RÉCORD GUINNESS
Si Diana Armstrong baja sus manos, estas tocan el suelo sin dificultad. Por esto mismo, muchas de sus actividades cotidianas se ven obstaculizadas.
Diana Armstrong nació en Minessota, Estados Unidos. Tiene 64 años y también el título de las uñas más largas en un par de manos, récord que rompió y mantiene desde el 2008. Sin embargo, no todo fue fácil para esta mujer, quien tuvo diversas complicaciones en su rutina por esta hazaña.
La uña del pulgar derecho es la más larga de todas y mide 138,94 cm. En comparación, su uña más corta (la del dedo meñique izquierdo) mide 109,2 cm de largo. Si baja sus manos, estas perfectamente tocan el suelo sin dificultad. Por esto mismo, muchas de sus actividades cotidianas se ven obstaculizadas.
Los desafíos en su cotidianidad
Según la página oficial de Guinness World Records, cada uña tarda hasta 10 horas en limarse y pulirse. De hecho, para esto, Diana necesita usar una herramienta de carpintería llamada Minitorno. Además, puede llegar a utilizar hasta 20 botellas de esmalte y demorarse cuatro o cinco días pintándolas. Pero esto no es lo único, para actividades como subirse los pantalones o abrir una lata, necesita maniobrar de forma especial.
Por ejemplo, si necesita abrir el refrigerador, lo hace con los pies. Incluso los utiliza para tomar algunos alimentos o cosas, como la ropa que cae al suelo. Por otro lado, vestirse también puede volverse un gran desafío, debido a que sus movimientos se ven limitados y muchas veces necesita ayuda externa. En el caso de su vestimenta, se mantiene alejada de las remeras y procura usar vestidos.
En cuanto al uso del baño, Armstrong no reveló si había algún problema en casa. Sin embargo, comentó que en los baños públicos existen algunas complicaciones. Según lo que le dijo a la página oficial de los Guinness World Records, siempre debe utilizar el cubículo más grande, porque sus uñas no caben normalmente. También dejó de conducir, ya que necesitaba sacar las manos por la ventana y se volvía peligroso.
En cuanto a las latas de gaseosas o conservas, Diana debe utilizar un cuchillo a modo de palanca para abrirlas, esto debido a que sus uñas no le permiten agarrar las anillas. Otra de las cosas que se le dificulta, es agarrar objetos planos en el suelo. Si caen cosas como monedas o tarjetas, siempre debe pedir ayuda.
El motivo de sus uñas
Su historia comienza en 1997. Era una mañana normal en la que Diana se había levantado para comprar algunos víveres para el desayuno. Era estilista y solía dejar todo listo en casa antes de ir a trabajar. De repente, su hija mayor la llamó alarmada, porque su hermana Latisha no se despertaba.
Desafortunadamente, la joven de 16 años había fallecido por un ataque de asma mientras dormía. Esto desencadenó un gran episodio depresivo en la ganadora del Guinness Record, por lo cual dejó su trabajo y se convirtió en ama de casa.
Latisha había pasado toda la noche anterior con su madre, mientras le arreglaba y limaba las uñas. Ese es el último recuerdo que Diana tiene de ella, razón por la cual decidió que nunca más se las volvería a arreglar. Desde entonces, sus hijos intentaron convencerla de que se las cortara, pero, según lo que declaró para el libro, ella les decía que se ocuparan de sus asuntos.
Su relación fue muy hostil, hasta que un día decidió comentarles que para ella era muy importante poder conservarlas tal cual Latisha se las había dejado. ”Cada vez que me miro las uñas pienso en mi hija. Creo que es mi ángel de la guarda”, comentó Diana.