FENÓMENO
El Centro de Predicción Meteorológica Espacial informó que se espera una tormenta solar para hoy. Se trata de una alerta G2 (moderada), mientras que entre hoy 15 y el día 17 está vigente una alerta de tormenta G1 (menor).
El Centro de Predicción Meteorológica Espacial (SWPC, por sus silgas en inglés) emitió una alerta de tormenta geomagnética G2 (moderada) para este 16 de mayo de 2019. También informó que está vigente una alerta de tormenta G1 (Menor) hasta mañana.
Los astrónomos señalan que en estos días, debido a estos fenómenos, se podrán ver más auroras boreales y no descartan la posibilidad de que se generen problemas en las radiocomunicaciones.
El astrónomo Gonzalo Tancredi, del Departamento de Astronomía del Instituto de Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, explicó a El País que las tormentas geomagéticas que se alertan "son el producto de una serie de eyecciones de masas coronales (CMEs) asociadas a una mancha solar visible en la superficie del Sol".
Y detalló que las CMEs son burbujas de plasma (gas con carga eléctrica y muy energético) que son expulsadas por el Sol en regiones con fuerte campo magnético y que son inyectadas en el espacio interplanetario a alta velocidad".
Tancredi señaló que si una CME es dirigida hacia la Tierra, interactúa con el campo magnético terrestre produciendo una tormenta geomagética.
El experto explicó que las tormentas se clasifican de G1 a G5, siendo G1 menores y G5 extremas.
Una tormenta G1, ejemplificó, puede producir fluctuaciones débiles en la red eléctrica y tienen un impacto menor en las operaciones satelitales. En este caso pueden observarse auroras en altas latitudes.
En una tormenta G2, ya los sistemas de energía en regiones de alta latitud pueden experimentar variaciones súbitas de voltaje, generando corrientes geomagnéticas inducidas en las líneas de alta tensión y pueden causar daños en transformadores.
Los satélites artificiales pueden requerir acciones correctivas para su orientación y ajustes en sus órbitas debido al cambio en el arrastre. La propagación de ondas de radio también se pueden ver afectadas y se pueden ver auroras en latitudes altas e intermedias.
Tiempo atrás, cuando también se hablaba de una supuesta peligrosa tormenta solar, Tancredi había dicho a El País que una tormenta solar puede afectar además a los astronautas que estén en el espacio en ese momento y que no estén protegidos dentro de sus naves. La radiación de estas partículas es muy dañina para los tejidos, y son capaces de atravesar el traje que lleven puesto los astronautas. También las naves pueden sufrir desperfectos.
Había señalado que en el año 1859 ocurrió la tormenta solar más fuerte de la que la humanidad tiene registro y causó el colapso del telégrafo. Se vieron además auroras boreales hasta en latitudes intermedias, cuando lo común es que solo se vean en los polos. Si un evento tal ocurriera en la actualidad, dijo, “por la dependencia hoy en día de lo tecnológico, se estima que las pérdidas que podría haber serían del orden de cientos de miles de millones de dólares, por la cantidad de satélites en que se generarían desperfecto”.
Respecto a las consecuencias que podría tener una tormenta solar en la salud de los seres humanos, Tancredi señalaba que “por ahora” no hay “una conclusión clara, no hay estudios suficientes”. De todas maneras, añadió que este fenómeno de las tormentas solares se conoce desde hace más de 400 años, desde las primeras observaciones telescópicas, pero hoy en día es mucho más preocupante debido a la afectación que puede haber en las cuestiones tecnológicas.