Perro de asistencia uruguayo también llegó a Harvard

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HISTORIAS

El labrador llamado Indio completa su acoplamiento con Milagros Costabel en la prestigiosa universidad; es el número 11 en el exterior

Milagros e Indio hicieron “match” y, desde el 21 de junio, usuaria y perro guía viven en la Universidad de Harvard (Massachusetts, Estados Unidos). Este labrador de color negro es el perro guía uruguayo entrenado por la Fundación de Apoyo y Promoción del Perro de Asistencia (Fundappas) número 11 que se desempeña en el exterior.

“Resultó que eran muy compatibles”, dijo Alberto Calcagno, presidente de la organización, sobre uno de los aspectos fundamentales a la otra de entregar un perro guía o un perro de terapia: el “acoplamiento” entre humano y animal.

Este comenzó días antes del viaje en las instalaciones de la Escuela Integral Alexa Mackern. La estudiante universitaria con discapacidad visual Milagros Costabel, quien hace un año comenzó a estudiar en esa universidad, eligió a Indio para regresar con ella a Estados Unidos.

Así partieron Milagros, Indio y la instructora Vanessa Camarotta, quien los acompañó durante 10 días para lograr que el acoplamiento sea exitoso.

Según explicó Calcagno a El País, la instructora asistió a Milagros y a Indio para que este aprenda a moverse por los lugares cotidianos de su usuaria. “Se hacen los recorridos normales; luego ella agregará otros itinerarios para complementar su preparación”, apuntó.

Del punto de vista técnico, el acoplamiento necesita, al menos, seis meses, para que el aumento del radio de acción sea paulatino para ambos.

“Los perros están preparados para trabajar en cualquier lugar pero se tienen que adaptar el uno a otro”, comentó Calcagno.

El presidente de Fundappas indicó: “Esto es un orgullo. Imaginate la cantidad de escuelas que hay en Estados Unidos y Milagros prefirió tener un perro uruguayo. Para nosotros es una satisfacción enorme”.

Indio es el perro guía de Fundappas número 11 que trabaja en el exterior. Nueve lo hacen en España y uno, en Argentina. Todos pasan por el mismo proceso: nacen en la escuela y a los tres meses son entregados a un sociabilizador (puede ser una familia) que se compromete a educarlo y a permanecer con él hasta los 10 meses. Pasado este tiempo, el perro vuelve al a escuela para culminar su formación como perro guía o de terapia, lo que le lleva entre seis y ocho meses más. En general, el animal empieza a acompañar a una persona con discapacidad visual o a un niño con TEA entre los 20 y los 24 meses de vida.

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Milagros Costabel e Indio en Harvard. Foto Fundappas

Nueve cachorros en la última camada.

A finales de junio, la Fundación de Apoyo y Promoción del Perro de Asistencia (Fundappas) entregó nueve cachorros pertenecientes a la camada U a los sociabilizadores. Los perros son: Uma, Uva, Ursa, Uri, Urko, Unay, Ugo, Urano y Utak. Primero recibieron adiestramiento en obediencia básica. Ahora pasarán los próximos 10 meses con un sociabilizador (o una familia de sociabilizadores).

Pasado este tiempo, el perro vuelve al a escuela para culminar su formación como perro guía o de terapia, lo que le lleva entre seis y ocho meses más. Recién ahí será entregado a una persona con discapacidad visual o a un niño con TEA.

Para comunicarse con la FUNDAPPAS se puede llamar al 26058378 o escribir al correo hola@fundappas.org.uy.

En el caso de Indio, este es un poco mayor que el promedio, puesto que ya tuvo una experiencia de acompañante que no pudo proseguir y volvió a la escuela para ser reeducado.

“La exigencia más grande que tiene un instructor es no equivocarse en la adjudicación del perro al usuario. Tiene que evaluar muy bien la compatibilidad de las características de ambos”, relató Calcagno a El País.

Desde la creación de Fundappas se han entregado 41 perros guía y 16 perros de asistencia a niños y niñas con TEA. En julio se dieron nueva cachorros a sociabilizadores; este mes se les sumarán otros siete.
La entrega es totalmente gratuita pero, para la organización, el entrenamiento desde su nacimiento tiene un costo aproximado de US$ 15.000; es por eso que depende de donaciones de organizaciones públicas, privadas y particulares que donan dinero, insumos o tiempo como voluntarios, para mantener el proyecto en funcionamiento cada año.

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