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Los peligros del Sol, los 40 satélites perdidos de SpaceX y qué tiene que ver Uruguay

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Región activa en el sol con manchas solares oscuras. Crédito: NASA/SDO/AIA/HMI/Goddard Space Flight Center

ASTRONOMÍA

El aumento de la actividad solar podría causar estragos en 2024; radiotelescopio nacional monitorea cada 30 segundos

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"Me hace pensar que Elon Musk es un tonto con dinero. Apostó y perdió”, dijo entre risas Edgardo Acosta, coordinador del Observatorio Astronómico Los Molinos (OALM). El 4 de febrero, una tormenta geomagnética provocada por el Sol empujó 40 satélites Starlink de SpaceX fuera de órbita. Los habían lanzado un día antes ignorando o minimizando varias advertencias. El asunto, que hasta fue detectado por un radiotelescopio instalado en Uruguay, es que el astro está en un proceso imparable de aumento de actividad y los efectos perjudiciales de este tipo de fenómenos serán cada vez más comunes.

Las tormentas solares son capaces de provocar uno de los fenómenos astronómicos más bellos como lo son las auroras boreales. El vaso medio vacío es que, además de derribar satélites y facilitar choques que llenen de basura espacial la órbita de la Tierra, pueden también interrumpir redes de energía, comunicaciones y GPS.

“En 2024 van a haber pasado 64 años de la última tormenta solar intensa. Se espera una actividad solar muy parecida a la de 1859. Esperemos que no lo sea”, alertó Acosta.

Foto: captura Observatorio Los Molinos
Foto: captura Observatorio Los Molinos

La explicación es la siguiente: cada 11 años el Sol invierte los polos. En la mitad de ese proceso alcanza un máximo de actividad que puede considerarse un “caos magnético”. En palabras del coordinador del OALM: “Es una guerra interna dentro del Sol”. El resultado es la aparición de manchas solares por toda la superficie que tienen como consecuencia la eyección de masa coronal. El pico está previsto para 2024.

¿Y qué sucedió en 1859 que nadie quiere que se repita? La llamada Tormenta de Carrington alcanzó una magnitud de 9. Cada categoría es 10 veces superior a la anterior. La del 3 de febrero fue de magnitud 3 (y tiró abajo 40 satélites). La de Carrington “produjo incendios en estaciones de telegrafía en Estados Unidos y Europa e incluso muertes por electrocución” pero, por supuesto, en ese entonces “no teníamos un desarrollo tan elevado como tenemos ahora ni dependemos como lo hacemos ahora”. Una nueva Tormenta de Carrington paralizaría la vida tal como la conocemos.

De leve a una escala dramática.

Se conoce que los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI) tienen 15 minutos para dirigirse a un módulo de protección especial en caso de una tormenta de radiación. Este caso tendría una gravedad intermedia. “La EEI está orbitando a 400 kilómetros de altura; está muy lejos de tener un roce con la atmósfera. Y cada tanto están cayendo y cuando están muy bajo, a unos 350 kilómetros, la vuelven a subir para mantener esos 400 kilómetros aproximados de altura”, explicó Edgardo Acosta, coordinador del Observatorio Astronómico Los Molinos (OALM) sobre el potencial riesgo de una tormenta geomagnética para la estación espacial.

La consecuencia más leve es la producida por una erupción solar: rayos X y luz ultravioleta ionizan la capa superior de la atmósfera interfiriendo las comunicaciones por radio.

Pero el clima espacial se pone peligroso si se trata de una eyección de masa coronal, una nube de partículas cargadas que provoca fuertes fluctuaciones electromagnéticas en la Tierra; saber cuánto que va a tardar en llegar al planeta es imprescindible para tomar recaudos.

El evento Carrington es la tormenta solar más potente registrada en los últimos 500 años. Pero ha habido otras. Una tormenta mucho más débil dejó sin luz a la ciudad de Quebec durante nueve horas en 1989. Y otra, en 1998, inutilizó un satélite y miles de cajeros automáticos en Estados Unidos.

Llamarada solar.

Las eyecciones de masa coronal despiden partículas cargadas a través del espacio. Dependiendo de la intensidad pueden demorar entre 14 y 72 horas en llegar a la Tierra. Y cuando lo hacen deforman la magnetósfera que, justamente, es la burbuja que protege al planeta de la mayor parte del material solar y lo convierte en uno habitable. La interacción entre las partículas y la atmósfera hace que esta se caliente y, por lo tanto, se expanda y al tener un diámetro mayor alcanzó a los satélites cuya trayectoria en condiciones normales estaría por encima. Los que sufrieron el desastre estaban entre 210 y 240 kilómetros de altura; los que se salvaron ya habían superado esa distancia y se iban a colocar a 550 kilómetros.

El lanzamiento de SpaceX fue el 3 de febrero pero el 29 y 31 de enero hubo pequeñas eyecciones de masa coronal de categoría 3 captadas por el radiotelescopio Callisto ubicado en Montevideo, uno de tres existentes en América del Sur y uno de los pocos a nivel mundial que aportan datos de forma permanente.

La superficie del Sol con la resolución más alta jamás tomada. Foto: Reuters.
La superficie del Sol con la resolución más alta jamás tomada. Foto: Reuters.

“Al día siguiente el cohete Falcon 9 desplegó 49 satélites en una atmósfera ya hinchada y 40 entraron en roce, se frenaron, perdieron velocidad y entrar a caer. Solamente nueve se les salvaron. Ellos tienen forma de maniobrar los satélites y los pusieron de perfil para ver si podían minimizar el roce con la atmósfera (cargada de partículas) pero no lo consiguieron”, explicó Acosta.

La empresa lo explicó así: “Estas tormentas provocan el calentamiento de la atmósfera y el aumento de la densidad atmosférica a nuestras bajas altitudes de despliegue. De hecho, el GPS de a bordo sugiere que la velocidad de escalada y la gravedad de la tormenta provocaron un aumento de la resistencia atmosférica de hasta un 50% más que durante los lanzamientos anteriores”.

Este desastre solo es económico (algo así como entre US$ 50 millones y US$ 100 millones): como son pequeños y en gran parte están compuestos de metal, se queman al reingresar a la atmósfera y de ellos solo queda humo.
SpaceX tiene cerca de 2.000 satélites en la órbita terrestre que ofrecen servicio de internet a rincones remotos en el mundo. Orbitan el planeta a una altitud de 550 kilómetros.

Efectos más grandes que el de SpaceX podrían ocurrir relativamente pronto porque el Sol se aproxima a su pico de actividad, conocido como máximo solar. Esto hará que las erupciones sean más potentes y las tormentas geomagnéticas sean más frecuentes. Para 2024-2025, se estima que puede haber más de 10.000 satélites en una órbita baja pertenecientes a varias empresas y un fenómeno más intenso puede cambiar sus posiciones y ponerlos en riesgo de colisionar.

Red eCallisto y el rol de Uruguay para el mundo.

¿Qué puede hacer Uruguay al respecto? Detectar la actividad solar. Así lo hizo por primera vez el radiotelescopio instalado en el predio del OALM, único en el país en su tipo, el 24 de noviembre de 2020 a las 16:12. Se trató de una erupción solar de tipo III. El registro duró ocho segundos. La escala va hasta el 9 y cada grado es 10 veces superior al anterior. Esta, entonces, no es de las más potentes pero no es nada despreciable. A las 17:33 hora del 31 de enero de 2022, el radiotelescopio detectó un nuevo burst de tipo III. Según spaceweather.com, la mancha responsable tendría unas cinco veces la superficie de nuestro planeta y apunta directamente hacia la Tierra. El OALM ya había advertido que habría un 40% de probabilidad de fulguraciones o llamarada medias y un 10% de tipo X (las más intensas).

La tecnología.

Desde 2017, el radiotelescopio Callisto detectó tres erupciones solares: el 24 de noviembre de 2020 y el 20 y 31 de enero de 2022. Antes de eso casi no había manchas solares porque la actividad solar era muy tenue; a partir de ahora, Acosta cree que la antena que sintoniza entre los 45 y 870 megahercios cada 30 segundos y envía la información a una central en Suiza se mantendrá cada vez más ocupada.

La antena del radiotelescopio está fija y apunta al meridiano. Esto quiere decir que el instrumento tiene una mayor capacidad de detección en las horas en las que el Sol lo transita, es decir, por el mediodía.

“Cada vez habrá más seguido porque a medida que nos acercamos a 2024 van a tener más notoriedad”, afirmó.

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