PATRIMONIO
Se restauró la Batería de Jesús de la vieja defensa ubicada en Parada 17 de Playa Mansa
El último de los tres cañonesde 2.500 kilos quedó colocado en su lugar bien temprano en la mañana de ayer. Era el último toque que faltaba a la renovada Batería de Jesús o Batería del Medio que tenía prevista su inauguración en la tardecita. El equipo de trabajadores calificados y el propio Rody Reimundez, director de la Constructora La Española, estaban concurriendo al lugar a las 3 de la mañana para que todo estuviera listo. Al empresario y restaurador no le molestó ni un poco: “Nuestra pasión es la historia y estamos empecinados en que salga a la luz”.
Así se celebró la recuperación del Batería de Jesús, declarada Monumento Histórico Nacional, que formaba parte de las defensas de la Bahía de Maldonado y que llevaba decenas de años de abandono (o, tal vez, algún que otro siglo).
“El mar se la comió y la desgastó. Se la estaba llevando”, apuntó Reimundez a El País.
En 2019, tras una fuerte tormenta, expertos del Centro Universitario Regional del Este (CURE) determinaron que la estructura presentaba una “situación vulnerable” y que necesitaba “la atención de medidas urgentes”. Había desmembramientos, fragmentaciones de bloques, fisuras y socavación en la parte inferior. Esas piedras que quedaban a la vista en la parada 17 de Playa Mansa no parecían haber sido parte de ninguna fortificación colonial.
No obstante, Reimundez supervisó que cada milímetro del cimiento de la batería volviera a estar firme tal como ya había hecho en la batería de San Fernando. Tanto esta como la de Jesús eran parte de una infraestructura militar que tenía cuatro explanadas en la isla Gorriti y tres en la costa para defender o atacar a buques extranjeros.
Para evitar la futura erosión, se desplazó la batería para más arriba de la duna. Además, se recuperaron tres cañones que fueron traídos desde Isla Gorriti. “Restauramos la parte metálica lo más que pudimos porque estaban muy carcomidos por el óxido”, contó Reimundez. Este trabajo estuvo a cargo de los herreros de Constructora La Española que trabajan con el método antiguo de fragua. También se les hizo las cureñas con maderas antiguas. Estas son los carros para movilizar las piezas de artillería.
Como en otras obras en Maldonado, las maderas se consiguieron en muelles viejos, embarcaderos, taperas, estancias, demoliciones y remates.
“Recorremos el Uruguay entero juntando maderas, herrajes y tornillos”, apuntó el restaurador.
Pueblo Gaucho suma museo de carruajes.
“Pasás el portón y te teletransportás al pasado. Vivís el pasado”, con esa seguridad, Rody Reimundez habló sobre otro de sus proyectos concretados en el departamento de Maldonado: Pueblo Gaucho.
Este es parque temático inaugurado en 2020 que recrea las edificaciones, los usos y costumbres de la vida rural de la campaña Oriental desde el siglo XVIII hasta principios del siglo XX.
En un paseo de aproximadamente una hora se pasa por la plaza del pueblo donde los paisanos se juntaban a tocar la guitarra, conversar y bailar, hasta llegar a la zona de los ranchos. Estos son muy humildes; están hechos con lo que había en aquel momento: caña, paja y terrón. También se puede visitar la herrería, la escuela, la iglesia (como imagen principal en el altar está la Virgen de los Treinta y Tres, considerada la virgen de los gauchos) y el galpón de esquila y otras construcciones. “Este año hicimos un nuevo museo de carruajes. Es un gran galpón de piedra con paredes de un metro de ancho. Algunos vecinos de Maldonado donaron carruajes y otros los recuperamos en distintas estancias”, explicó Reimundez a El País.
También hay una estancia, donde vivían los españoles que formaron el pueblito. Sillones, cuadros, camas, cocina, pelelas, puertas, ventanas, paredes, todo de época. La estación de trenes está abierta: con un tramo de vía, el andén recreado a la perfección, bancos, boletería, hasta una valija antigua que olvidó algún viajero.
Este “pueblito mágico” lo tiene todo, hasta un pintor: Elías. También una panadería y una especialista en torta fritas. En el hospital, por ejemplo, se puede ver una camilla de época que utilizaban para hacer amputaciones. En la comisaría, los calabozos tienen barrotes y grilletes reales.
El costo de las entradas es de $ 300 (los mayores de 60 años pagan $ 200 y los menores de 12 años ingresan de forma gratuita). El parque temático está en Calle Elías Regules y Los Tilos y está abierto todos los días de 10:00 a 20:00 horas. Está en Facebook y en Instagram.
Más proyectos.
Entre octubre y diciembre Reimundez colaboró en otros dos proyectos de recuperación patrimonial en Maldonado: la recuperación de la casa de Doña Margarita Muñiz, fundadora de la ciudad de Aiguá; y el Memorial de la Batalla del Río de la Plata, donde ahora se lucen las anclas del H.M.S. Ajax y del acorazado Admiral Graf Spee.
Por lo primero se realizaron excavaciones arqueológicas y luego se reconstruyó la casa tal como era la original; se la amuebló con piezas de la época. Lo segundo fue inaugurado el pasado 13 de diciembre en Punta de la Salina.
Y la empresa de Reimundez tiene más en carpeta, entre ellos, la realización de un paseo histórico en la cantera Nueva Carrara, uno de los puntos más visitados en la temporada pasada. Así se lo contó a El País: “Queremos restaurar toda la maquinaria a vapor original y hacer tres miradores de piedra más un lugar de información turística”. También se tienen planes para la Calera del Rey (en Pan de Azúcar), de donde salió material para construcciones como el Cuartel de Dragones de Maldonado y la Fortaleza de Santa Teresa.
“Vamos recuperando parte de nuestra historia para que la puedan ver nuestros hijos. Yo no tengo nietos todavía pero ya estoy pensando en ellos recorriendo las obras y pensando: ‘Esta la restauró el Tata Rody”, bromeó.
El Cordobés.
¿Cuál es la restauración patrimonial que más significado ha tenido para Reimundez? No dudó un segundo y contestó: el museo de El Cordobés, en la histórica estancia de Aparicio Saravia en Cerro Largo. “Fue el gran proyecto de mi vida. A mi primera yegua le puse La Cordobesa porque Aparicia le quedaba muy feo. El gran sueño de mi vida fue restaurar El Cordobés”, dijo con emoción. Se desmantelaron techos y pisos, se recimentaron las paredes, se repararon puertas y herrajes. Se buscaron tejas originales y vigas de pino blanco y de pinotea.
Más obras de restauración en el interior.
El empresario y restaurador Rody Reimundez ha hecho trabajos en todo el interior del país. Entre ellos se destacan: la restauración de la casa de José Fructuoso Rivera, la prefectura, la iglesia de San Pedro y la escuela Nº 1 en Durazno; y la obras en la Posta del Chuy y el Molino Gramón en Cerro Largo. “Le cayó un rayo y había riesgo de derrumbe en las paredes”, contó.
Reimundez también trabajó en la recuperación de la Iglesia de Santa Clara de Olimar, derrumbada por un temporal en 2016. “Fue medio a pulmón”, dijo.