ESTACIÓN
Ayer, el día y la noche duraron lo mismo. A partir de hoy, los días durarán menos y las noches, más.
Habitualmente, en el hemisferio sur, el otoño comienza cada 21 de marzo. Sin embargo, la llegada de esta estación, que marca el final del verano, depende de un evento astronómico llamado “equinoccio de otoño”, que no siempre ocurre exactamente ese día. El fenómeno suele tener lugar cada año entre el 20 y el 21 de marzo. Este 2022, se dio ayer domingo 20 de marzo, a las 12:33.
Existen, a lo largo del año, dos equinoccios: el de primavera y el del otoño. Ellos marcan el comienzo de estas dos estaciones de manera contrapuesta en ambos hemisferios. Mientras en el norte, en marzo comienza la primavera; en el sur, inicia el otoño. Y en septiembre, el equinoccio marca lo contrario: primavera para el sur y otoño para el norte.
Equinoccio, cuya etimología proviene del latín y refiere a una “noche igual”, es el momento en el año en el que el Sol se encuentra directamente sobre el ecuador terrestre, lo que produce un fenómeno en el que el día y la noche tienen exactamente la misma duración.
Cuando el sol incide directamente sobre el ecuador de la Tierra -el fenómeno ocurre en todos los planetas del sistema solar- hace que la línea que divide las zonas del día y de la noche, llamada terminador, pase por los polos norte y sur del planeta. Esto produce que el astro rey proyecte sobre cada punto del planeta la misma cantidad de horas de luz que de sombra durante un día dos veces por año.
Con su llegada, decrecen las horas de luz solar, las hojas comienzan a caer de los árboles, las temperaturas bajan y las aves emigran hacia zonas más cálidas.
La segunda vez en el año en que ocurre el equinoccio es cuando marca el inicio de la primavera. Aquí también, aunque en el hemisferio sur se dice que esta estación arranca el 21 de septiembre, el evento astronómico tiene lugar entre el 22 y 23 de septiembre.
Además del equinoccio, cada año existen dos solsticios, que es el momento en que el solo se levanta con la mayor declinación sobre la tierra. Es el fenómeno astronómico que marca el inicio, correspondientemente en el norte y en el sur, del invierno y el verano.