CAPACITACIÓN

Brindar la oportunidad de aprender, producir, integrarse al mundo y superarse a jóvenes con uso problemático de drogas, ese es el objetivo del Programa Horneros, un proyecto sin fines de lucro que nació en 2020 y que viene trabajando en Montevideo de la mano de otro proyecto que nace separado pero siendo parte, que es la marca Bowi.

“Nuestro programa fue creado hace dos años por un equipo de profesionales que buscaban desde sus disciplinas, aportar soluciones innovadoras y creativas a problemas colectivos. De esta forma, el Programa Horneros está apoyado por una marca, BOWI, que aporta el 100% de sus ganancias a Horneros”, explicó a El País Mariana Ferre, una de las creadoras del proyecto junto a Patricia Greciet.

Bowi es una marca de ropa comprometida, que ofrece remeras cuyos bolsillos están hechos por estos jóvenes que buscan una nueva oportunidad en su vida: a través de talleres de serigrafía desde el año pasado vienen aprendiendo esta técnica que les permite dar una personalidad única a cada prenda.

Greciet añadió que “este es el tercer año que estamos con este proyecto, que nació con la idea de aportar algo más a la sociedad. Es algo bastante ambicioso, pero vamos creciendo de a poco. El año pasado empezamos a vender las remeras y nos fue bien. Ahora vamos a retomar los cursos en el correr de marzo”.

Son y han sido parte de Horneros, personas que por distintos factores, tales como la desprotección, la exclusión y los diferentes tipos de vulnerabilidades, generaron vínculos de dependencia con algún tipo de droga y han necesitado apoyo para reconstruir su red afectiva y social, señalan las creadoras del programa.

El año pasado fueron unos diez los jóvenes que participaron del taller de capacitación en serigrafía y algunos de ellos lo seguirán haciendo este 2022.
“Nuestro objetivo general es construir sentido y proyecto de vida grupal e individual para quienes se suman en este viaje. Horneros es un programa en construcción permanente, creemos en las personas y en su capacidad de aprender, de tomar decisiones que generen trayectos de vida saludable”, sostuvo Ferre, quien contó que durante el 2020 y 2021, la Junta Nacional de Drogas (JND), a través de la Red Nacional de Drogas (Renadro), apoyó al programa con la formación en serigrafía y packaging.

Actualmente, están enfocados en generar nuevos apoyos de empresas y organizaciones que se comprometan con el proyecto para poder seguir dando los talleres.

El Programa Horneros se basa en tres ejes de acción. El primero es la creación de su marca de remeras, Bowi, que apunta a consumidores conscientes y sensibles a los problemas sociales que afectan a las poblaciones más vulnerables. Pero es también una marca que identifica productos originales y de calidad.

El segundo eje en el que se apoyan es la implementación de capacitaciones. Los cursos en el que los jóvenes aprenden la técnica de serigrafía continuarán en este 2022, con el enorme avance de contar ahora con un taller propio.

Y el tercer eje es la integración laboral a futuro de las personas que forman parte del programa.

Ferre señaló que “ahora queremos abrir las fronteras de lo que hacemos, ampliar el universo y diversidad de quienes participan en este programa, que es un acto más de resistencia y solidaridad ante los difíciles tiempos que nos está tocando vivir. Es por esto que quienes acompañamos este programa, nos proponemos difundir esta propuesta para adquirir mayor reconocimiento y apoyo por parte de diferentes actores, públicos o privados, que así lo consideren”.

Las remeras de Bowi son variadas, pero mantienen un patrón común: son todas de colores sólidos, lisos, y sus bolsillos están estampados con diseños de alta calidad.

Además de su calidad y diseño únicos, las remeras Bowi tienen un gran valor agregado, tanto social como ambiental, contó Greciet: los bolsillos están hechos con algodón reutilizado de prendas blancas en desuso. No es casual que el bolsillo esté del lado del corazón, dicen desde Horneros, ya que “solo allí entran las cosas importantes” como lo son los compromisos, sueños, proyectos, esperanza, futuro.

“Recibimos donaciones de algodón blanco que se pueda reutilizar. La idea es contaminar lo menos posible, porque la contaminación textil que hay ya es muy grande”, detalló Greciet.

El objetivo del modelo de trabajo de la marca Bowi es capacitar e incorporar en el Programa Horneros a la mayor cantidad de jóvenes que necesiten caminos de salida de diversas situaciones de vulnerabilidad.

La labor de esta organización sin fines de lucro comenzó en el año 2020, cuando se terminó de concretar el programa y sus miembros, que trabajan desde entonces de manera honoraria, comenzaron a fijar los primeros objetivos y metas. Para el año siguiente, ya en 2021, se materializó el proyecto de la marca Bowi y a pesar de ser un año marcado por la pandemia, una de sus impulsoras, Greciet, contó a El País que lograron grandes avances.

Se realizaron, por ejemplo, las primeras capacitaciones en materia de serigrafía y diseño de packaging, lograron además formar un equipo estable de personas que integraran el grupo, patentaron la marca Bowi, inauguraron su propio taller y generaron las primeras fotografías de campaña para difundir la marca.

Para este 2022 los planes apuntan a que a las capacitaciones de serigrafía se puedan agregar también otras en diseño, gestión de emprendimientos, redes sociales, y más.