Es 1° de enero, y por ende, feriado no laborable, pero es probable que sea el día del año en el que Fernando Cristino tenga más trabajo. De gorro, pantalón blanco y remera beige, corre por los pasillos del shopping OH! La Barra con papeles y celular en mano. Está atento a todo. Como buen productor, no quiere que se le escape ni un solo detalle.

En la puerta del shopping ubicado en la principal de La Barra hay un cartel enorme con una foto de Pampita Ardohain que adelanta su presencia, y la conducción estelar de Wanda Nara. A las invitadas de lujo se suma el atractivo de que el evento es gratis y al aire libre. Hay gente desde las 17:00 esperando para conseguir un lugar privilegiado para sacar buenas fotos.

Minutos después del show de jazz de Sabrina Hoffmann caen las primeras gotas y se concreta lo que las nubes negras anticipaban hacía rato. La lluvia cesa rápido y dos mujeres limpian el agua a los costados de la fuente, el sitio que hará de pasarela y parece apto solo para equilibristas.

Foto: Richard Sosa.

Enseguida irrumpe el influencer Nico Cero Uno que saluda a la “gente linda”, pide un aplauso para Agus Padilla y anuncia que en breve comenzará el show con la presencia de figuras internacionales (por Pampita y Wanda).

A las 20:45 sale del ascensor Francesca Icardi de la mano de Kenny Palacios (asistente personal de Wanda) y una blonda que una fan confunde con la exesposa de Mauro Icardi y le grita: “¡Wanda!” Falsa alarma. Ella no descenderá hasta las 21:55, cuando estén los invitados en sus asientos y el resto del público detrás del vallado.

A 10 minutos del inicio del desfile caen gotas prominentes. “Es psicológica la lluvia”, dice Nico, mientras tira gorros a la tribuna. El agua da tregua y aparece la elegante Pampita vestida de blanco en el escenario. Desea feliz año a todos, adelanta que se viene una noche llena de sorpresas y procede a sentarse en primera fila, con una sombrilla al lado por si el clima no acompaña.

Con una puntualidad inglesa, Cristino pide un aplauso para Wanda que se roba las miradas de todos con su mono violeta y su prominente escote. “La lluvia se apiadó de nosotros”, dice la rubia. Y el desfile abre con una modelo que debutó en Milán: Francesca Icardi. “Me recuerda a los comienzos míos y de Zaira (Nara). Lo hace como un juego, le gusta desfilar y a mí me encanta acompañarla”, comenta sobre su hija. En la siguiente pasada dirá: “No es tan carismática como mamá. Odia a la prensa y los paparazzi”.

Wanda comenta que la pasarela es un poco riesgosa por la lluvia. Ella, subida a unos imponentes taco aguja Yves Saint Laurent, no podría recorrerla jamás. “Yo me caigo caminando descalza, imaginate”, dice. Y acota que usa tacos hasta para ir a la playa.

Entre pasada y pasada, Wanda encuentra a un modelo parecido al futbolista Rodrigo De Paul: “Tiene un aire, ¿no?”, lanza.

Con tres drones sobrevolando la escena, Cristino le pregunta hasta cuándo planea quedarse en Punta y ella evita dar fechas: “Me quedo un poquito más. Le voy a dar un poco de trabajo a los paparazzi, los quiero hacer correr por la playa”, se ríe.

Una asistente le alcanza el celular a Cristino y él atiende en medio de la conducción: problemas técnicos. Wanda se ríe y frenan para mostrar un video del proyecto OH! Pero el foco está puesto en ella: hasta las modelos se acercan a pedirle selfies.

Foto: Richard Sosa.

Sobre el final, Cristino vuelve a contestar una llamada. “Gracias por acompañarnos en esta noche que empezó lluviosa y terminó espectacular”, dice ella. “Estamos bendecidos, Wan”, contesta él. Y pide aplausos para las figuras. Wanda aprovecha para saludar a Pampita. “Es lindo ver a Caro (Ardohain) madrina pero cómo se te extraña en la pasarela. Ella salía y arrasaba con todo”, la alaba.

Se va la última pasada y salen todas y todos los modelos. Sube la madrina a hacer el cierre de esta noche a pura moda y glamour. Pampita abraza a Wanda y le augura un buen futuro a Francesca: “Tiene carrera”, le dice.

Es hora de la foto más esperada: las estrellas posan juntas y los flashes no dan tregua. Wanda agradece a todos los uruguayos “porque nos reciben siempre con las manos abiertas y son muy cariñosos”.

La gente se desespera por conseguir una foto con ellas o al menos sacar una selfie donde se vean de fondo y ostentar en redes. Unos lo lograrán, otros morirán en el intento. Lo más importante es que la lluvia se aguantó y permitió disfrutar el show.