuestros hijos. Foto: Biblioteca Nuestros hijos

Resiliencia: esa es la palabra que retumba en mente y corazón al pensar en las madres cuyos hijos no estaban en esa lista y que un día decidieron convertir el dolor en el motor del resto de su vida. Entonces el dolor se mezcló con el coraje. ¿Qué se hace con la ausencia? ¿En dónde se encuentra consuelo?

En febrero de 1973, Selva, la madre de Felipe Maquirriain, llamó a la madre de Arturo Nogueira. Los dos habían muerto en la Cordillera de los Andes. Le dijo: “Algo tenemos que hacer, yo no puedo quedarme en mi casa lavando ollas”.

Fue así que se plantó la semilla de una planta tan resiliente como esas que viven en la montaña: la biblioteca Nuestros hijos.

Una obra que está en Carrasco

La madre de Carlos Valeta, que fue uno de los pasajeros muertos en el accidente, trabajaba en el liceo N° 15 de Carrasco y propuso la idea de crear la biblioteca. “Hace 50 años no había bibliotecas en los colegios, en los liceos, en las escuelas”, cuenta Stella Pérez del Castillo, hermana del capitán del equipo de Rugby, Marcelo, e hija de una de las 13 fundadoras de la biblioteca Nuestros hijos.

Ese grupito de madres que empezó a reunirse casi como una terapia grupal para contenerse y seguir adelante, buscó las herramientas para que el proyecto se materializara: encontrar un local, la forma de financiarla y, lo más importante, conseguir que fuera un espacio que creara oportunidades para aquellos que no las tenían.

“Y la manera que encontraron de financiarse fue, justamente, aparte de la biblioteca estudiantil gratuita, tener un club de la lectura, con socios. Entonces es con los socios que seguimos hasta hoy en día, tenemos casi 400, que no es menor para una ciudad como Montevideo. Ellas -las madres fundadoras- siempre contaban que en las primeras reuniones hablaban 90 por ciento del accidente y 10 por ciento de la obra que iban a hacer, y al final se dio vuelta”, recuerda Pérez del Castillo.

Té anual a beneficio

El próximo 3 de noviembre, a las 17:30 en el hotel Cottage de Carrasco, se realizará el té anual a beneficio de la biblioteca Nuestros hijos. 

Para asistir se deberá pagar un ticket que será destinado a las actividades y mantenimiento de la institución.

Para reservar un cupo se puede hacer a través de Whatsapp al 095007060 o por mail a [email protected].

“Nosotros pudimos sublimar nuestro dolor entregando a otras personas con más necesidades y las necesidades fueron justamente la lectura, la informática, la instrucción, la educación”, cuenta quien tomó el legado de su madre y sigue al frente de la institución.

Nuestros hijos, ubicada en Miraflores 1443 (Carrasco, Montevideo), trabaja con diversas ONG y ofrece un sistema de becas para que niños y liceales puedan acceder a todos los libros de texto para el año lectivo. Pero la ayuda no es solo para menores.

“Tenemos historias también de gente grande que gracias a la biblioteca, estudiantil y gratuita, ha podido estudiar. Hay un policía que llegó a subir de grado, por ejemplo, gracias a que pudo formarse”, dice Pérez del Castillo y agrega que la biblioteca también cuenta con becas de computación y hasta un “delivery de libros”.

“Entregamos los diplomas y ves que los hermanos o los tutores o las personas que están a cargo de esos niños que en ese momento están recibiendo su diploma, que son de barrios carenciados y muy difíciles, con mucha necesidad, estudiaron en la biblioteca y te lo dicen con orgullo. Es el memorial viviente a nuestros hermanos que va a seguir. Esperemos que 50 años más, pero lo importante para nosotros es difundir la obra”, cuenta.

No es sorpresa, entonces, que con tan pocas palabras la asociación se presente con tanta fuerza: “Cada estudiante, cada lector, es recibido aquí en nombre de nuestros hijos”.

Memorias familiares

La biblioteca es también un lugar de encuentro para presentaciones de libros, memorias y charlas. Una de las obras más especiales para sus fundadoras es el libro Del otro lado de la montaña. Memorias y enseñanzas de nuestros hijos que no regresaron de los Andes, escrito por María del Carmen Perrier, sobrina de Marcelo Pérez del Castillo.

En esta obra recoge la voz de su tía, Claudia, quien por más de 40 años mantuvo encapsulado el recuerdo del trágico accidente y la dolorosa pérdida de su hermano. El libro también es la voz para la “otra historia” de los Andes, esa que se cuenta poco y se necesita tanto: la de aquellos que tuvieron que vivir sin que volvieran los suyos. Un libro en que se pone en palabras cómo es vivir llevando a cuestas “la montaña”.

Además de la memoria de esos chicos, hoy la historia de las madres, en sí misma, debe ser recordada. Es por eso que la biblioteca lanzará antes de fin de año su libro Entre recetas, libros y recuerdos, un homenaje, según dice la institución, “hecho con mucho amor para recordar y valorar a nuestras madres fundadoras, y compartir el secreto del reencuentro familiar desde un lugar especial”.

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