CALIDAD DE VIDA
En la tercera entrega del ciclo de Calidad de Vida en El País, la nutricionista Laura Fazio dice que para fortalecer el sistema inmunológico es clave la alimentación y hacer ejercicio. Vea el video.
La mitad cubierta por verduras, una cuarta parte con proteínas y el resto con un alimento energético. Así es el “plato del buen comer”, definido por la nutricionista Laura Fazio en la tercera entrevista del ciclo Calidad de Vida en El País que conduce el doctor Juan Carlos Paullier. Una alimentación saludable más actividad física es, a su juicio, la mejor receta para fortalecer el sistema inmunológico.
“Tener un buen estado de nutrición es hoy muy importante”, dijo en referencia a la pandemia por coronavirus, puesto que el sistema inmunológico es la maquinaria que tiene el cuerpo humano para combatir la infección por el virus SARS-CoV-2.
El plato del buen comer o también llamado el plato para comer saludable, creado por expertos en nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard, es una guía para crear comidas saludables y balanceadas. La mitad del plato, según Fazio, comprende las verduras, las que tienen fibra, minerales y vitaminas que ayudan a levantar las defensas. “Esto es entre crudas y cocidas y cuanto más color tiene el plato, más vitaminas”, explicó. Las papas no cuentan como un vegetal por su efecto negativo en el azúcar en sangre.
La parte de las proteínas se refiere a una carne blanca, a huevo o a pescado. Y aconsejó: “Cuanto más simple cocines, mejor te va a ir. Siempre en el sentido de que el formato de cocción sea al vapor, al horno o hervido”.
La porción del plato que contiene un alimento energético se refiere a los cereales que pueden ser un arroz integral, cebada, quinoa o avena, entre otros. “Cuando pensamos en energía de calidad, las harinas blancas no existen”, indicó la nutricionista. Esto se debe a que las harinas blancas funcionan igual que el azúcar y bajan el sistema de defensas; mientras que los granos integrales tienen un efecto más moderado en el azúcar en sangre y la insulina.
Aquí Fazio pidió tener cuidado. “No te dejes engañar. Leé la letra chica”, exhortó en diálogo con Juan Carlos Paullier. La nutricionista se refería al etiquetado de ciertos alimentos que se venden como “integrales” pero que al leer la composición se descubre que la harina integral no es su principal ingrediente. “Eso pasa mucho con los fideos, con las galletas y con los panes”, sentenció. Para optar por un alimento verdaderamente integral, no debe leerse harina de trigo fortificada en el etiquetado.