Punta del Este tiene una energía especial. Quizás sea por la brisa del Atlántico; quizás, por las huellas de una historia rica y diversa. Una manera de descubrirlo es caminando por las calles de la península, conociendo los edificios de antaño y conectando con el sonido del mar. A continuación, una guía para disfrutar de esta ciudad a pie.
Un buen punto de partida es el Puerto de Punta del Este, que lleva el nombre de Nuestra Señora de la Candelaria. Lo descubrió el navegante Juan Díaz de Solís el 2 de febrero de 1516 —día que se celebra la Fiesta de La Candelaria— y está ubicado en la confluencia del Río de la Plata y el Océano Atlántico, frente a la Calle 13 (Mareantes). El puerto es de uso turístico y deportivo y tiene 400 amarres y 500 espacios en tierra, según la Intendencia de Maldonado.
Desde allí, se puede caminar por la Rambla General Artigas hasta la Calle 5 (El Faro), donde es posible encontrar el Faro de Punta del Este. Fue inaugurado en 1860 bajo la concesión de Tomás Libarena con el fin de orientar la navegación en el Océano Atlántico y Río de la Plata. De acuerdo a la Intendencia, tiene 45 metros de altura sobre el nivel del mar y los prismas de cristal de su sistema de iluminación fueron traídos desde Francia. Al extinguirse la concesión en 1880, el faro pasó a ser propiedad del Estado. En 1976, fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Frente a la Plaza del Faro de Punta del Este, en la Calle 5, se encuentra la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria. En enero, hay misas todos los días a las 12, 19 y 20:30 horas, a excepción de los sábados que son a las 19 y 20:30 horas.
Luego, se recomienda bajar por la Calle 10 (2 de Febrero) hacia la Plazoleta Gran Bretaña, ubicada en la Punta de las Salinas, en Rambla de la Circunvalación. Cuenta con un ancla del Buque Ajax, uno de los participantes en la histórica batalla del Río de la Plata que habría tenido lugar en 1939 en las cercanías de Punta del Este. Frente a esta Plazoleta se estableció el límite entre el Río de la Plata y el Océano Atlántico.
Si aún hay ganas de caminar, se puede continuar un tramo más largo por la Rambla General Artigas hasta la Calle 25 (Los Arrecifes). En la intersección con Avenida Gorlero está la Plaza Artigas donde funciona —desde 1967— una feria artesanal que ya es tradición para quienes visitan Punta del Este. Hay cientos de stands con objetos de orfebres, pintores, creadores de bijouterie, labradores de cardo, cuero y madera y tejedores de lana, así como productos orgánicos y souvenirs. También hay artistas plásticos, caricaturistas y artistas callejeros que realizan shows musicales, malabares y títeres, entre otros.
A continuación, se puede seguir por Avenida Gorlero —zona comercial y gastronómica— hasta la Rotonda de Punta del Este, que da a la parada 1 de la Playa Brava. Sobre la Rambla está el Paseo de las Américas, un espacio que reúne esculturas de nueve artistas sudamericanos. Este museo al aire libre se completa con la escultura La Mano —también conocida como ‘Los dedos de Punta del Este’— ubicada en la playa, icono de la ciudad y parte de una serie de manos instaladas en otros países del mundo. Fue creada por Mario Irarrázabal, escultor chileno conocido por su estilo expresionista figurativo.
Volviendo hacia la rotonda y tomando la Calle 32 (La Angostura) y luego la Rambla Doctor Claudio Williman es posible apreciar la escultura ‘100 años de Punta del Este’ del artista Pablo Atchugarry. La obra, esculpida en mármol de Carrara, mide 5 metros de alto y pesa 24 toneladas. Está emplazada en el espacio público de la parada 1 de la Playa Mansa junto al tótem de madera que recuerda al docente y librero Marcos Sastre.
Para terminar el recorrido, se puede ir en dirección al puerto por el paseo peatonal de madera que está en la Rambla General Artigas. Hay un gazebo a la altura de la Calle 23 (El Coral), ideal para descansar luego de una larga caminata.
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