SALUD
Dos años dura el fellowship que forma a médicos en todo lo que tiene que ver con enfermedades relacionadas con el hígado. Se hace en el Hospital Central de las FF.AA. con apoyo de Bayer.
La uruguaya Romina Rey y la boliviana Cinthya Coronado son las dos primeras doctoras en cursar el Fellowship en Hepatología y Trasplante Hepático del Uruguay. Ambas son especialistas en Medicina Interna con rotaciones previas en servicios de Hepatología y Trasplante Hepático.
“Se trata de una modalidad de formación médica que es la actualmente seleccionada por la mayoría de los países y centros del mundo para la capacitación de profesionales médicos en determinada área, en el entendido que el aprendizaje integrado con la actividad asistencial, formando parte de un equipo, genera mayor solidez académica”, explicó a El País la doctora Solange Gerona, jefa del Servicio de Hepatología del Hospital Central de las Fuerzas Armadas.
En este hospital es que funciona el Centro Nacional de Tratamiento Hepato-Bilio-Pancreático (CENATH), que es el que viene llevando adelante el referido fellowship, que permite que los profesionales elegidos para cursarlo estén enteramente dedicados a esta formación.
“El objetivo primario de este proyecto es brindar a los profesionales seleccionados una sólida formación científica y ética, alineada con la visión de nuestro equipo”, detalló Gerona.
La idea es que estén capacitados para evaluar pacientes e indicar medidas diagnósticas y terapéuticas en el escenario de las enfermedades hepáticas y sus diferentes áreas de interacción, como puede ser la trasplantología, la oncología o las enfermedades infecciosas, entre otras.
“Más allá de que ya existe una rotación de profesionales de pregrado y posgrado dentro del programa de trasplante dentro de la Unidad Docente Asistencial (UDA), los rotantes tienen una carga horaria y una responsabilidad muy diferente”, señaló Gerona al explicar por qué es necesaria esta formación específica.
Por eso es requisito fundamental para cursarla contar con dedicación horaria exclusiva ya que insume una carga semanal de 44 horas con siete días de retén. Eso determina que a los médicos participantes se les deba otorgar una remuneración.
“Lo que se planteó inicialmente es que reciban una cobertura financiera similar a la que tiene un residente de tercer año de Medicina como para que la persona pueda, dentro de todo, sostenerse con esa remuneración y de repente alguna guardia fuera del sistema”, indicó la especialista.
Son cosas que se van construyendo sobre la marcha, como la búsqueda de que el Ministerio de Salud Pública reconozca formalmente la figura del fellowship.
“No está creada a nivel nacional, pero sí reconocida a nivel internacional y de todo lo que es la hepatología y la trasplantología regional. Por ejemplo, para la Asociación Argentina de Hígado somos el único centro reconocido en Uruguay por el que pueden pasar los rotantes”, dijo Gerona.
Eso significa que si hoy alguien en Uruguay se quiere formar en hepatología sin pasar por la diplomatura que ofrece la Cátedra de Gastroenterología existe la posibilidad de que estudie a distancia con el teórico de la Asociación Argentina de Hepatología y haga la práctica en el Servicio del Programa de Trasplantes del CENATH.
En busca de la excelencia.
Rey y Coronado están en el segundo y último año de su fellowship. Su formación ha incluido actividades clínicas tales como evaluar a posibles candidatos a trasplante, seguimiento de pacientes en lista de espera, realización de biopsias, atención ambulatoria en el consultorio de Hepatología, participación en trabajos científicos y en el dictado de clases para residentes de Medicina Interna.
“Desde su ingreso a la UDA han demostrado notables condiciones, tanto en sus cualidades profesionales como humanas. Hoy en día ocupan un lugar tan destacado dentro del staff que sería difícil imaginarnos un futuro sin fellowships en la Unidad, principalmente porque generan la necesidad de una permanente actualización en el resto de los integrantes del equipo”, destacó Gerona en diálogo con El País.
La especialista remarcó la importancia de ese ida y vuelta, dejando en evidencia que este tipo de aprendizaje no solo mejora al beneficiario sino a todos quienes participan en su formación.
“Realmente tiene una exigencia hacia nosotros a nivel de cuestionamientos y de actualización de temas, entonces dinamiza mucho al Servicio”, apuntó.
Gerona remarcó lo bueno que sería que el sistema de fellowship se extendiera a otras áreas de la medicina en Uruguay. “Todo el país se beneficia con que haya más profesionales interiorizados en esta modalidad”, acotó.
Señaló que, a nivel internacional, muchas especialidades se manejan con una formación de posgraduados de fellowship.
“Se sale con una formación reconocida a nivel regional y con una didáctica y una modalidad de trabajo que es bastante novedosa en el país, que es todo el tema de integrar un equipo, la discusión interdisciplinaria, el continuo diálogo de la ética y de la responsabilidad, la calidad, la gestión… o sea, la formación del fellowship no implica solo la formación de lo técnico sino del médico como ser humano para brindar una medicina especializada y personalizada, de calidez y calidad. Se forma en todo ese know how de excelencia y mejora continua”, concluyó.
Abierto a la financiación de interesados
Cada fellowship dura dos años. En Uruguay recién se está formando la primera generación, para la cual fueron seleccionadas la uruguaya Romina Rey y la boliviana Cinthya Coronado.
“Para esta primera generación se presentaron unas nueve personas, tanto de Uruguay como de Latinoamérica”, informó la doctora Solange Gerona, titular del Centro Nacional de Tratamiento Hepato-Bilio-Pancreático (CENATH).
A los postulantes se les exige como requisito excluyente que hayan completado la residencia en Medicina Interna o la diplomatura en Gastroenterología. También es requisito fundamental la disponibilidad horaria para una dedicación exclusiva.
Gerona contó que para la selección se evalúa el currículum y se realiza una entrevista personal con los coordinadores del curso.
Los participantes forman parte de una formación continua que va de 8 de la mañana a 5 de la tarde. Por ello reciben una remuneración que en principio es similar a la que tiene un residente de tercer año de Medicina. “Eso es lo que financia Bayer”, indicó Gerona al hacer referencia a la empresa que aportó el dinero para las dos primeras camadas del fellowship.
“Este apoyo de Bayer facilita una formación de especialización y colabora en la construcción de profesionales sólidos en la materia, capaces de impactar en la salud pública nacional o regional”, destacó la especialista. Aclaró que se está abierto a que otros sectores de la población, sean o no empresas de la industria farmacéutica, se ofrezcan para financiar este fellowship.
El llamado para 2022 seguramente se abra en marzo para empezar en abril. “Probablemente tengamos un participante este año y dos el siguiente”, anunció Gerona.
Uruguay llegó a 250 trasplantes de hígado
La Hepatología es una especialidad clínica dedicada al estudio, prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades que afectan al hígado. En los últimos años ha existido una verdadera revolución en la materia por la introducción de nuevos conocimientos, tanto a nivel fisiopatológico, diagnóstico y terapéutico, como de nueva tecnología, lo que ha permitido cambios muy favorables para los pacientes portadores de afecciones hepáticas.
El Instituto Nacional de Órganos y Tejidos tenía la autorización para hacer trasplantes hepáticos desde 1998, pero la financiación para hacerlo surgió recién en 2009 a través del Fondo Nacional de Recursos, cuando se implementó el Programa de Trasplante Hepático.
Este funciona en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas, donde se hace toda la actividad clínica en relación al trasplante, tanto el seguimiento pre y pos como el trasplante y la internación de las complicaciones.
El pasado 18 de enero se hizo el trasplante 250.