SALUD
La innovación consiste en que un dentista coloque imanes y pernos de bloqueo en los molares superiores e inferiores del paciente, permitiendo que las mandíbulas se abran sólo dos milímetros.
Investigadores neozelandeses crearon un dispositivo para adelgazar que utiliza imanes para sujetar la mandíbula del paciente, y lo consideran una nueva herramienta contra la obesidad, a pesar de que los críticos lo comparan con un instrumento de tortura medieval.
La innovación, “pionera en el mundo”, consiste en que un dentista coloque imanes y pernos de bloqueo en los molares superiores e inferiores del paciente, permitiendo que las mandíbulas se abran sólo dos milímetros.
El investigador principal, Paul Brunton, de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Otago, dijo que esto restringía al usuario a una dieta líquida sin limitar la respiración o el habla.
“Es una alternativa no invasiva, reversible, económica y atractiva a los procedimientos quirúrgicos”, dijo. “No hay consecuencias adversas con este dispositivo”, agregó.
Los investigadores añadieron que habían “desarrollado un dispositivo de pérdida de peso pionero en el mundo para ayudar a combatir la epidemia mundial de obesidad”.
En un artículo publicado este mes en la revista British Dental, señalan que siete mujeres perdieron una media de 6,36 kilos cada una durante un ensayo de dos semanas con el dispositivo, llamado DentalSlim Diet Control.
Los pacientes experimentaron algunas molestias iniciales, pero en general consideraron el dispositivo “tolerable”.
A diferencia de los alambres en la mandíbula, que eran una forma popular de restringir a las personas a dietas líquidas en la década de 1980, el DentalSlim tiene una liberación de emergencia en caso de que el paciente vomite o tenga un ataque de pánico.
Durante las dos semanas de prueba, ningún paciente recurrió a la liberación, aunque una mujer admitió haber hecho trampa en la dieta líquida derritiendo chocolate.
El invento generó una fuerte respuesta en las redes sociales, con muchos usuarios acusando a los investigadores de avergonzar a los gordos y cuestionando la ética del ensayo. Uno de los críticos lo calificó de “repulsivo y deshumanizado”, mientras que otro dijo que se corría el riesgo de afianzar hábitos alimentarios poco saludables.
“Tal vez, en lugar de desarrollar dispositivos de tortura, podrían investigar cómo la profesión médica falla sistemáticamente basándose en la anticuada e inapropiada escala de IMC (índice de masa corporal)”, publicó un usuario.
Los investigadores señalan en su artículo que el ensayo fue aprobado por un comité de ética y se llevó a cabo de acuerdo con las directrices internacionales.
Otra pandemia.
La obesidad, señalan los expertos, es una pandemia de la que no se habla lo suficiente. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad son el sexto factor principal de riesgo de defunción en el mundo.
Cada año fallecen alrededor 3,4 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad.
Además, el 44% de la carga de diabetes, el 23% de la carga de cardiopatías isquémicas y entre el 7% y el 41% de la carga de algunos cánceres son atribuibles al sobrepeso y la obesidad.
El sobrepeso y la obesidad afecta en todas las edades: su prevalencia en niños y adolescentes (de 5 a 19 años) ha aumentado del 4% en 1975 a más del 18% en 2016.
Este aumento ha sido similar en ambos sexos: un 18% de niñas y un 19% de niños con sobrepeso en 2016. Mientras que en 1975 había menos de un 1% de niños y adolescentes de 5 a 19 años con obesidad, en 2016 eran 124 millones (un 6% de las niñas y un 8% de los niños).